Oh blanca navidad...

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Habla Peter:

Hoy queridos y queridas es el comienzo del final de mi vida.

Todo empezó un viernes después de una semana larga de poco tiempo para mi y para todos a los que quiero. Me dediqu3 a prepararme muchas cosas y además estabamos cerca de navidades y mucha gente requiere de mis servicios como, pongamos, poner adornos navideños en las alturas, cargar y descargar cajas de más adornos, ir a comprar los dichosos regalos de los niños pequeños y plantearme esta pregunta.

"Por qué los niños pequeños tienen regalos enormes y en cantidades ingentes pero los niños grandes (como yo), tenemos algunos regalos más o menos aceptables y pequeñitos."

Obviamente no se la razón pero estoy por pedir este año a los reyes magos una r3plica de uno ochenta de mi mismo, solo por hacer la gilipollez del nuevo año. Sería gracioso, si.

Pero volviendo al tema, no tuve tiempo material para tener una conversación medianamente buena con Annie, pero me perdonará después de su regalo, seguro.

Yo estaba cuidando a  los monstruos de mis primos y al idiota de mi hermano; tan mayor que se cree y ni calentar una taza de leche sabe. Pobrecita la mujer que consiga engañar.

Al tema, mis primos estaban locos casi tiran el árbol por los suelos, rompieron un plato, mancharon una ventana con sus babas (estos niños habían salido del puto infierno) y ahí estaba yo mirando el caos a cámara lenta como en las películas; lo bueno del tema es que al final conseguí engañarlos para atarlos al sofa para que vieran sus dibujos animados tranquilos. Soy una buena niñera, si señor. Pero mi hermano se me escapo, aunque no le doy mucha importancia no creo que sea tan tonto de perderse ( solo le queda eso por perder).
Habla Annie:

Una semana sin hablar en condiciones con Peter me iba a volver paranoica y además con mis padres tras de mi preguntándome por todo y mandándome continua y constantemente (que asco de vida).

Pero todo volvió más o menos a su sitio cuando a Amy se le ocurrió llamarme. Mil y una horas mas tarde yo ya estaba controlada y Amy desahogada de sus padres. No me extraña que seamos amigas se nos da demasiado bien quejarnos a veces.

- Ann te dejo que ya estan otra vez de que abuso del telefono. ¡Si solo hemos hablado una hora! Eso es muy poco para lo que hablamos nosotras.

Me reí por lo bajo.

-Anda cuelga no sea que te castiguen sin llamar.

-Jo, no quiero. Cuelga tú.

-No cuelga tú.

-No cuelga tú tia fea.

-Que no que cuelgues tú, rancia.

-¿A sí? Pues cuelgo.

-Pues vale.

-Pues ok.

-Adiós, te qui hielo.

-Yo también te qui hielo.

Colgamos. Que niñas más tontas somos, no parece que ya casi estemos al frente de la mayoría de edad.
Habla Peter:

-¿Se han portado bien?- Me preguntó mi tia.

- Como unos angelitos- Mentí, claro esta.

- ¿Te los dejo otro día?

Se me cayó el alm,a la cara y todo al suelo, notaba el pánico en mis ojos.

-Mejor más adelante que estoy algo ocupado con los deberes de la uni y esas cosas.- "¡Mentira!"

-Oh, vaya pues nada. Adiós cielito. Niños despedios del primo.

Se despidieron con la mano y yo les guiñé el ojo. Espero que no les cuenten a sus padres lo de atarles... Recemos.

-Bien los monstruos se han ido. ¿Qué hago?.

Una bombilla iluminó mi cabeza.

"Annie"

Encendí el ordenador y esperé con todas mis ganas que estuviese conectada.

Y... llamar.
Habla Annie:

Empezó a sonar el timbre de la llamada del skype.

-¡Voy!- Grité aunque sabía que no lo oiría.

En el intento de llegar me tropecé con mis botas y me di con el pico de la cama, pero llegué a aceptar la llamada.

-¿Annie?¿Dónde estas? Que no te veo.

Yo aparecí de debajo de mi cama con el pelo más despeinado de lo normal y con cara de encocada de la vida.

-Hola, amor. Te he echado de menos.

Y en este punto ya me daba igual lo que me doliese la rodilla por el golpe. Ver a Peter me sanó todos los males.

Quien sabe cuánto estuvimos hablando solo se que se me hizo corto. Peter me contó toda la semana y todas sus batallitas con sus primos, yo sobre mi indinación con mis padres y por último:

-Chica linda sabes que hoy estas, completa y absolutamente guapa con esa nueva manera de no peinarte.

Me reí, le saque el dedo del medio y luego le mande un beso.

-Pues que sepas que es creación tuya.- Seguí riéndome.

Él se rió conmigo y continuó diciendo.

-Tengo algo para ti por navidades, pero no quiero que te asustes solo quiero que cuando llegue el momento estes feliz.

-Eso me suena raro, punto uno. No hacía falta que me regalases nada solo soy tu novia desde hace unos bastantes meses pero solo eso, punto dos. ¿Qué eso que me vas a regalar?

-Ah, sorpresa. Ya lo sabrás. Mi amor me voy, que no te piquen los bichitos y espero hablar esta noche. ¿Vale pequeña?- Dijo el risueño y a mi se me cayó la baba.

- Claro pero no soy pequeña y quiero saberlo.- Me hacerqué a la cam y le di un beso.

-Te echare de menos,  tio grande.

- Y yo a ti, Ewok.

Me reí y colgué. Que bien me define Ewok.

Me muero por volverle a ver.

A quién no le gustan las invasiones zombiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora