Capítulo #13

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Era el día esperado ya Harry iba a cumplir 11 años, aunque la fiesta era en la noche en la mañana Lily y James habían decidido llevar a Harry al callejón Diagon a comprar los útiles para Hogwarts. Lo había levantado temprano para terminar cuanto antes todas las compras. Sirius quería acompañarlos pero no podía ir todavía lo buscaban y además aún no habían encontrado a Peter aunque Dumbledore y Remus hasta James ya habían salido a buscarlo pero sin mucho éxito. Se despidieron de Sirius y se aparecieron enfrente del caldero Chorreante.

No tardaron en entrar cuando reconocieron a Harry y todos los del bar se tiraron a estrecharle la mano. James estaba contento tenía una sonrisa por ver que su hijo era famoso. Lily en cambio se sorprendió al principio pero luego miro a Harry pensó que tal vez le iba a gustar como su padre, pero se equivocó por el rosto que se le veía parecía que no le agradaba estar con tantas personas. Miro a James este sí que tenía en la cara que lo estaba disfrutando, lo golpeó en las costillas y James iba a protestar pero al ver que Lily señalaba a Harry lo pensó mejor y decidió que tenían que irse de ahí. Cuando iban salir de ahí antes de que lo detuvieran un joven con un tic en el ojo se les acerco.

- P-P-Potter – tartamudeo el joven apretando la mano de Harry – N-no pue-do decirte l-lo contento que-e estoy de co-conocerte

Se dirigió a James y a Lily.

- S-soy p-profesor de Ho-Hogwarts – dijo el joven – P-profesor Q-Quirrell

- ¿Qué clase de magia enseña profesor? – pregunto la muy curiosa Lily

- D-Defensa Contra las Artes O-Oscuras – murmuro el profesor como si no quería pensar en ello – N-No es al-algo que t-tu n-necesites, ¿verdad P-Potter? – soltó una sonrisa nerviosa.

Eso no le agrado a Lily, ¿a qué se refería que no la necesitaba? Pero no pudo seguir pensando en eso ya que el profesor la saco de sus pensamientos cuando volvió a hablar.

- Estas reuniendo el e-equipo, s-supongo. Yo tengo que b-buscar otro l-libro de va-vampiros – pareció aterrorizado ante la mención.

Luego se alejó para alivio de Lily ya le estaba dando mala espina estar cerca de él. Llegaron al patio en que estaba escondido la entrada al callejón, Lily saco la varita y toco el ladrillo para que se abriera la entrada. Le alegro ver la expresión que Harry tenía en la cara cuando vio por primera vez el callejón Diagon le recordó a ella a los once cuando ella llego por primera vez a ese lugar.

- Bienvenido Harry al Callejón Diagon – le Dijo James también sonriendo al ver la expresión de Harry.

Lo vieron mirar por todos lados para no perderse de nada y estaban felices al verlo feliz. Llegaron a Gringotts en donde se encontraron a Hagrid como siempre fuera de lugar y tan grande que todos se les quedaban mirando.

- Hola Hagrid tanto tiempo – le dijo James

- Hola gusto de volverlos a ver y a ti también Harry – dijo Hagrid – la última vez que te vi eras una criatura que cavias en mi mano

- Harry él es Hagrid él trabaja en Hogwarts es el guardabosques y un viejo amigo – dijo Lily al ver sorprendido a Harry

- Hola entonces – dijo Harry

- ¿Qué haces aquí? – le pregunto James

- Bueno vine a buscar algo importante para Dumbledore aquí en Gringotts ya saben que el confía en mi – dijo tirándose las barbas orgullosamente – ya saben que Hogwarts es el lugar más seguro después de Gringotts ya saben, bueno debo irme Dumbledore querrá verme.

Sin más se despidió y se fue calle arriba. Los Potter siguieron su camino hacia Gringotts. Llegaron al mostrador y luego un duende los hizo pasar por unas de las puertas y Harry se sorprendió al ver que ya no seguía más mármol y más al ver que había rieles. Se subieron al carrito, Harry y James disfrutaron el viaje, Lily no pudo. Cuando salieron del banco James se fue a comprar unos helados por mientras Lily fue con Harry a Madame Malkin túnicas para toda ocasión. Ya estaba lleno había un chico rubio de cara puntiaguda estaba probándose una túnica, a Lily le resultaba muy familiar a alguien, pero no sabía a quién. Le estaba hablando a Harry, pero Harry parece que no le gustaba hablar con él. Lily solo escuchaba sin mucha importancia, pero luego algo que dijo el rubio la hizo racionar. El chico había hablado que los hijos de Muggles no debían estudiar en Hogwarts. Era claramente que debía ser hijo de un Sangre Pura tenía que intervenir antes de que le llene de ideas tontas a su hijo sobre la pureza de Sangre, pero antes de que lo hicieran Madame Malkin le había dicho que ya estaba lo suyo. Sin lamentar Harry y Lily se fueron de la tienda no sin antes de que el rubio le dijera que lo veía en Hogwarts.

Afuera estaba James con tres helados de los cuales Harry tomo uno y Lily vio que algo que le había dicho el chico rubio le había afectado en realidad. No le dijo nada aun no quería preocupar a James ya hablaría ella con el mas tarde. Cuando fueron a comprar tinta y pergamino vio que se alegró un poco y se sorprendió que a él le gustaba la misma tinta que ella, la que cambia de color al escribir. Luego fueron a comprar los libros, Lily se negó a comprar el libro Hechizos y Contrahechizos (encante a sus amigos y confunda a sus enemigos con lo más recientes venganzas: pérdida de cabello, piernas de mantequilla, lengua atada y más, mucho más), del profesor Vindictus Viridian, ya que no quería que Harry se metiera en problemas en el colegio. Tampoco no quería que le comprara una escoba ya que en la lista no se lo permitían. Asi que solo fueron a observar la tienda de Artículos de calidad para el Quidditch.

Luego fueron al emporio de las lechuzas a comprar el regalo de Harry. Este se emocionó cuando salieron con una lechuza blanca como la nieve dormida y Lily se alegró de que no pensara en lo que hablo con el muchacho Rubio. Ya solo quedaba la varita de Harry. Entraron en ollivander.

- Buenas tardes – dijo una voz amable

- Hola – dijo Harry

- Ah, sí – dijo el señor Ollivander – Si, si, pensaba en que iba verte pronto. Harry Potter. Tienes los ojos de tu madre – dijo mirando a Lily luego continuo – parece que fue ayer cuando vino a buscar su primera varita. Veintiséis centímetros de largo, elástica, de sauce. Una preciosa varita para encantamientos ¿es así?

- Sí, es así – dijo muy sorprendida de que se acordara de su varita y la clase que menos le costaba.

- Tu padre – y James se sintió orgulloso cuando hablaron de el – por otra parte, prefirió una varita de caoba. Veintiocho centímetros y medio. Flexible. Un poquito más poderosa y excelente para transformaciones. ¿es así? – le pregunto el señor Ollivander a James.

- Si es así – dijo James con orgullo y recordando que si le sirvió para transformarse en animago.

- Bueno he dicho que el la prefirió pero en realidad la varita es la que escoge al mago – dijo Ollivander

Luego de esa plática el señor Ollivander se puso a buscar la varita de Harry. Harry probaba varita tras varita y el señor Ollivander debes de estar enojado se encontraba muy feliz.

- Que muchacho más difícil... veamos si esta... si puede ser Acebo y Pluma de Fenix, Veintiocho centímetros, bonita y flexible – dijo el señor Ollivander

Y como era de esperar esa era la varita de Harry. Lily y James aplaudieron junto al señor Ollivander, pero este murmuraba muy curioso, muy curioso. ¿Qué era curioso? Lily iba a preguntar pero Harry se le adelanto. Había algo que había heredado de ella su curiosidad.

- Recuerdo cada varita que vendo Harry Potter cada una de ellas y la pluma de fénix que tiene su varita dio otra pluma solo una que está en la varita que le hizo esa cicatriz – dijo el señor Ollivander – y es realmente curioso que este destinada para esa varita debemos esperar grandes cosas de usted ya que el que no debe ser nombrado hizo grandes cosas terribles pero grandiosas.

Esoa Lily no le gusto, así que pago la varita y luego se dirigieron a la salidadel caldero chorreante y luego se aparecieron para la casa.    

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