Cap 10: Para siempre

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Años después

Han pasado algunos años desde que fui a por Helen, ¿cómo quedó la cosa? Ahora os la cuento. Mis padres se enteraron de que estaba con ellos y fueron a reclamar que regresara, cosa que me negué y la familia Casterville me apoyó.

Mi madre se divorció de mi padre, ella no lo amaba y no quería que yo pasara por lo mismo que ella, casarme por dinero. El padre de Zac anuló nuestro compromiso dado que él era feliz con Max, su madre se enfadó mucho por eso y se divorció.

Lo gracioso es que mi madre y el padre de Zac se casaron a los años, al parecer tenían sentimientos desde hace años pero no podían dado que estaban casados. Me alegro de que estén juntos, ahora soy hermanastra de Zac.

Helen y yo seguimos con nuestro noviazgo durante unos años hasta que le pedí matrimonio, toda nuestra familia se emocionó. Ahora llevamos casadas diez años, los mejores de mi vida. Carly se echó un buen novio, el chico era amable y servicial. Tere y Abi también consiguieron novios, aunque la primera lo llevaba de mano dura y nos hacía gracia.

Los padres de Helen nos regalaron una mansión cerca de la zona donde ellos vivían, así lo elegimos. Nuestros amigos y familia también se fueron a vivir más cerca de nosotras para estar más cerca.

Ahora me había levantado temprano dado que hoy era nuestro aniversario por llevar diez años de casadas. Bajé al jardín y le abrí la puerta a mis amigos, los padres de Helen me ayudaron a preparar todo mientras Tere y Abi vigilaban que mi esposa no se despertara.

-¿Dónde vamos a poner el jarrón? -preguntó Joan, el padre de Helen.

-Cerca de su asiento, es ese -lo señalé.

-Esto es una mierda -contestó Ingrid malhumorada, debido a que no sabía hacer figuras con las servilletas -Seguro que si le pones una servilleta con animales dibujados, se sigue alegrando.

-Ingrid no seas así -le riñó Selena, estas dos no cambiaban a pesar de los años.

-Es la verdad y lo sabes.

Colocamos todo bien preparado, era una mesa larga con cubertería bien preparada. Sería un gran desayuno. Subí a nuestro cuarto y mis amigas bajaron con los demás, la madre de Helen iba repartiendo estuches de confeti para lanzarlo cuando ambas hayamos bajado al jardín.

-Amor...-la llamé, le di un beso en la mejilla pero no se movía -Despierta, es hora de desayunar.

-Mmm....no quiero...ven a dormir conmigo.

-Me gustaría pero arruinarías la sorpresa -cuando dije eso abrió los ojos y me miró impaciente -Yo no la tengo, tendrás que acompañarme.

-Me gusta cuando te pones misteriosa -se rió mientras que yo sonreí.

Ambas bajamos por las escaleras, miró por la cocina y negué. Ella bufó y salimos a la puerta principal, le vendé los ojos y la guié hasta el jardín. Les hice un gesto para que se callaran y así lo hicieron, le quité la venda de los ojos y....

-¡Feliz aniversario! -gritaron todos y tiraron el confeti, llenándonos de este.

-Muchas gracias, gracias amor -me besó, noté un flash y era Ingrid con su móvil.

-Ya puedes estar borrándola -le advertí. Ella negó riendo, su hermana nos miraba con una sonrisa -Eres imposible.

-Mira quien habla...

-Felicidades chicas -nos abrazó mi madre, a su lado estaba el padre de Zac y bueno, ahora el mío.

-Espero que lo celebréis bien -eso lo dijo en doble sentido.

-¡Arthur! -le riñó mi madre mientras él y yo nos reíamos, Helen negaba con una sonrisa en su rostro.

-Lo haremos, no se preocupe -Helen le guiñó un ojo mientras yo abrí la boca impactada -Cierra la boca.

-¿Pero qué...?

-Hola hermanita adquirida -me saludó Zac, así nos llamábamos de broma.

-Si es mi hermano recién comprado -nos dimos un abrazo y reímos -Hacía tiempo que no te veía.

-Hemos estado liados, lo siento. ¿Estáis bien? -preguntó mientras veíamos como mi esposa abría los regalos de nuestra familia.

-Si. Todo lo bien que podemos estar, me alegra que esteis aquí, es muy importante para nosotras -sonreí.

-Lo sabemos. Al parecer el ir a aquel instituto no fue tan malo, ¿cierto?

-No fue malo, ¿quién diría que la chica que peor me caía sería mi esposa un día? Si me lo hubieran dicho en aquel entonces me hubiera reído.

-Te tomo la palabra.

Helen me hizo una seña para que fuera, al llegar vi que mis padres nos habían regalado un pequeño cachorro, era muy hermoso. Blanco y negro. Mi esposa lo acunó en sus brazos aunque prácticamente cabía en la palma de la mano.

-Es muy lindo, gracias -abracé a mis padres.

-¿Cómo lo llamaréis? -preguntó Selena.

-Creo que lo llamaré Heline -dijo mi esposa, fruncí el ceño al escuchar el nombre. Ingrid se empezó a reír a más no poder mientras yo seguía sin entender.

-No lo pillo...es un nombre extraño -dije mirando a todos.

-Viene de tu nombre y el de Helen -habló por fin Ingrid, seguía teniendo la cara roja, parecía un tomate.

-Ohh...¿Por qué le has puesto ese? -miré a mi mujer.

-Creo que le pega, además, es como nuestro hijo y quería que llevara algo de las dos.

-Y como tu nombre va detrás...eso significa que eres la pasiva -Ingrid volvió a reír. Selena se aguantaba la risa al igual que los presentes, aunque había quienes no se resistieron y estallaron en carcajadas como mis padres y amigas.

-No es verdad, yo no soy la pasiva -reproché.

-No digas mentiras, ¿ella es la pasiva? -Abi preguntó a Helen. Mi mujer se sonrojó y miró a otro lado -Tu silencio me dice que si.

-Celine la pasiva, Celine la pasiva -se pusieron a cantar Ingrid y Tere.

-Esto tengo que grabarlo -Max sacó su móvil y comenzó a grabar.

-Menos grabar y más comer, tengo hambre -dije para llamar su atención. Me fui a la mesa y me senté mientras escuchaba como seguían cantando. Al poco terminaron de hacer tonterías y se sentaron para poder desayunar, Helen tenía a Heline en su regazo acariciándolo.

-Celine la pasiva...-canturreó Ingrid por lo bajo, la miré mal y ella me sonrió.

-Te odio -la seguí mirando.

-El sentimiento es mutuo.

-Vosotras dos sois dos lapas, os queréis mucho -comentó Selena.

-Es verdad, no lo podemos ocultar. Quiero mucho a esta jirafa -me dio un golpecito en el hombro.

-Qué sea más alta que tú no significa que sea una jirafa -dije seria.

-Para mi lo eres.

-Desde luego, vosotras dos no cambiáis nunca -rió Helen. Le di un beso y le susurré "feliz aniversario".

Desayunamos entre bromas y sustos por parte de Ingrid, su hermana casi se atraganta con los cereales al ser asustada por Ingrid. Todos reímos a causa de eso, el resto del día nos lo tomamos a base de bromas y anécdotas.

Ahora solo quedaban las futuras aventuras que nos esperaban, junto con la gran familia que había construido.

FIN

Si os gusta la fantasía, mitología y eso...os recomiendo mi próxima historia Shiprim.

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