Cap 5: Perdidas

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No sabía que hora era, pero de lo que si estaba segura era de que hacía mucho calor. Noté un peso encima de mi, me desperté somnolienta y vi que era Helen; me estaba abrazando como si fuera un peluche gigante. Su brazo derecho pasaba por encima de mi pecho y sus piernas las había enrollado en mi cintura mientras que su brazo izquierdo estaba encima de mi barriga.

-Oye....Helen -la llamé susurrando. Ella murmuró algo que no entendí y me abrazó aún más -Genial....

Intenté recobrar el sueño pero era inútil; no podía dejar de pensar en el casi beso y ahora esto, ¿por qué todo me pasa a mi? No sé como pero logré conciliar el sueño, a pesar del abrazo de cobra que me estaba dando Helen; al más mínimo movimiento me abrazaba con fuerza, como para que no me marchase.

A la mañana siguiente desperté sola, me desperecé en todo el colchón dando vueltas. Hasta que llegué a su almohada e inhalé un poco de su olor, me sonrojé y me levanté, no podía creer que ella me hiciera sentir así...

Salí de la tienda, mi pelo parecía que había pasado un huracán o algo así. Mis amigas estaban desayunando sentadas en un tronco, cogí mi pelo con una goma y me senté con ellas. Abi me dio un batido y una magdalena, era lo único que Ingrid había traído.

-Casi parece que estemos en supervivencia -rió Tere, al ver como todas se quejaban de que no tenían buenos desayunos -Ingrid es lo más.

-Y tanto que lo es -vi como le entregaba a una alumna, una magdalena y un batido -¿Cómo es que tú tenías dos?

-Anoche no me lo comí, no tenía hambre -me explicó Abigail con una sonrisa -¿Tú qué tal la noche con Helen?

-Normal, supongo. Cada una durmió mirando a un lado y sin rozarnos, ni que yo tuviera el sida -mentí. No quería contarles lo que pasó anoche con las dos, eso sería mi pequeño secreto.

Ingrid al verme sonrió y se acercó, ella me dio tres magdalenas más junto con la misma cantidad de batidos. Le dije que no pero ella hizo caso omiso y argumentó que necesitaba comer más. Se marchó dando gritos de que hoy iríamos a hacer piragüismo en un río cercano. Recogimos todas las tiendas y otra vez me tocó llevarla a mi, Helen parecía una muñeca de cerámica o yo que sé pero no ayudaba.

-¿Falta mucho? -se quejó Tere, mientras subíamos por un escarpado terraplén.

-No, ánimo.

Dije eso pero yo subía como cabra montesa, debo agradecer de que cuando era pequeña mis padres me apuntaran a los Scout. Como llegué la primera ayudé a mis amigas a subir, me iba a ir pero vi a Helen intentando subir, sin éxito.

Rodé los ojos y le extendí la mano, ella me miró seria pero aceptó mi ayuda. Al subir ella siguió su camino sin agradecerme, ya me había acostumbrado a eso. Carly nos miró confusa y también le ayudé, ella por lo menos me agradeció antes de salir corriendo detrás de Helen.

-¿Cómo es eso de que las has ayudado? -me preguntó Tere, nada más llegar a su lado -¿Hay algo que no sepamos?

-No, nada. Solo soy servicial, ellas no podían subir por su cuenta. Hubiera hecho lo mismo por cualquiera.

-Pero no han sido cualquiera, son Helen y Carly; las más populares del instituto -dijo Abi, al lado de Tere. Esta última asintió a lo que dijo su amiga.

-Bueno, pues han sido ellas.

Sentencié y me fui de allí a paso rápido. Al cabo de una hora y media, llegamos al río. Allí había un instructor que nos explicó como manejar las barcas con los remos, claro que él iría con Ingrid. Mi profesora y amiga nos dijo que iríamos en grupos de dos, recé porque me tocara con alguien que no fuera Helen pero la suerte no iba de mi parte, me tocó con ella.

Indomable (LGBT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora