La ciudad de New York siempre ha sido tan tranquila y nada anormal.
Todo eso acaba hasta que hay un encuentro entre tú y el gran sheriff de esa zona, Villa Fábulas, Bigby, un viejo amigo o más bien; tu ex. ¿El amor podría seguir así? ¿Se revelarán s...
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Mis manos estaban ocupadas en el móvil mío al ver todas aquellas llamadas no contestadas. Gren se acercó más a mí para hablarme, aunque nunca abrió la boca ya que simplemente observó y volvió a lo suyo. Yo por mi parte me decidí a enviarle un mensaje a mi superior para no estar metida en problemas.
Perro sarnoso
Hola, jefe. Apenas vi sus llamadas. Perdone el no haberle contestado pero es que mi hermano me dijo que había algo que decirme. En un rato voy para allá. Enviado a las 6:39 p.m
Luego de apretar el botón a enviar me relaje bastante. Lo guarde en mi bolsillo y así observé por última vez como aquellos investigadores hablaban con Holly hasta que ellas nos llamó.
— ____ y Gren, vayan a fuera. Tengo que atender algo con ellos.
— ¿Segura?
— Vamos, Gren. De seguro es algo importante. Pero bueno, yo en verdad me voy, el perro sarnoso me llamo como 20 veces, como si fuera mi novio y eso no es buena señal. Hablamos más tarde Holly, mejórate.
Me acerqué a la chica de cabellos blancos para abrazarla con gran fuerza, de ahí abrace a Gren y me despedí de los otros dos, así fue que me retire de ese bar para encaminarme a mi trabajo. En el camino hacía las oficinas policiacas observaba de vez en cuando mi celular como si esperase algo. Igual, la noche estaba muy tranquilo a lo que a mí me puso nerviosa aunque decidí no sacar conclusiones de forma tan repentina sin tener pruebas. Cerré mis ojos por unos segundos y la lluvia se hizo presente en el día, haciéndose noche y así el frío comenzaba hacerse notar lo cual me incomodaba ya que no llevaba puesto nada contra el frío, solté un suspiro y apresuro mi paso ya que a lo lejos note como un carro se acercaba a donde estaba y lo reconocí; era del hombre que me tendió la mano alguna vez. Esta vez al verlo cerca comienzo a correr lista para cualquier cosa, mi respiración se agitaba al tan sólo pensar estar ahí mientras volteaba a ver atrás de vez en cuando para saber si los había perdido, al no ver ningún rastro fruncí mis ceños por eso. Mordí mis labios, ¿y si se escondió? O peor, ¿era mi imaginación? Mi caminata se redujo a ser solamente caminar con calma pero en realidad mi corazón latía al mil, sentía que en cualquier momento se iba salir. Por última vez dirigí mi mirada atrás y; nada. Solté un gran suspiro con una sonrisa y volví a mirar hacía al frente pero solté un grito al ver quién se encontraba. Era Bigby. Él me miró confuso y yo tenía el corazón en la boca.
