Capitulo 4

9.5K 800 38
                                    

-Tengo que ir a trabjar...- Mi mente está bloqueada y mi capacidad de hablar se limita a solo esto.

- Hum-mm- da un ligero movimiento de caderas que me hace gemir. - Vamos a tu cama. Esto cuenta como parte de tu atención al cliente Raquel.

¡¡¿¿QUE??!! Este cabron debe estar bromeando. Me revuelvo en la pared para que me deje ir, pero me sujeta con fuerza.

- ¿ A dónde?

¡No, pero si a los hombres hay que explicarles con manzanitas y todo!

- Al trabajo.

- Solo tienes un cliente y por suerte...

Donde diga que me acaba de coger o follar, le pateo el culo.

-  Está parado frente a ti, dispuesto a seguir trabajando.

Oh, no. Esto es incluso peor. Logro soltarme y me bajo la falda. Ni idea de donde hayan quedado mis bragas.

Camino molesta a mi habitación y siento que viene tras de mi. ¿Que quiere? ¿ El trato del cliente V.I.P.?

- Dije algo que te molesto.- No es afirmación ni pregunta, lo dice mas como analizando sus pensamientos.

- Vaya. - estoy peleándome con el cierre del vestido en la espalda para poder meterme a bañar. - Mierda...- se atasca el cierre- Estaba a punto de abofetear tu rostro por ser un idiota insensible, para después correrte de mi casa, pero al parece solo tendré que decirte amablemente que te retires.- La sorpresa en su rostro es evidente.- ¿ No tienes idea?- Niega con la cabeza- Ok Señor Don no te creas ni una palabra. Me acabas de insultar creyendo que doy un trato especial a mi cliente que apenas conocí ayer. O sea, me crees o tu puta o tu esclava laboral a la que te cogiste al mismo  tiempo.

Silencio... más silencio y me da un puto ataque.

- Yo no quise... ¿ Eso te pareció?

- Sí. Por favor, dejame bañarme y poder ir al trabajo.

- No era mi intención. Para nada. Me gustas Raquel, mucho.

- No, no lo haces. Sólo me viste borracha, por que mi ex es un pendejo. No me conoces. Crees hacerlo por que hablé de más y mi ex mencionó algunas cosas. Y si lo vemos de un punto de vista más frío, te has aprovechado de mi estado vulnerable.

- ¡¿Que?! ¿así sentiste todo esto? ¡No!

Camina en grandes zancadas hasta a mí y me hago pequeñita al ver la tensión en su boca. De manera muy intimidante me mira y toma mi boca.

Sin querer, le doy acceso total a mi boca. Esto se siente bien. Pero sigo enojada. De manera ruda comienza a bajar el cierre de mi vestido traicionero que cede ente sus manos.

- No...

- Sí, no te resistas.

- ¡Dios mío! - su boca ya está en mi cuello y manda unas sensaciones tan placenteras directo a donde deben de ser. - así... justo ahí- digo cuando amasa mis pechos por encima de la tela; el vestido comienza a bajar y yo ya estoy lista... también no tengo bragas.

- Eres muy bonita Raquel.- mete la mano por debajo de mi falda y me deshago en cuanto llega a la parte prometida- Estas lista de nuevo.- mete un dedo y ya me tiene jadeando.

- Eres una mujer increíble. Nunca serás nada de lo que dijiste. - aumenta la presión en mi centro y no puedo mantenerme en pie un minuto más- Pero después hablaremos bien tú y yo... mierda. - reacciona cuando  clavo las unas en sus hombros- cuándo salgamos como Raquel y Pablo, no como cliente y decorador.- Mete otro dedo y la intrusión es bienvenida. Deliro de placer... sólo faltan unos pequeños..

- Raquel... dejame verte... sienteme... ¿otro más? - ¿se puede otro? baja otro de sus dedos y justo cuando esta haciéndose espacio me vengo violentamente.- Ahhh... así, perfecto.

Estoy exhausta. Pareciera que he corrido dos maratones al mismo tiempo que hacía un examen de matemáticas.

Al cabo de media hora, ya me he bañado y arreglado lo mejor posible para irme a trabajar. Pablo no se quiere despegar de mí.

Me lleva al trabajo y cuando estamos fuera de la oficina, no sé que hacer... ¿lo beso? o ¿ sólo le digo adiós?

- Bueno...  ehh.... muchas gracias por traerme al trabajo.

- Es un placer. Ten un hermoso día y ten listos los bocetos lo más pronto posible.

- Claro... y gracias de nuevo. Por todo.

- De nada.

Me quedo unos segundos preguntándome que hacer y como su rostro es inexpresivo, salgo del coche. Se ha transformado por completo.

- Hola Grace. - Garaciela la de recepción- ¿Que tal fue ayer?

- Lo mismo de siempre. Nada interesante. Ah, por cierto el gay...

Se queda a medias cuando ambas lo vemos llegar en su flamante traje gris y corbata roja. Esta para comerlo.

- Señoritas... - Nos dice con una pequeña reverencia.

- Buenos días....- se me olvida su nombre.

-  Me llamo Joel, Raquel.

- Pues entonces buenos días Joel.

- Esperaba verte aquí ayer.

- Ehh... sí, ayer fui a hacer algo de investigación para el proyecto

- ¿Y que tal fue todo?

- Bien, muy bien. Ya tengo todo planeado.

- Me da gusto. Ten un hermoso día Raquel. - comienza a caminar y tengo una vista de su hermoso y perfecto trasero.- Ah, y para que lo sepas, me gusta tu nombre.

Si se hubiera dado la vuelta, hubiese descubierto ni mirada lasciva en su trasero, lo juro.

- ¿Que me ibas a decir de nuestro presunto gay?

- Pues que...- en ese momento llega Roberto  a acarrearnos para trabajar, por lo que me voy sin la información del gay.

No tengo nada en contra de los gay, sólo que aveces es tan difícil creer que espécimenes como el sean del otro bando.

- Raquel, necesito que vengas a mi oficina. - dice el imbécil de mi jefe cuando llega totalmente a su lugar.

- Ya voy. ¿Es sobre la reunión de ayer con el arquitecto Altamirano?

- No. Ven, ahora.

MierdaMierdaMierda.

Entro a la oficina junto con mi jefe, que se que me está viendo las nalgas, ya que no lo disimula ni un segundo y me siento en la silla frente a su escritorio.

- Bueno. Raquel, sé que últimamente has estado bajo presión y...- ¿a dónde va con esto? - quiero decirte que estoy para ti cuando lo necesites. Ayer estuvo aquí Carlos. Hable con el y me platicó algunas cosas que pasaron y...

Esta es una intromisión. De las grandes.

- Gracias Roberto, lo tendré en cuenta. Por lo mientras quiero concentrarme en mi trabajo y en mi misma.

Me toma la mano de manera inusual y le da un ligero apretón.

- Bueno. Entonces a trabajar.

Me encamino a mi escritorio para encontrarme con una margarita amarilla y una nota en un pequeño sobre blanco. Tomo ambos y saco el papel. ¿Pero qué...?

" Una cena, un almuerzo, un desayuno o lo que sea. Pero di que sí.

P.D. No soy Gay. "

La DecoradoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora