Capítulo 23 | Aceptación

1.7K 163 22
                                    

A I L E E N⚡️⚡️⚡️

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

A I L E E N
⚡️⚡️⚡️

Con los dedos acarició el agua del estanque de los dioses, recibiendo descargas eléctricas de los peces rayos que nadaban tranquilamente. Dos días han pasado desde que todo el caos se desató por mi pelea con Demi y Alida, no quería dañarlas, pero no me dejaron otra opción. Ellas me atacaron primero, tenía que defenderme y de no hacerlo habrían atacado a mis primos u otros semidioses del Olimpo. Tuve que detenerlas.

—Aileen, aquí estás te estuve buscando durante horas —bufa Artemis deteniéndose a mi lado, su cuerpo obstruye los rayos del sol que me estaban pegando en la cara.

—Artemis, por favor, no es muy difícil encontrarme —me burló sentándome y levantando mi cabeza para ver a mi protector —Siempre que no me encontraban mis primos llamaban a... Damián, él siempre lograba encontrarme sin mucho esfuerzo, él me conocía muy bien —comentó pegando mis rodillas a mi pecho, las rodeó con mis brazos.

—No quise hacerte sentir mal —se disculpa el castaño —Te estaba buscando para recordarte lo de esta noche —comunica el semidiós, pero la verdad es que no tenía ni idea de lo que pasaría esta noche.

—Esta noche... —respondo enredando mi cabello en mi dedo, apartando la mirada, implore a los dioses que la memoria no me falle ahora. ¿Qué había de importante esta noche? —Claro, esta noche es eso que planeamos —comento dejando de jugar con mi cabello para levantarme con su ayuda.

—¿Lo olvidaste cierto? —responde él conteniendo la risa, en verdad ni siquiera recordaba que había planeado algo con Artemis, los acontecimientos de estos últimos días me habían hecho olvidar ese detalle.

—¡¿Qué?!, por supuesto que no lo olvide —reclamo ofendida, con mis manos en mis caderas le dedique la mejor mirada de reproche que tenía.

—Sí, si lo olvido —interrumpe nuestra conversación, el que se supone es mi amigo, Calisto paso a nuestro lado con rayos que esperaba que terminara desde hace unas dos horas.

—Eres un soplón Calisto, yo siempre te cubro cuando te escapas. Mal amigo —le recrimino al herrero de manera infantil, sacándole la lengua, me cruzo de brazos escuchando su risa ahogada.

—Lo siento rubia —comentó sin detenerse.

—Perdón, ¿qué había esta noche? —interrogó derrotada, por más que lo pienso, no recuerdo que íbamos a hacer.

—Conocer a tus primos, pero será otro día —agrega rascando su nuca, en su mirada se veía que le incomodo que no lo recordara y me sentí avergonzada por ello.

—No, será hoy, deja que les avise aún no es hora de la cena, me da tiempo para planearlo todo —intento animarlo, no me gusta ver a las personas tristes.

—Gracias por darme una oportunidad —murmuró besando mi mejilla de la misma forma en la que lo hacía Damián, solo que eso no me hizo sentir nada.

—Si claro —me aparté rápido comenzando a caminar para preparar lo de esta noche, aunque la verdad es que me quería alejar de esa sensación extraña que me dejó ese beso en la mejilla. No me agrado.

La hija de Zeus y Hera [1.2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora