"Misceláneo lírico"

46 - TRILOGÍA I "Señora"

Bella señora, quiero delinear con mis versos la poesía de su cuerpo, la rima de su alma y los acordes de su esencia.

Déjeme contemplar la melodía sublime del escote de sus ojos, ese mar de estocadas ineludibles, que desgarran mis entrañas.

Su mirada tiene la brújula encendida, no dispara balas perdidas, sabe lo que busca, ya no está en la edad de dubitaciones o pruebas.

Sus tacones pisan firme, dejan huellas indelebles que las olas del tiempo, las convierten en estigmas .

Bella señora, sus caderas me han enseñado un nuevo mundo, que destila la silueta de un buen vino, ardiendo en mi paladar.

Su piel como el mar profundo, ondea la aventura de mis dedos, navegando como un barco de papel hacia el triángulo de las Bermudas.

Los botones de mis ganas se cayeron ante su mirada, mis secretos se deshojaron en tu regazo, tan cálido y tan húmedo a la vez.

Bastó una sonrisa franca y mi alma se desnudó hasta los huesos, mi sangre se desbordó por el laberinto de mis complejos que amordazan mis deseos.

Ahora tengo miedo de asomarme por la tersura de su espalda, tan enigmática como una jungla; intenté divisar esa línea donde sus muslos se encuentran y desembocan en un beso triangular y hechizante, pero mis pupilas tiriraban desde tu cintura.

Bella señora, la voz de su piel me ha enclaustrado en una copa de cristal y me he sentido perversamente suyo, que no me pertenezco y que cada milímetro de mi esencia se ha sometido a sus caprichos de dama, de reina, de musa y de una bella señora.