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Por mi parte, me limito a darle otro sorbo a mi cerveza, con un solo pensamiento: nunca le daré una oportunidad a la relación tan jodidamente falsa como la de Zayn y Ashley.

Ashley's POV

Es un hecho. El remordimiento, al igual que todo en esta vida, se supera con el tiempo.

Sí, durante los primeros días no dejé de pensar en ese maldito beso con Harry. Me reprendía a mi misma cada vez que me descubría deseando volver a tener los labios de Harry sobre los míos, sobre mi piel. Pasaba horas recordándolo y arrepintiéndome... Hasta que pronto me permití olvidarlo, ignorar esas absurdas ideas para concentrarme en mi relación, intentando suprimir cualquier clase de pensamiento referente a ese beso. A fin de cuentas, si Harry no dice nada, y si yo tampoco pretendo hacerlo, no hay de qué preocuparse, ¿Verdad? Mucho menos después de haberlo tratado de esa forma. Confío en que mis palabras hayan sido suficiente como para mantenerlo alejado de mí durante un buen tiempo.

Y aparentemente, lo he conseguido. Así es como ya han pasado poco más de tres semanas desde ello. Y aunque todavía de tanto en tanto me viene a la mente la pequeña escena con Harry, intento olvidarlo.

No obstante, esconder las cosas debajo del tapete, no implica que estas desaparezcan, y creer eso ha sido mi error, o eso es lo que compruebo al momento en que escucho mi celular sonar, mientras que la pantalla me muestra el nombre de Harry en ella.

Frunzo el ceño, aprovechando que la cafetería está vacía y que James, mi jefe, no está vigilando y contesto.

-Preciosa, ¿Cómo va todo? ¿Tienes un rato libre para que nos veamos ahora? -me pregunta naturalmente, como solía hacer pocos meses atrás.

Me desconcierta escuchar su voz, su tono tan entusiasta, la extrema naturalidad que posee.

-¿Harry? Yo... Pues...

¿Qué mierda se supone que le responda? Todavía no puedo creérmelo, es como si el tiempo entre nosotros jamás hubiese transcurrido.

-Nos vemos en el hotel. ¿Si? Recuérdalo, habitación 8007, a las cinco. No llegues tarde -dice, ignorando por completo mi aturdimiento.

Cuando nuestro encuentro adquiere una hora y lugar, logro despabilar. Quiero rechazarlo, sin embargo, esta me parece la oportunidad perfecta para poder hablar con él y acabar aquella suerte de relación que alguna vez tuvimos, para enfrentarlo cara a cara.

-Harry, necesito hablar contigo -le digo-, pero hablar, por favor, solo eso.

Escucho un suspiro desde el otro lado de la línea.

-Sí, supongo que hay un par de cosas pendientes entre nosotros, ¿No? -responde, sorprendiéndome con su comprensión-. Como te dije, a las cinco en el hotel... Nos vemos entonces -son sus últimas palabras, antes de cortar la comunicación sin darme espacio para réplicas.

Guardo el teléfono en el bolsillo de mi pantalón y continuo trabajando, impaciente a que llegue la hora del que espero que sea mi último encuentro con Harry.

(...)

Tomo aire profundamente, y exhalo antes de llevar mis nudillos a la puerta de la habitación. La puerta se abre, Harry me recibe con una sonrisa radiante que me parece mucho más hermosa de lo normal.

-Hola, muñequita -me saluda, haciéndose a un lado para que entre.

Me abro paso, dejo mi cartera sobre la mesa, y justo cuando me volteo para iniciar nuestra ansiada conversación, Harry ya se encarga de acorralarme contra la pared para besarme el cuello y acariciar mis piernas descubiertas por mis shorts de una manera que solamente puede describirse como frenética.