ɪ ᴀ ʟ
➢Grecia es una joven de 19 años con grandes sueños y aspiraciones como cualquiera en el mundo, pero al igual que la mayoría de los jóvenes de su país, no tiene muchas esperanzas con que va a cumplirlas.
Para su buena suerte se le presenta la o...
—Te apoyo, ¡AL INFINITO Y MÁS ALLÁ!— comienzo a empujar el carrito dirigiéndonos hacia donde están las gaseosas.
—¿Llevamos gaseosas de diferentes sabores?
Asiento con la cabeza y él saca la mitad del cuerpo para agarrar distintos sabores de refrescos. O sea, gaseosa pues.
—¿Agarramos cosas a lo loco?
—Me leíste la mente, amiga.
Empujo el carrito y Calum comienza a agarrar todo lo que puede con sus manos.
—¡Alcohol!—exclama Calum alzando los brazos con emoción cuando llegamos a la zona del alcohol.
—Jovenes, ¿Tienen edad suficiente para comprar-
—Tengo ventidos años, señor, así que con permiso, nos vamos a llevar cinco botellas de vodka—Calum comienza a pasarme las botellas y las coloco con delicadeza sobre el carrito.
—También de tequila, Cal—le pido y él las toma.
—¿Usted no es muy joven para ingerir alcohol, jovencita?—vuelve a preguntar el encargado.
—Eso no es peo suyo.
Arranco el carrito y Calum se comienza a reír de la cara de 'WTF' del señor.
—¡Eso fue muy gracioso!—el moreno sigue riéndose a carcajadas—. ¿Que le dijiste?
—Que no era problema de él si yo bebía o no—le respondo deteniéndome en la zona de los dulces.
El chinegro sale del carrito y me hace seña de que intercambiemos lugares.
—¡Soy tu hija!—grito subiéndome al carrito y ganándome la mirada de las demás personas presentes en el supermercado—. ¿Qué? ¿No habían visto a dos jóvenes disfrutando su vida?
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—¿Ya están todos?—pregunta Crystal viendo todo lo que teníamos Calum y yo en el carrito.
Creo que nos excedimos un poco, agarramos muchísimas botellas de vodka y tequila, también muchas gaseosas y no se me puede olvidar que metimos demasiadas bolsas de frituras y dulces, también metimos helados y sin mentir como cincuenta paquetes de galletas.
Si, fuimos los más exagerados, pero en nuestra defensa ella dijo que compráramos lo que quisiéramos.
Crystal nos dijo que saliéramos del supermecado y que la esperáramos en el auto, Mike se quedaría con ella. Pero para el chinegro y para mi, eso nos valió veinte kilos de verga. Calum me propuso ir a una tienda de mascotas que estaba cerca, según el, solo a ver los perritos.
Pero todos, incluso ustedes, saben que eso no es cierto. Si no compramos un perro lo robara.
Al principio no acepté, pero luego de que me subiera a su hombro y comenzara a correr en dirección a la tienda de mascotas lo reconsideré.
