—Tyler, yo...

—No te expliques. No hace falta que te expliques. ¿Por qué tendrías que hacerlo? Quinn es pasado, tú y ella son pasado. Eso me dijiste tú. Tengo que creerte, ¿verdad? —suelta todo rápido y sin respiros de por medio.

Me da una última mirada que intenta aparentar que está calmado y todo está en "orden". No hago nada cuando me esquiva, abre la puerta de la suite y se va.

Largo el aire que contengo en mi pecho con pesadez.

Camino hasta mi cama y me desplomo de espaldas, cierro mis ojos. ¿Cuántas horas faltan para que nos vayamos al demonio de Portland?

***

Cuando vuelvo a abrir mis ojos, me cuesta orientarme dónde estoy.

Me siento en la cama y observo la habitación vacía. Tyler no ha vuelto.

Lo primero que hago es buscar mi celular, que terminó en el suelo en algún momento de la noche. Ya es de día y a juzgar por la luz que noto escaparse desde las persianas de las ventanas, deben ser las diez de la mañana o algo así.

No tengo mensajes de nadie. Solo uno de Emma preguntándome cómo van las cosas. Dejo escapar una bocanada de aire, ¿qué cómo van las cosas? Jodidamente excelentes, Emma.

No abro el mensaje, decidiendo que voy a responderle más tarde.

Finalmente, me quito la ropa de ayer y me doy una ducha rápida. El perfume de Quinn sigue impregnado en mi piel. Tan solo basta con cerrar mis ojos para recordarla. La manera en la que me besó, en como se aferró a mi como si nunca quisiera dejarme ir, los gemidos que salían de su boca y lo bien que se siente tenerla en mis brazos.

Soy un imbécil.

Después de la ducha, me visto con la ropa que viajaré esta tarde.

Me tomo una pastilla para aliviar mi dolor de cabeza y me siento sobre la cama, intentando organizar mis ideas.

Estoy por alzar el teléfono y llamar a Tyler, cuando la puerta de la suite se abre. Me giro esperando ver a mi mejor amigo. No tengo suerte. Solo son Aggie y Nick.

—Huele a mierda aquí —es lo primero que dice Nicholas al entrar con la nariz arrugada.

Aggie va de jeans y una sudadera que le pertenece originalmente a Nick, aunque en lo que va del tiempo que la compró, la veo más encima de su novia que de él. Nick tiene unos pantalones chándal grises y una camiseta negra. También están listos para un viaje largo.

—¿Dónde está Tyler? —pregunta Aggie frunciendo el ceño mientras observa el resto de la habitación.

—Yo estoy bien, gracias por preguntar —suelto un bufido. No nos vemos desde ayer cuando les dije que se adelanten para ir a la boda y terminé en un bar polvoriento.

Aggie se adelanta y se sienta en el borde de mi cama.

—No me hace falta preguntar por ti —me mira con sus cejas alzadas y esa mirada que solo Agustine Monroe puede darte—. Ya sé donde has estado.

Abro mis ojos grandes. ¿Cómo lo sabe? En un parpadeo, llevo mis ojos a Nick quién abre las persianas de la habitación para dejar que entre luz.  Se alza de hombros, pero sé que sabe todo. ¿Dónde quedó su lealtad de hermanos? ¿En su novia?

Nick está atado a Aggie de por vida. Juro que si ella dice "salta", él va a preguntar qué tan alto.

Aclaro mi garganta, decidiendo ignorar que saben que estuve con Quinn.

The Same Heartbreaker (2) ✔️Where stories live. Discover now