Capitulo 2

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********** Capítulo 2********

Todo el mundo tiene un propósito en la vida. El mío es ser miserable. La vida me quiere miserable.

- ¿Como lo ves?

- Gay. - contesta Graciela, nuestra recepcionista.- Ningún hombre es así de perfecto y es heterosexual.

- ¡Tanto potencial...!- suelto mi suspiro de resignación y le doy un trago a mi café. Oculto por unos segundos que me quemo la boca

- Si...

Ambas vemos con añoranza a aquel hombre de traje azúl marino y camisa blanca. Tendrá unos treinta años, cabello negro y ojos miel. Torso marcado y un trasero como dios manda. Nada que ver con Carlos. Es como si yo tuviese el sedan y estuviese viendo con anhelo la versión de lujo.

-Si ya terminaron de babear, señoritas, me gustaría que cada una de ustedes se pusiera a trabajar. - ¡Maldito Roberto! hago lo que me dice sin un ápice de pena y tomo mi asiento en el lugar privilegiado que tengo. Frente a él.

Santa madre de dios. Perfecto por donde le veas al muchacho. ¡Concentrate Raquel! es tu enemigo, aquel que te quiere arrebatar el empleo.

Enfocado ya el enemigo, ahora hay que liquidarlo. Me pongo a revisar los papeles, y hago algunas llamadas para presentarme oficialmente con el dueño del hotel y me informa que tiene a cargo a su hijo... Genial. ahora tengo que llamar de nuevo y presentarme otra vez.

Mi cita de trabajo con el señor Altamirano, es hoy a las tres de la tarde. No. Es miércoles y mi hora de almuerzo. Bueno, no me pierdo de nada nuevo, así que le hablo a Carlos.

Dos tonos y me manda a buzón.

- Carlos, hoy no creo que sea posible vernos. Tengo un compromiso con un cliente y es algo importante. Nos vemos mañana. Ah... es todo.

A las dos y media, me dirijo al baño, para poder arreglarme un poco. No me veo mal. Soy una mezcla entre sensualidad y... algo raro. Aplico más de todo: más rímel, más labial, más rubor y más actitud. Acomodo senos, aliso vestido y me baño en perfume. Por lo menos si no lo impresiona mi profesionalismo, lo deslumbro.

- ¿Vas a la cita del Gran Español?

- Sip. - ¡¡Gaaaaayyy!!- ¿Me veo bien?- Doy una pequeña vuelta inocente, levantando un poco más mi trasero. Estoy poniendo a prueba a nuestro supuesto gay.- ¿Entonces?

- Sí... tú... el vestido... te ves bien.

- Eres un lindo. Gracias.- le guiño el ojo. Soy una zorra,  moriré en el infierno.

Tomo mi bolso y con algo de chulería salgo de la oficina. Me subo al coche y me dirijo a dónde se está construyendo el hotel. Voy manejando por un amplio valle de camino empedrado y me pateo mentalmente. ¿Por qué carajo tengo puestos tacones? llego hasta la ala este del hotel, dónde parece que está listo todo para la decoración.

Salgo del auto y me dirijo hasta el montón de hombres con traje y cascos. Actúa profesional... segura de ti misma, no se te olvide ser sensual, si, así... mover las caderas... mejor no tanto... Perfecto.

- Buenas tardes.- Digo al montón de testosterona que tengo frente a mí. - Soy Raquel Gonzalez, decoradora de Diseño A.- ¡Así Raquel! ¡Eso salió de maravilla!- Busco al Arquitecto Pablo Altamirano.

De verdad que hoy tengo la mejor suerte del mundo. Precioso el júnior. Tal como me lo recetó el doctor. ¡Para Raquel! hoy amaneciste muy simple, pero cómo resistirse a eso...

- Mucho gusto señora. Pase, por acá tengo los planos para que los revisemos.

¡ME DIJO SEÑORA EL CABRÓN! ¿Dónde carajo me ve los hijos? ahhhhmmmmm... ahhhmmm... Profesional Raquel. Pro-fe-sio-nal.

La DecoradoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora