ORGULLO

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Se calzó las botas dispuesta para la lucha. Todo su cuerpo vibraba de autodeterminación ante la perspectiva de aquella difícil misión militar. 

Todos sus compañeros estaban callados y nerviosos, pero preparados ya, subieron a los jeeps armados hasta los dientes. Aquella era LA MISIÓN, el ataque más importante, no podían fracasar, y las únicas dos mujeres del equipo, una de ellas jefa de la expedición, miraban al horizonte frente a ellas intentando descifrar un futuro impredecible. Quizá todos murieran, pero era su trabajo, era lo que habían elegido, mi más, ni menos.

Veinticuatro horas después yacían todos muertos en los bosques de Viella. Unos destrozados, otros con un limpio disparo entre las cejas. La única superviviente era ella. Sentada con una herida mortal en el vientre procuraba no desmayarse de dolor o desangramiento.

Observaba los restos de sus compañeros repartidos por doquier. Incluso Ruby, su compañera más querida. 

Sabía que iba a morir y ahora se preguntaba si todo aquello había valido la pena. El orgullo por la patria, el sueldo exorbitante, los compañeros... Decidió que no y no se arrepintió de su decisión. Quizá hubiera sido feliz por otro camino, quizá si no se hubiera entusiasmado tanto por todo aquello, quizá si hubiera reprimido aquel exagerado orgullo a demostrar su capacidad militar, quizá... pero, ¿cómo saberlo? 

Ahora ya era demasiado tarde para preguntárselo siquiera. Notaba como la vida se le escapaba, se apretó la camisa enrollada sobre la herida como si con aquello pudiera evitarlo, pero solo consiguió hacerse daño. Intentó levantarse y caminó medio arrastrándose hasta un prado descubierto donde se desplomó ya casi muerta. 

¿Dónde estaba su orgullo ahora? ¿Dónde estaba aquella vida llena de proyectos? Exhaló su último suspiro deseando otra oportunidad...

MICRORRELATOSWhere stories live. Discover now