- Hey, niña bonita que no ves que no es un salón de belleza.- Me miró fijamente, y debo admitir sus ojos aumentaron la intensidad de su mirada. Parecía unos años mayor que yo.

-Sólo estoy buscando a alguien- Claramente no estaba en humor para terminar como aquella vez con Caroline.

-¿Es que se te cayo tu osito de peluche por aquí?- Río, mientras pasó su dedo índice por mi mejilla. Me alejé.

-Adam. Estoy buscando a Adam- Ni bien terminé de pronunciar la oración comenzó a reírse a todo volumen.

-Y dime, ¿Tu sabes cuantas como tu entran buscando a Adam?- Me sonrió, pero de todas maneras era muy intimidante.

La miré fijamente y no saqué mi mirada de ella, hasta aquí había llegado mi paciencia, no voy a tolerar que me compare con quien sea que haya venido hasta aquí en busca de Adam. Se giró rápidamente y gritó - Hermanito, aquí te buscan- Rió y se fue para la barra a un costado del local.

Pasaron casi seis minutos, cuando Adam quién aparentemente era hermano de la chica salió de una puerta que estaba del mismo color que el papel tapiz que no había visto antes, miró hacia sus costados y cuando miró frente a él me vio parada a un lado de la barra. Corrió hacia mí, casi medio tambaleante, casi se cae con una silla que había en el camino.

-Hola. Perdón que venga sin avisar- Me apresuré a hablar, podía sentir la mirada intimidante de la chica a mis espaldas.

-¿Que haces aquí?- Adam lucía confundido, y tenía los ojos rojos no eran los ojos que yo conocí para nada, hasta me costaba asimilar si era él. Pero si era él. Era su cara eran sus rasgos eran sus labios, pero sus ojos eran de alguien más alguien a quien no quería conocer alguien a quien no reconocía.

-Necesitaba hablar contigo- Miró a su costado alguien había entrado, esperé para que se volviera a concentrar en mi pero tuve que traer su atención a mi poniendo mis manos en sus mejillas, no era la mejor idea hablar así con Adam.

-¿Que haces aquí? Tú te tienes que ir, te vas a meter en problemas esto no es para ti- La lucidez lo golpeó por un segundo.

-¿Que hago aquí? Pues, te vine a buscar a ti. Debemos hablar- Espeté.

-¿De qué quieres hablar? Hablemos del clima, de cómo los sapos cantan antes de llover- Lo miré fijamente mientras él estaba profundamente divertido con sus palabras.

-Adam ¿Sabes quién soy? -Pregunté.

- Pues déjame pensar un poco- Puso una mano en su barbilla- Ya lo sé- Sonrió, y me tomó por los hombros- Eres Katy-Sonrió más esta vez- ¡Oh no! ¡Eres Katy! ¿Que haces aquí? Tú no debes. Yo. Tú. La fiesta- Al parecer Adam conectaba de a momentos y esto me estaba comenzando a molestar, principalmente la risa de fondo de la supuesta hermana de Adam, y si era la verdadera hermana con esa hermana más vale estar sólo, que hacia ahí riéndose cuando su hermano estaba en este estado. Cómo había terminado yo hablando con un Adam en este estado, en este bar. La conversación con Adam estaba fuera de los planes en estos momentos. Me rendí.

Lo miré a los ojos, sonreí lo tomé entre mis manos mientras él me miraba como si fuera un niño que no entendía lo que sucedía verlo tan indefenso me rompió el corazón, lo solté y decididamente caminé hacia la puerta dónde me detuve al escuchar.

-Yo que tú me rindo, con un idiota como ese- Era la misma chica que me molestó y puso mis nervios de punta desde que entre. Reí, me di vuelta le mostré el dedo medio y me fui. Esta vez corrí con más suerte que la vez pasada no termine con la mejilla morada.

Tomé mi teléfono y le envíe un mensaje a Adam.

Para: Adam 6:20 pm

A mí no me importa, te quiero.

Supongo que no va a recordar mi visita de hoy, aunque estaba casi segura que su "Hermana" le contaría toda la historia con detalle. Al mismo tiempo recordé el documental que había visto hace poco, ¿Estaba Adam enfermo? ¿Era una adicción? ¿Sería capaz de ayudarlo? ¿Me dejara ayudarlo?

Llegué a mi casa, mis padres ya habían llegado, divisé el auto antes de entrar. Tomé las llaves, abrí la puerta.

-Katy, tenemos que hablar - Mi Padres estaban sentados en el sofá tomando café, al parecer me estaban esperando.

-¿Que sucede? - Comencé a repasar mentalmente las razones por las que podrían estar enojados, ¿Los cigarros? No había manera el paquete siempre estaba conmigo y los botaba afuera. ¿Adam? Podría ser una opción que alguien me haya visto con él. ¿Los exámenes? Casi imposible no hay manera de que se enteren.

-Hoy tuvimos un pedido de la directora de tu instituto- No, resulta que después de todo no es tan imposible.

-Yo- intenté comenzar a defenderme.

-Tu ¡Nada! Déjame hablar- Mi madre estaba muy enojada, mi Padre tenía una mirada de consentimiento- Tu directora nos preguntó si algo grave estaba sucediendo en la familia para que tus notas bajarán de la manera en la que lo hicieron- me miró fijamente.

-Pues, se me paso. Discúlpenme es que me olvide completamente de decirles- Me excuse.

-¿Que se te paso? Claro, para tu conveniencia a ti se te pasa avisarnos que estas fallando en las materias del instituto-

-Bueno, ¡Pido disculpas! Voy a trabajar duro para poder mejorar las notas-

-Pensé que podíamos confiar en ti-

-Bueno, tampoco es algo tan malo- Mencioné.

-¿Como que no es algo tan malo? No es fácil mandarte a esa escuela para que tu lo desperdicies, ¿Tan poco te importa el esfuerzo que hacemos por ti? Katy tú lo sabes bien lo único que te pedimos es que estudies- Mis ojos se llenaron de lágrimas, no podía creer lo que estaba diciendo claro que me importa el esfuerzo que hacen por mi-

-Yo no entiendo como tú puedes pensar eso de mí-

Me fui hasta la puerta, la abrí y la cerré de un golpe fuerte. Corría alejándome de mi casa, pareciera que mis días transcurrirían conmigo llorando en la calle.

Diferentes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora