Estoy sentada, observando el atardecer, donde los silencios y la humedad se acumulan en el ambiente. Puedo oír las cigarras mezclando su melodía cuando la noche termina de instalarse por completo y, mientras mi corazón vierte toda su tristeza amarga en el río, las estrellas del suelo se encienden y comienzan a revolotear. Brillan intermitentemente: Lapsos de luz que se mantienen constantes durante 8 segundos y que luego se disipan.
Me intriga un poco, pensar que somos así todos, emitiendo luz en las noches y, de vez en cuando, mezclándonos en la oscuridad de esta, nadando a su lado, como si fuera una parte de nuestra esencia que siempre hemos querido desechar y olvidar.
<<¿Soy una luciérnaga que vive como humano o es al revés?>>
Es una pregunta que me hago con tristeza; exento a las luciérnagas como insectos tristes, sin embargo, resulta ser que mi propia luz finalmente se apagará en más de una ocasión. Esa luz que dura sólo segundos, se irá y me encontraré de cara a las tinieblas, podré ver el vacío a los ojos y me sentiré en peligro, acechada por aquello que sigo tratando de vencer: Una soledad profunda que nadie va a poder remover, una soledad que sólo yo misma reconozco en mi alma.
<<¿Soy un humano que vive como luciérnaga o es al revés?>>
Sí, quizá sea un lampírido que de vez en cuando se ilumina y maravilla los ojos de quien me observa, pero no brillo por ellos, no lo hago para ellos. No seré la luz que guíe al perdido, porque yo misma estoy aún buscando el camino a casa.
Si llama la atención aquella luminiscencia natural, bien resulta ser no más que una advertencia de que, si me devoro a mí misma, eso que se oculta en la oscuridad, tampoco va a hallar la verdad que lo conforma: ¿Habríamos de ser entonces luciérnagas que viven entre humanos o humanos que viven entre luciérnagas?
NOTA DE AUTOR: Nope, quizá esto no tiene nada de sentido, me gusta el surrealismo literario pero no considero que se me de del todo bien. Jajaja, igual me gusta experimentar con ello. Gracias por leer.
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Viviendo en la luna.
RandomExtrañamente, hay ocasiones en que me siento en la Luna, mirando desde ahí aquello que sería mi Tierra. Estoy lejos, pensando: ¿Qué soy?, ¿Quién soy?, ¿Por qué y por quién soy? Desde la lejanía, fría y vacía, casi ningún sentimiento parece florecer...
