Capitulo 6 - Parte 1

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El corazón le empezó a latir con fuerza y no pudo responder.

— ¿Por qué no me respondes chiquita? —Volvió a decir este con un tono más preocupado—

—Si cariño... so-soy yo...—Respondió Mónica con el corazón en la boca—te... vine a buscar porque... me da miedo la oscu-curidad...

Al parecer Pedro la confundía con alguien más, no tuvo más opción que seguirle el juego, lo que le preocupaba en realidad era hasta donde tenía que llegar para poder salir de aquella oscura casa, eso sin contar que la electricidad podía llegar en cualquier momento.

—Ya no tengas miedo bebé—Pedro estiro la mano y la postró sobre un seno de Mónica—ahora podemos divertirnos aquí.

—Si... claro, pe-pero... ¿no te parece mejor si vamos al cu-cu-cuarto? —Dijo Mónica—ahí podremos estar más cómodos.

Un silencio mortal se creó en la habitación y Mónica sentía que el latido de su corazón se debía escuchar a unas cinco cuadras, y Pedro por fin respondió.

—Un momento, ¿por qué estas vestida?

Mierda.

—Me puse mi blusa porque tenía frio—sus manos empezaron a temblar—vámonos al cuarto cariño... no perdamos tiempo...

—Está bien, vamos al cuarto si es lo que tanto quieres.

Pedro se levantó del sillón y caminó con los brazos estirados hasta perderse en la oscuridad, sin perder el tiempo Mónica dio media vuelta y saltó hacia la ventana, su cuerpo se fue hacia adelante dio una vuelta en el aire y cayó de espaldas dejándola sin aire en los pulmones, también se había golpeado la cabeza y duró unos segundos antes de levantarse, en el exterior la luna iluminaba el césped seco, se levantó con las manos y se echó a correr hacia la calle, sus pies tocaron el pavimento y se dio cuenta de algo, el auto de sus amigos no estaba. Sin perder el tiempo corrió hacia la izquierda a todo lo que podía, detrás de ella se escuchó como se abría la puerta de la casa de Pedro y el mismo gritaba a los cuatro vientos.

— ¡ES MEJOR QUE CORRAS ZORRA! —Exclamó— ¡TE VOY A ENCONTRAR!, ¡TERMINARAS EN LA CARCEL POR ENTRAR EN MI CASA ZORRA DE MIERDA!

Empezó a acelerar el paso y cruzó hacia la calle izquierda siempre buscando el auto de sus amigos, de repente un motor rugió a lo lejos. Pedro había encendido su auto, la adrenalina inundo hasta el más pequeño rincón del cuerpo de Mónica y le proporcionó más velocidad, volteó sobre el hombro y dos faros cegaron su vista, era el mismo auto que Valerie había robado, el auto de Pedro. Se metió a un pequeño callejón y siguió corriendo, el ruido del auto empezó a sonar distante, se detuvo y puso las manos en las rodillas para descansar, salió del callejón y vio a ambos lados de la calle desierta, puso un pie en la acera y las luces de un auto la volvieron a cegar, por los nervios corrió hacia el otro lado de la calle y empezó a tocar una puerta de metal gritando que la ayudaran, el auto aceleró y llego al lado de Mónica, sin mucho más que hacer se volteó hacia el auto y bajo la mirada, la habían atrapado.

— ¡Mónica!, ¿¡dónde demonios te habías metido!? —Gritó Valerie desde adentro— Pedro anda como loco en su auto gritando, ¡súbete!

El alivio absoluto llegó a Mónica y con las piernas temblorosas se subió al auto. Una vez adentro la agobiaron las preguntas, pero lo único que pudo decir fue que condujeran rápido para poder ir a su casa y por fin hacer ese sacrificio que ya la estaba sacando de quicio, en el camino se empezó a preguntar quién podría estar acostándose con un sujeto tan desagradable como ese. Según Arthur los hechizos cuando se hacen con venganza siempre salían mejor, y considerando el odio que sentía Valerie hacia Pedro ese hechizo saldría muy bien, estos eran los más fáciles para Mónica ya que con un mechón de cabello y una chispa de fuego se podría realizar, y otra cosa buena era que no tenía que ver como un demonio entraba en Arthur, al pensar en eso se preocupó, recordó que ahora lidiaban con demonios que no solo querían matar personas que Mónica y su grupo de amigos ofrecieran, ahora los demonios quieren matarlos a ellos también.

— ¿Que pasó en esa casa Mónica? —Preguntó Mike—te veías súper asustada.

—Mientras le cortaba la barba él se despertó—dijo Mónica— corrí con la suerte de que me confundió con alguien más, al parecer había otra persona en la casa.

—Gracias a Dios que fuiste tú la que le corto el mechón, si hubiesen sido uno de los chicos se complicarían las cosas.

—Les juro que nunca en mi vida había estado tan nerviosa.

— ¿Ni siquiera cuando ibas a perder tu virginidad? —Se metió Jackson— a toda mujer le da miedo ese momento.

El comentario de Jackson le había causado gracia a Mónica y a los demás ya que el auto se llenó de risotadas, cruzaron hacia la vía que atravesaba el bosque para poder llegar a su casa y todos quedaron en silencio, Arthur encendió la radio pero esta empezó a fallar, en lugar de música un sonido de interferencia perforó los oídos de todos, decidió apagarlo y seguir manejando, se adentraron en la vía del bosque y los arboles altos ocultaron la luz de la luna, Mónica tomó un disco que estaba en el cajón de la guantera y lo introdujo en el reproductor, todo quedo en silencio y la misma interferencia volvió a invadir aquel auto, un viento frio subió por su espalda y trato de sacar el disco, pero cuando presiono el botón se rehusó a salir y en cambio la interferencia subió de 20% a 35%.

— ¿Que sucede? —preguntó Arthur preocupado— baja el volumen de esa cosa por favor.

— Eso intento, pero no se quiere cambiar—exclamó Mónica presionando el botón que sacaba el disco—

El sonido siguió aumentando, y el volumen volvió a cambiar, ahora estaba en 45%, Valerie se llevó las manos a sus oídos para evitar que aquel sonido agudo y cortante le causara una migraña, pero ya había comenzado a tener pánico, el volumen subió, se encontraba ahora en 60%, y al momento que paso eso las luces del auto se apagaron dejando a ciegas el camino de Arthur.

— ¡Que pasa con las luces! —Gritó Mike por encima de la interferencia— ¡enciéndelas Arthur!

— ¡Se acaban de apagar solas!, ¡les juro que no estoy haciendo nada! —Respondió a gritos Arthur—

— ¡Vas muy rápido!, ¡baja la velocidad! —Dijo Valerie—

En ese momento el auto empezó a aumentar la velocidad y un frio atroz entro en él, Arthur intentaba mantener el equilibrio en aquellas peligrosas curvas y con su pie pisaba el freno pero este no respondía, el volumen subió al igual que la velocidad y ahora se encontraba en 85%, los vidrios se empañaron por completo y le quitaron visibilidad a Arthur, todos empezaron a gritar mientras Mónica trataba de limpiar el parabrisas para poder ver, pero al poner su mano sobre él tuvo que apartarla rápidamente por el frio. Volteó a ver a sus amigos y se preguntó si así moriría, en un accidente de auto con el mechón de un hombre obeso que había metido en la cárcel a su amiga, Valerie gritaba cosas al aire, al mismo tiempo que levantaba su dedo apuntando al frente, pero se le hacía imposible escucharla ya que el volumen había llegado al 100%.

— ¡ACABA CON ESTO DE UNA VEZ ARTHUR! —Se logró escuchar la voz de Jackson que ahora había pasado su cuerpo desde la parte de atrás del auto al volante—

Puso sus manos sobre el volante y lo giro con fuerza hacia la derecha, el auto salió del pavimento y empezó a rodar sobre el césped alto y los arbustos, y por nada del mundo disminuyo su velocidad, hasta que el roble enorme que se encontraba frente a ellos decidió atravesarse en su camino lo cual provoco que el auto se estrellara contra él, por el golpe y la velocidad en que iban el auto se puso en posición vertical para luego caer hacia atrás, adentro se encontraban todos inconscientes, ya las ruedas se habían detenido y el único sonido que se escuchaba era el del radio del auto de Arthur, reproduciendo una melodía triste de aquel disco que Mónica había puesto. 

Desperate SoulsWhere stories live. Discover now