—Los dos sabemos que si pretendes quedarte aquí un segundo más haremos de todo menos ordenar mi maleta —Respondo con una pizca de diversión en mi voz que lo hace relegarme una sonrisa picara.

—Esa es una mejor idea que ver como ya no tendré día y noche a lado de mi—dice sonriendo —¿Sabes? Pensándolo bien, estoy muriendo por quedarme un segundo más aquí y hacer de todo menos hacer tu maleta o me vas a negar que estás perdiendo la cabeza de la misma manera en la que lo hago yo.

—En realidad estaría dispuesta a hacer de todo ahora mismo pero con tu familia abajo y sabiendo lo ruidosos que tendemos a ser no creo que sea una de las mejores ideas —Hago una mueca mientras camino hacia el closet tomando varias prendas de ropa para introducirlas a la maleta —Pero sabes algo.

—¿Qué?—pregunta.

—Sé guardar silencio —alzo una ceja, lo último que veo es una sonrisa juguetona antes de que caminará a mi besando mis labios.

***
Han pasado alrededor de tres horas desde que una sesión de húmedos besos y un par de cosas más entre nosotros había sucedido, no cruzamos la línea del todo pero fue lo suficiente para lograr calmar la resequedad en nuestras gargantas que sentimos al estar cerca, finalmente el reloj que está a un lado de mi marca las siete de la tarde, mis padres llegarían aproximadamente a las 9 porque he decido que ya es hora de emprender mi camino de regreso a casa después de tres largos días con lo Harrington, fue divertido pero ya saben lo que dicen, nada como el hogar.

—De verdad, gracias por todo —me encuentro a unos cuantos metros de la puerta sosteniendo mi maleta, la familia se encuentra frente a mi.

—Esperamos verte por aquí pronto Sophia, fue divertido una compañía femenina después de todo —Dice Derek riendo, sonrió.

—Está es tu casa, Sophia, vuelve cuando quieras—dice Nora sonriendo, Alejandro, su marido sólo asiente de la misma manera.

—Vamos, Sophia —Dice Nate tomando las llaves de su auto mientras me abre la puerta.

—Los veo después y gracias, de nuevo —me despido con agitando mi mano, ellos me devuelven el gesto haciéndome girar hasta salir de la casa, Nate sale detrás de mi cerrando la puerta detrás de él.

Ambos llegamos hasta él auto y subimos sin decir nada, tras unos minutos de recorrido Nate se detiene frente a mi casa, se baja el primero y camina hasta el otro extremo del auto para abrirme la puerta.

—Hogar dulce hogar —Digo saliendo del auto con su ayuda.

—¿Ya llegaron tus padres? —pregunta, a lo niego.

—Me llamaron hace un par de horas, llegarán hasta las nueve, creo —me encogo en hombros bajando la maleta, tiemblo un poco por el frío que nos rodea.

—¿Crees?.

—Eso fue lo que me dijeron —Respondo—Ven, vamos adentro o terminaremos hechos un cubo de hielo.

Él asiente, caminos hacia la puerta, introduje la llave en el cerrojo y abrí la puerta, entrando a la oscuridad de la casa, enciendo las luces iluminando toda la planta baja y después me adentro en ella con Nate pisando mis talones.

—Vamos arriba —Digo arrastrando mi maleta, nos dirigimos hacia las escaleras subiendo las escaleras con un poco de dificultad por la maleta.

—Déjame ayudarte con eso —Nate me quita la maleta para ayudarme a subir lo que me hace sonreí.

—Gracias, caballero —digo con sarcasmo.

—De nada, es sólo que he estado viendo lo débil que eres por un tiempo y pues, no queremos que te lastimes la espalda ¿Cierto señorita?—Dice riendo pero comprendí el doble sentido de eso así que lo fulminó.

Sin ControlWhere stories live. Discover now