Capítulo 23.

3.9K 212 25
                                    

Narra Mimi.

Quedaba exactamente una hora y media para la boda. Mentiría si os dijera que me encontraba tranquila, mentiría y mucho.

Ana y yo llevábamos sin vernos desde anoche, que organizamos una cena con los familiares de ambas en la casa de su padre. Desde entonces no la había vuelto a ver porque ella se quedó allí y yo me fui con Ricky a casa de Lidia, donde se encontraban todas mis cosas para el día siguiente y donde me alojaría esa noche por esas cosas de no vernos hasta la ceremonia, yo no lo entendía la verdad, pero con la personalidad tan viejoven de Ana pues qué podíamos esperar.

A la mayoría de los invitados, que básicamente eran familiares y amigos más cercanos por ambas partes, los veríamos directamente allí ya que nosotras llevábamos una semana aquí y no es plan de ir hoy recibiendo uno por uno, porque bastante atacada estoy como para ello.

Habían terminado de maquillarme y peinarme hace cosa de un cuarto de hora y aún no me había mirado en el espejo, no porque no quisiera, sino porque no podía. Tengo una sensación bien rara en el cuerpo y no me siento preparada para asumir lo que está a punto de pasar. Estoy bloqueada.

- Estás preciosa maricona.- Dijo Ricky entrando por la puerta de la habitación ya vestido y preparado para la boda del año, como el dice.

- Supongo.- Comenté mientras me encogía de hombros y evitaba mirarlo a los ojos.

- ¿Cómo que supones? ¿No te has mirado?.- Se acercó hasta llegar a mi altura.- ¿Qué te pasa, Mimi?.- Preguntó haciendo que lo mirara a los ojos.

- No sé, Ricky.- Dije sincera y fui a sentarme al borde de la cama.- No sé qué me pasa de verdad, estoy como bloqueada.

- ¿Ya no quieres esto?.- Lo miré rápidamente asustada.

- ¿Qué dices, Ricky? ¿Cómo no voy a querer esto? Ana es el amor de mi vida y la quiero más que a nada en este mundo.

- Una cosa no quita la otra, mi amor.- Continuó.- Queda una hora y pico para la boda.

- ¿Qué quieres decir con eso?

- Pues que aún tienes algo de tiempo para pensarlo mejor.- Cogió mi mano.- Mira Mimi, sabes que os quiero muchísimo a las dos y que vuestra relación me parece la más bonita y sincera que he visto en toda mi vida.- Sonrió.- Que quiero que os caséis y ser el oficiante, que no sabes aún la ilusión que me hace que me hayáis escogido a mí aún estando tu padre o papi war por ahí rondando.- Rió algo emocionado.- Pero que lo mismo que te digo eso, te digo que casarse es una decisión muy importante y que por mucho que os améis o que la ames, aún puede que no estés preparada, y no pasa nada Mimi, no es como si la fueras a dejar o algo. Simplemente igual no estás preparada y necesitas más tiempo.

- ¿Cómo está ella?

- Puf, aquella casa es un desastre.- Rió.- Ya sabes como es Ana, ha de tenerlo todo controlado o entra en convulsión, pero por el resto bien.- Respondió ofreciéndome una sonrisa.- Esta muy nerviosa ella también. Muy emocionada, a la pobre están venga a retocarle el maquillaje porque de vez en cuando suelta alguna lagrimilla.- Reímos.

- Necesito verla.- Dije mirando el reloj para ver que eran las seis de la tarde.

- Mimi son las seis y la boda es a las siete y cuarto, no te va a dar tiempo de ir, hablar, volver, vestirte y aún así llegar a tiempo.

- Pues entonces la llamo.- Dije levantándome mientras me dirigía al tocador a por mi móvil.

Y sin darme cuenta me vi.

Pelo rizado pero no muy marcado, más bien unas ondas gordas, maquillaje natural y bonito. Los labios los llevaba de un tono rosado, muy natural, tanto que podía parecer mi propio color de labios.

Burbujas de amor // WarmiDove le storie prendono vita. Scoprilo ora