—¿Besar a mi hermano? —inquiero sarcástica y pongo una mueca.

—¡No! —se corrige ella rápidamente—. Hablo de Jayden. He visto como lo miras.

Dejo escapar un pequeño suspiro. Jayden, Jayden. Apenas nos conocemos, y si bien se me pasó por la cabeza empezar a molestar con él solo para causarle a Scarlett celos y que pierda los pelos, la idea se esfumó con el tiempo. No tengo ganas.

—¿De dónde lo sacaste? —elevo mis cejas con curiosidad.

La puerta que da al interior de la casa se abre y por ella entra Lily, la amable señora que conozco hace ya tiempo. Lily es como... La hada madrina de esta casa, es la que la mantiene funcionando. Hace las compras, organiza eventos no tan grandes, mantiene a raya a todos los empleados de la casa y lo más importante y por lo cual nadie la reemplaza: Mantiene a raya a Zack Gallagher.

—Hola, chicas —saluda ella sonriendo—. ¿Quieren algo de comer o de beber?

Rápidamente repaso a Scarlett, ni siquiera le está prestando atención a Lily. Conociéndola, tampoco pedirá algo.

—Unas limonadas están bien, gracias Lily —le respondo luego de aclarar mi garganta. Eso es lo que a mi me apetecía.

Lily asiente y se va. Ella no es quién preparará las limonadas, por supuesto que no. Apuesto a que vino a chismear porque ser chismosa está en su naturaleza. Todavía recuerdo cuando venía a casa de Zack cuando estábamos juntos. Por poco no pegaba los oídos a la puerta.

—Estábamos hablando de Jayden, Scarlett —le recuerdo.

—No lo "saqué" de ningún lado —espeta ella luego de arrugar su nariz—. Entró a nuestra clase el año pasado. Es el chico del que te hablé cuando éramos amigas. —explica. Auch—. Empezamos a salir y ahora estamos juntos.

—¿Te hace feliz? —le pregunto sin poder contenerme.

Pasamos por muchas cosas, pero algo en mi sigue viendo a la niña de ojos suaves a la que vi por primera vez en primer grado y supe que quería que sea mi amiga.

Pasan unos segundos de silencio en los cuales puedo ver la indecisión cruzar por su rostro. Atrapa su labio inferior con sus dientes.

—Sí, me hace feliz —responde finalmente con el brillo en los ojos que tenemos cada vez que hablamos de alguien que nos vuelve locos.

Asiento contenta con la respuesta.

—¿Y Adelaide? Admite que eso fue venganza —le digo y me cruzo de brazos con mis cejas alzadas.

—No todo gira alrededor de ti —refuta con el ceño fruncido—. Pero sí, admitiré que cuando me dijo que estaba saliendo con Zack, me acerqué mucho más a ella.

Un silencio se forma entre las dos. Nos miramos a los ojos por unos momentos e intento entender qué carajos está pasando. ¿Cabe una mínima posibilidad de que Scarlett este diciendo la verdad, que sus intenciones sean verdaderas? ¿Qué me asegura que dentro de un tiempo no me traicionará con un cuchillo por la espalda?

Mi estado mental está un tanto frágil últimamente, no voy a negarlo. Cualquier cosa puede destruirme, cualquier cosa puede volverme a armar. Necesito a alguien. Necesito a alguien tan desesperadamente, que ese alguien puede ser Scarlett. Aunque... Si esto termina saliendo mal, estoy segura que va a terminar de destruirme por completo.

—Quinn, soy consciente de que va a tomar tiempo. Pero podemos arreglarlo, todo puede arreglarse. ¿En serio vamos a tirar tantos años de amistad por algo tan tonto como esto? No va a ser lo mismo, por supuesto. Pero podemos intentarlo.

The Same Heartbreaker (2) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora