Capítulo 28| Ser mala es bueno

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—Curiosidad —comentó girando la pequeña cucharita en mi té —¿La curiosidad de saber cómo matar a un semidiós?, ¿o la de como liberar un monstruo? —indagó sin rodeos, el rostro del chico pasó a blanco y sus ojos se abrieron como platos. Tardó en contestarme y su excusa fue algo pobre a mi entender.

—Yo... yo lo hice por ti, todo por amor a ti Aileen. Mereces todo el amor del mundo y con Damián no ibas a obtenerlo, tenía que deshacerme de él —estalló aquella bomba pesada, la mirada desorbitada de Artemis heló mi sangre, vi como sus pupilas cambian su color ámbar a uno violeta y volvieron a su color habitual. Apreté mi puño sobre la mesa para no soltar un rayo y sacarlo rápido de mi presencia.

—¿Por amor a mí?, ¡mataste a mi novio por amor a mí! —gruñó golpeando la mesa con mi puño cerrado, la taza de té tembló y un enorme estruendo se escuchó afuera del Olimpo, un rayo cayó.

—Y lo siento... pero es algo que volvería a hacer por ti, desde hace mucho tiempo no puedo sacarte de mi cabeza princesa, te amo —añadió el castaño, sus ojos seguían viéndose desorientados, casi idos, se acercó mucho al escritorio apoyando ambas manos sobre este y se inclinó para tenerme más de cerca. —Te deseo Aileen —murmuró.

—¿Qué? —preguntó ya cansada de estar escuchando a un demente, me tire en mi silla hacia atrás masajeando mis sienes en un intentando de no estallar en furia.

—Aileen que me gustas desde que te conocí y quiero todo a tu lado —aseguró estirando sus brazos para tomar mi rostro en sus manos, pero me aleje, lo único que sentía en estos momentos por Artemis es odio.

—No me toques, serás llevado de nuevo al campamento y alguien más vendrá en tu lugar. No te quiero aquí, entre tú y yo no habrá nunca nada. ¡Guardias! —exclamó con todas mis fuerzas, dos soldados aparecen en la puerta custodiando al descendiente de la sabiduría que no dejaba de gritar que me amaba.

No pude soportarlo más, me fui corriendo de mi oficina siendo atormentada por los recuerdos de Damián, una vez más las consecuencias de los actos de mi padre son pagados conmigo. Mi cuerpo está temblando, mis manos destilan cargas eléctricas que imploran ser liberados. Tengo tantas ganas de llorar, pero no puedo verme débil en un momento así, caminando por los pasillos de los talleres me contuve de no romperme delante de los semidioses. En cuanto no sentí sus miradas sobre mí, comencé a correr, siendo envuelta por un rayo que me trasladó a un sitio diferente y caí de rodillas frente a la tumba de Damián. Un grito de frustración, tristeza y rabia se escapó de mi garganta, el cielo acompaña mis sentimientos comenzando a tronar y la lluvia comienza a descender. Apoyando mis palmas sobre la lápida me derrumbé una vez más, pieza a pieza me fui rompiendo.

—Hace tanto tiempo que no venía a verte Damián. Acabo de enterarme quién fue el responsable de tu muerte y me siento confundida. Al final tenías razón, Artemis no es un buen chico después de todo. Lamento no haberte escuchado antes mi amor, pero... tú sabes que siempre le veo la bondad en todo... —sollozo con un nudo en la garganta, la lluvia me estaba empapando y los rayos y truenos no dejaban de caer en las cercanías.

—Aileen —una voz firme me habló, deteniendo mis sollozos. Una mano cayó con fuerza sobre mi hombro apretando su agarre al punto de llegar a casi lastimarme. Mire por encima de mi hombro, me costó un poco por mis pestañas empapadas y la lluvia que continuaba cayendo con fuerza, Alysa era la dueña de esa mano. Se veía desaliñada, empapada por la lluvia, con los ojos rojos e hinchados por haber llorado, pero en sus ojos encontré tristeza y furia. Ella me odia por lo que le pasó a Damián. Estaba tan desconectada del mundo en ese momento que no pude hacer nada cuando vi su puño impactar en mi rostro. Mi pómulo palpitaba con un fuerte dolor, el impacto del golpe me hizo caer dándome la cabeza contra la lápida. —Vamos princesita, levántate. Me quitaste todo lo que era mío, primero matas a mi hermano y ahora me quitas a mi novio. No sabes cuánto te odio —tomándome del brazo me hizo levantarme del suelo.

La hija de Zeus y Hera [1.2]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt