42 - ERES TÚ

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Tú, con esa manía de calmar mis tormentos, de apagar los incendios de mi averno con una sola palabra.

Tú, tan mujer que no me hace falta ver un escote para encender mis ganas de amanecer, abrazando tus suspiros con la melodía de mis ojos o quizá yo agazapado en tu ombligo y besando algunos sueños.

Tú, que me desnudas con la voz de tus versos, que me abrazas los miedos desde tan lejos, que me dibujas un sueño cuando mis ilusiones se han extenuado de tantos fallidos vuelos.

A veces me veo llegando a casa, mientras tu sonrisa me quita el abrigo y tu mirada se queda con mi sombrero, no hace falta que te diga algo, porque tú ya lo sabes, es un alivio placentero sentir tus brazos rodeando mi sosiego, son tus ojos, son tus labios, es el calor de tu aliento. No importa que tan nefasto haya sido el día en el trabajo, con ese baile de tus manos en mi espalda y ese beso tan tuyo en mis labios, valió la pena cualquier esfuerzo.

Me imagino un domingo como hoy: tú, regañando a nuestros niños para que se pongan el abrigo y yo suspirando en silencio; te contemplo hechizado por esa mezcla de ternura y severidad que hermosea tu rostro.

Dormir a los niños y escapar a un parquecito cercano, de la mano, como dos adolescentes tiernos jugando a darnos besos y sonrojándonos ante alguna mirada indiscreta que se detuvo a contemplarnos.

Tu sensualidad no se la mostraste a nadie y quizá ni tú lo sepas, no es la protuberancia de un atributo físico, eres tan mujer que con el flamear de una sola mirada encenderías mis deseos más perversos.
El erotismo de tus labios en un silencioso jadeo es más poderoso que un fingido y vulgar gemido.

Tal vez no ha llegado quien despierte con una caricia, todo el fuego que tu alma guarda bajo las llaves de un secreto .

Me cautiva la sutileza con que deslizas un tímido verso y mi corazón de poeta se exacerba buscando el camino a tu sendero, encontrarte para echar raíces a mi poesía y esculpir un orgasmo eterno lejos de este mundanal universo.

Eres paz, porque aquietas mis más oscuras tempestades; eres fe, porque vuelves a encender mis marchitos sueños, eres la música que acuna mis silencios, la paciencia de mis arrebatos, la lógica de mis utopías más inefables.
Eres la mujer con quien puedo caminar de la mano, jugar en la playa, leer un libro de poemas, contemplar la luna, tomar un café, engullirme un taco picante, discutir con amor y revolcarme contigo en un beso hasta ver las estrellas en un orgasmo. Lo malo es que tú está  tan lejos y yo  aquí solo escribiendo, eso eres tú.

"Misceláneo lírico"Where stories live. Discover now