Capitulo 1 - Cayendo

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            Se encontraban en un gran convento en las afueras de la capital italiana, era un sitio rural rodeado de siembras, en su mayoría viñedos. Jared había logrado obtener un permiso para grabar allí y en cuanto el tour llegó a ese país reservó cinco días solo para ello.

            En este establecimiento religioso cristiano, los monjes benedictinos llevaban una vida religiosa en comunidad dedicada a la contemplación, oración y el trabajo, estos usaban un hábito a modo de túnica con capucha, así como las monjas. Se  les podía observar caminar por los pasillos y adyacencias; casi no había ruido en aquel lugar dándote espacio para pensar con tranquilidad, aunque aquella paz era  interrumpida con los preparativos para la grabación de ese día.  

         Shannon recorrió el camino que antes había transitado su hermano Jared de vuelta, dirigiéndose a Tomo con paso iracundo, profiriendo una imprecación a golpear una de las piedras con su bota. No era tan alto como Jared, pero lo rodeaba una indefinible aura amenazadora que lo compensaba de sobras, así como sus cabellos cortos y sus ojos verdes avellana. Se acomodó los lentes de sol que casi nunca se quitaba con un rápido movimiento de sus dedos y luego extendió su mano a Tomo estrechándola.  

― Buenos días ―saludó Shannon con voz ronca, escrutando el vaso térmico que su amigo llevaba en la mano― ¿Eso es café?

― ¡Buenos días! ―respondió con más ánimos claramente divertido de su compañero de banda al verlo malhumorado por levantarse temprano y luego bajó la mirada a su vaso, sosteniéndolo con recelo alzando una ceja, el baterista se podía considerar un adepto a la cafeína y él no estaba dispuesto a  darle su primer café del día, uno que al parecer sería extremadamente largo― Tal vez.

― Bien ―Shannon tomó el vaso y comenzó a beberlo como si fuera suyo― Olvidé tomar en el hotel y ninguno de producción trajo, solo esas bebidas verdes que toma Jared ―hizo una mueca.

― Ese era...olvídalo ―desistió Tomo. No tenia caso quitarle el vaso, eso sería como quitarle un trozo de carne a un león. Una completa e innegable mala idea. 

            El día avanzó con lentitud, aunque sin descanso; apenas lograron almorzar con tranquilidad cuando  regresaron a grabar. Era increíble como seis minutos en pantalla absorbieran tanto tiempo de elaboración, incluyendo pre y post producción, Cubbins insistía en hacer unas cuantas tomas más antes de volver a la ciudad y así aprovechar el tiempo, según sus cálculos todo iba como lo planeado y eso le permitía crear cosas que no estaban en el diseño. "Tomas extras nunca están de más", decía. 

            Al caer la tarde todos se encontraban en un largo pasillo y era el turno de Tomo para grabar su solo con la guitarra, aunque el sonido proviniera en realidad de un reproductor, le habían colocado un vestuario completamente distinto al que trajo del hotel: pantalón y chaqueta de cuero negra, así como camisa de mismo color con su firma estampada en la parte frontal en blanco haciéndolo ver muy llamativo en aquel lugar. En ese instante el celular de Shannon comenzó a vibrar dentro del bolsillo de su pantalón y se alejó para atender la llamada sin molestar.

― Hola América ¿Qué tal? ―preguntó Shannon a su asistente de fotografía. No era común que lo llamara a menos que se presentara un problema en L.A.

Ho...la Shann...on. Dis... es que...

― Espera un segundo, no se escucha muy bien― Shannon avanzó con rapidez al exterior del convento buscando una mejor señal de la que tenia allí hasta que la consiguió― Ahora sí, dime.

― Hola, disculpa que te moleste durante el tour. Era para avisarte que el grupo ha decidido hacer un concurso, ya sabes, de esos que hacen todos los años y preguntaban si puedes participar.

Club Wonderland - 30 Seconds to MarsWhere stories live. Discover now