Desperate Souls

Capitulo 1

TRES SEMANAS DESPUES DE LA MUERTE DE PABLO

Mónica Sky se encontraba cocinando una receta que encontró en uno de los libros de su difunta abuela, en la televisión sonaba el noticiero de los mediodías informando que aún se seguía buscando el responsable tras las muertes de Emily Williams una adolescente de 14 años y su padre Marcus Williams, ambos vivían en una granja apartada de la cuidad y fueron encontrados tres semanas después sus cuerpos descompuestos, con mensajes y símbolos muy raros en las paredes. Y el responsable tras la muerte de Pablo Smith, encontrado en un depósito para autos en la zona sur, este fue encontrado con las piernas totalmente destrozadas y el cuello cortado hasta el hueso, también se mantenía la búsqueda de las siete personas que habían desaparecido en los últimos tres meses. Mónica decidió cambiar el canal y dejarlo en una película que estaban pasando, le llego un remordimiento de conciencia enorme, ella y su grupo de amigos se encontraban detrás de todo.

Pero se fue de inmediato cuando volteo a ver su nueva casa. La casa era enorme, tenía cinco habitaciones, una piscina en la parte trasera, una azotea con un jacuzzi en medio del piso, una vista hermosa y ese árbol enorme que tanto le gustaba, y luego vio sus piernas, las estiro y se las masajeo. La comida ya estaba lista, busco un plato se sirvió y se sentó en el sofá blanco que daba justamente a su televisor, mientras comía tomo su teléfono y empezó a revisarlo, vio las tres notificaciones que tenía, todas de Arthur Jones, el jefe y creador de la secta a la que se había unido por influencia de Pablo, uno de sus mejores amigos desde que tenía memoria.

Los tres mensajes decían prácticamente lo mismo, todos preguntando que, si ella iba a volver al grupo, y a seguir haciendo los rituales de deseos, bloqueo el teléfono y lo lanzo a un lado, volviéndose a concentrar en su plato de comida y en esa película en blanco y negro que estaban pasando. Empezó a pensar de nuevo en Pablo, recordaba el día en el que el llego a su antiguo departamento como un loco tocando la puerta, ella abrió y el al verla le dio un cálido abrazo.

—Ya tengo una solución—dijo Pablo viéndola directamente a los ojos y con una sonrisa entusiasta en su rostro— ¡al fin las cosas empezaran a ser más fáciles Mónica!

— ¿De qué estás hablando Pablo? —Pregunto Mónica— y la próxima vez que vengas así golpeando mi puerta, yo golpeare tu cara—bromeo—

Ambos rieron y ella le dijo que pasara a sentarse, su antiguo hogar era un cutre apartamento, al entrar estaba lo que Mónica consideraba una sala, la cual tenía un pequeño televisor antiguo, una alfombra violeta desgastada, y un mueble familiar que tenía la parte izquierda hundida, al lado de la mini sala estaba la cocina, le seguía una mesa redonda sin sillas y luego estaba un pasillo, este tenía una puerta marrón al final, el cuarto de Mónica, y en el lado izquierdo del pasillo estaba el baño, las veces que había tenido accidentes en el ya son incontables, pero para ella la peor fue aquella que vez que llego del trabajo, absolutamente agotada, en el momento en el que se fue a pasar de su silla de ruedas a la bañera su mano derecha estaba puesta sobre el borde de la bañera, y esta se resbalo, provocando así que Mónica se golpeara la sien y quedara desmayada en el piso y con el grifo abierto, duro casi cinco minutos desmayada en el suelo, la despertó el sonar de la puerta principal, al abrir los ojos vio como todo el piso de su baño estaba lleno de agua y como se salía el agua de la bañera negra, toc-toc-tco-toc. Volvió a sonar su puerta de nuevo, un dolor se le asentó en la frente, se la toco y vio su propia sangre. Su puerta volvió a sonar.

— ¡Un momento! —Gritó tendida en el piso—

Se levantó e hizo un esfuerzo para subirse a su silla de ruedas, se sentó, estiro su brazo y cerro el grifo, movió las ruedas con sus manos y llego a la puerta, todo el departamento estaba lleno de agua, y se fijó que el agua se escapaba por debajo de la puerta principal Mierda. Pensó, abrió la puerta y vio a Joseph Harrison, su necio vecino el cual soñaba con que Mónica dejara de vivir allí, o al menos eso pensaba ella.