Las Preguntas de Samuel

Mi nombre es Samuel, tengo ocho años, me han diagnosticado autismo, un señor de bata blanca, dice que mis largos periodos de silencio con la mirada pérdida es uno de los síntomas, pero yo no estoy de acuerdo con su diagnóstico. Se puede decir que soy un niño como los demás, voy al colegio, pero no tengo amigos, solo me gusta ir al sitio con muchos libros, allí me siento libre, siempre me siento a leer, me gustan los libros de soldados, soldados héroes, veteranos.

Pero una de las cosas que más amo hacer es pensar, se preguntaran ¿Qué puede pensar un niño a mi corta edad?; bueno cada vez que leo los libros de soldados, pienso ¿Por qué pelean?, ¿Por qué un acto violento da el derecho de dañar a otros?, ¿Acaso no somos hermanos?, porque eso es lo que siempre me dice mami cuando me pide que juegue con los niños del colegio; como ven puedo continuar todo un día haciéndome más y más preguntas, que al final solo son incógnitas sin respuestas.

Sé que soy un niño, pero no estoy ciego; puedo no comprender ejercicios algebraicos pero comprendo perfectamente cuando una persona es abusada y me llena de pena, de tristeza, los ojitos se me llenan de lágrimas, y surgen más preguntas ¿Por qué?, ¿Por qué se permiten estos hechos?, ¿Justicia?, he visto como la violencia se disfraza de justicia y creo que eso no es lo correcto. Porque entonces si un chico me golpea, ¿Su acto me da derecho a dañarlo?, ¿Las riñas no deberían solucionarse hablando?, llegar a un acuerdo, sería muy utópico verdad, si lo acepto soy un soñador.

Por eso en mis largos ratos de silencio que preocupan a mis padres, me la paso ideando un plan donde el amor real, amor verdadero hacia el otro se haga realidad, mientras tanto seguiré refugiado en el silencio y las grandes preguntas sin respuestas.

Atentamente;

Samuel.