Capitulo 9

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Hoy es lunes 7 de julio. ¿Recuerdas que dije que le demostraría a Pablo lo cabrona que puedo ser? Hoy llegó el día. El dulce olor de la venganza se respira en el aire.

Con Joel, las cosas van muy bien. Es muy tierno, atractivo a más no poder. Detallista, noble y caritativo. Me hace reir, e involuntariamente es sexy. Pero... le falta algo. No siento que sea ese animal impulsivo que  quiero. Necesito a un hombre que tenga carácter, que sea ¿Como Pablo?

¿Por qué no hay un puto punto medio entre ambos?

A demás, necesito llevar a alguien a esa maldita boda, que sinceramente, ya me está causando dolores de cabeza.

De: Pablo Altamirano

Para: Raquel Gonzalez

Asunto: Reunión

Fecha: Lunes 7 de julio del 2008

Raquel

Espero con ansiedad nuestra reunión. Tenemos asuntos pendientes, no todos de trabajo.

Pablo Altamirano. Arquitecto en jefe. Constructora A&G

Este es el único mensaje personal que me ha llegado de él y resulta que solo contiene unas cuantas líneas y ninguna es de disculpa. Cabron confiado.

Hoy ya estoy preparada para confrontar a este imbécil. Tengo puesto mi vestido negro ceñido, corto y muy sexy. Tacones como dios manda, estos son mi arma de destrucción masiva.

— Toc-toc...

-—Hola, pasa.— le digo a Joel, quien esta en el umbral de la puerta de mi cubículo. Se ve asombrosamente guapo, esa corbata verde, le resalta los ojos. —¿como estás?

—Pues... No llevo bien esto de que te en encuentres a solas con la competencia. — A menos es sincero.

—¿Celoso?— pregunto con una sonrisa lubina en el rostro.

— No.

— ¿Entonces? ¿de que va todo esto?

— Digamos que te estoy dando la oportunidad de decidir tu mejor opción Raquel. No te voy a presionar, y dejaré que pienses quien de los dos merece un lugar en tu vida. Eso es todo.

Elocuente, respetuoso y amable.

¿ cuando me vas a perder un poco el respeto? Odio tener que que rogar. Yo no mendigo amor. Pero debo admitir, es un cabron confiado. Demasiado.

— Es algo así como si ya me tuvieras segura ¿no?

— No, digamos que sé que puedes pensar y sabrás reconocer que te conviene.— Con esas palabras se da la media vuelta y se va. Su expresión de seguridad y altanería se la va a meter por el culo.

No. No estoy de humor para soportar las escenas de celos y a los hombres misteriosos. Al menos no el mismo día.

A la hora pactada, llego al hotel, dirigiendome a el restaurante. Debo decir que todo es muy bonito y lleno de lujo. Paredes color naranja y beige, cafés y verdes, pisos de piedra y cerámica naranja. Lujo y rusticidad en todos lados. Me agrada.

Un señor muy amable me escolta hasta la mesa donde Pablo me espera. No sé que pasa, pero con él no se me va el aliento.

Se ve muy guapo con ese traje negro de corte a la medida, una camisa blanca y una corbata color azul. Bien afeitado y serio. Con esa cara de enojón que lo caracteriza.

— Raquel.

— Arquitecto. - estiro la mano en señal de " vete a la mierda" - Buenas noches.

— El sarcasmo no te queda.

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