¡Amy más deprisa!

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Annie:

Los días eran normales como siempre, pero ya no era igual. Antes me aburría en clase y dibujaba en el cuaderno ahora pensaba en Peter. Me estaba empezando ha asustar.

Desde el día que nos vimos no paramos de hablar ya sea por mensajes o skype. Era un vicio; incluso ahora hablaba con él en clase cosa que no suelo hacer salvo por la pesada de Amy aunque la quiero mucho.

Las clases se acababan y me faltaba tiempo para tirar de Amy para llegar pronto al coche de mi madre y hablar con él. Amy, la pobre, no se quejaba he intentaba seguir mi ritmo de gacela; conseguido gracias a años de práctica casi corriendo  detrás de mi hermanos mayores los patilargos.

Cuando llegaba siempre me encontraba con su mensaje primero.

"Hola little Katniss"

A lo que yo contestaba.

"Hola jirafa¿qué tal?"

Y ahí empezaba mi momento favorito: pinchar a Peter hasta ganar. Era cruel, lo sé pero ... soy Annie y es mi deber.

"Bien y ¿tú?. No soy una jirafa solo soy más alto que los de tu pueblo de pitufos"

"Por lo menos en mi pueblo hay más poblacion que en la tuya y además más diversa. Genial."

"Dado y hundido. Ganaste esta vez. ¿A cuanto vamos?"

"4-2 ganando tú"

" Soy el rey de este juego"

" Ya te caeras del trono..."

Y a partir de ahí hablabamos de cualquier cosa. Este chico me hacía sentir vinculada a el cielo y con los pies en la tierra. Parecía como sí no necesitara más que él para vivir.

Peter:

Las clases se me hacían más largas y aburridas de lo normal. Las chicas de la universidad me parecían aburridas y las faltaba algo. Me ponía ha hablar a Annie en las clases aunque muchas veces ni me contestaba.

"¿Soy un pesado?"pensaba cada dos por tres. Se supone que hay reglas sobre estos temas pero yo me los salté todos.

Annie. Todo lo ocupaba ella y que horror no había quien se concentrase en nada. Veía una melena parecida a la de ella y me acordaba de cómo le caía por la espalda y la cara; escuchaba a una chica reirse y me acordaba de su risa y de su cara... Y ahí es cuando la cagaba de verdad, porque entonces ya no salía de mi ensoñación hasta dentro de mucho.

La obsesión máxima era la de salir de las clases como alma que lleva el diablo y sacar el móvil para ser el primero en decirla hola, luego ya sí eso esperaba a Caleb que me picaba continua y constántemente con Annie.

-A ti te gusta- Decía el dándome con el dedo índice en el brazo.

- Que no, que es solo una chica. Que no me gusta.

- Ya, ya. Pues no intentes engañarte tanto que eso a la larga lastima. Y queda ya con ella pesado que debe estar de tus mensajitos...

Y no le pegaba. Porque era mi mejor amigo y en algo le quería. Cogí el coche que lo había dejado en la puerta. Suelo ir en bus pero hoy quería dejar a Caleb en casa tenía una cita importante con su chica.

Conduje hasta su casa y le dejé. Me fui a la mía, aparqué y me quedé dentro un rato para  hablar tranquilo con Annie.

Quería llamarla y escuchar su voz; llevaba una semana sin oir esa voz. Pero no me atrevía a hacerlo. "¿Y sí no quiere saber de mi o que la llame?¿ Y sí no le pasa lo mismo?

Hay que lio. Y como siempre me corté; no llamé. Salí del coche y me fui a casa como un estúpido chico que tiene miedo de la reacción de una chica preciosa.

A quién no le gustan las invasiones zombiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora