9. Abrazos.

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Agoney se vio obligado a aceptar la propuesta de Ricky, porque este no tenía pensado tomar un "no" por respuesta y podía ser muy cabezota si se lo proponía.

Salió del apartamento sin desayunar, puesto que estaba acostumbrado a no comer nada por las mañanas, despidiéndose de los mallorquines. Había decidido que, a pesar de tener un trabajo, no dejaría de tocar por las mañanas en aquel parque y así podría ganarse un dinero extra con el que poder compensar pronto a Ricky.

Eran alrededor de las nueve y media de la mañana cuando alcanzó la calle que llevaba directamente al parque. Esperó que concentrarse en tocar le permitiese no pensar en Raoul y en sí se encontraría mejor aquella mañana. Se había planteado cruzar la calle hacia su casa para preguntarlo, pero decidió que lo mejor era darle espacio.

Justo cuando se adentraba en el parque, chocó de lleno con alguien que iba corriendo, sacándole de sus pensamientos mientras sentía el dolor traspasar desde su hombro hasta el codo.

- Dios... ¡Lo siento muchísimo! - exclamó agitado mientras frenaba a ayudar a Agoney, sin haber podido aún ver su cara.

- ¿Raoul? - preguntó este, girándose rápido y disimulando el dolor que le había causado el golpe - Sabes que si hubieras chocado con cualquier otra persona no te habría entendido, ¿no?.

El rubio se ruborizó mientras asentía.

- Es la costumbre, supongo - se excusó y le miro preocupado al ver como el canario hacia un gesto de dolor mientras se tocaba el hombro - Joder, lo siento... Iba distraído y...

- Eh, no pasa nada - contestó el canario haciendo un gesto con la mano que indicaba que el golpe no había sido nada.

Le sonrió para que no se sintiera culpable.

- Gracias.

- ¿Qué? ¿Por qué? - preguntó el canario confuso.

- Ya sabes, por lo de anoche. - dijo nervioso, secándose el sudor que le caía por la frente - Me ayudaste mucho.

Antes de que pudiera contestar, el pequeño ya se había acercado a él y le rodeaba con sus brazos. Correspondió el abrazo sintiéndose afortunado de poder tener en sus brazos a aquel chico que no dejaba que nadie se acercara a él, como le había explicado Álvaro la noche anterior.

Recordó con claridad la voz rota del catalán entonando aquella canción: "Help me", "sometimes I feel like giving up".

Le apretó más fuerte dejando un beso en su pelo, deseando poder hacer millones de cosas para ayudarle, tal y como se había prometido así mismo cuando se fue a dormir.

El rubio se apartó segundos después, fijando la vista en el suelo.

- Lo... lo siento. - tartamudeó - Es que necesitaba un abrazo.

- Puedes darme todos los que quieras. - contestó con voz dulce de nuevo, poniendo de cuclillas para poder mirar al pequeño desde menor altura y ver su expresión - Raoul, no pasa nada, ¿vale? Yo también quería abrazarte, está bien.

El pequeño asintió nervioso y suspiró.

- ¿A dónde ibas? - preguntó cuando se sintió más seguro y Agoney ya se había incorporado, volviendo a dirigir su mirada hacia el rostro contrario.

A tocar al parque porque no tengo dinero y he tenido que aceptar la oferta de Ricky de quedarme en su casa porque sino viviría en la calle - pensó.

No podía contarle a Raoul la verdad, le daba vergüenza reconocer aquello delante de todo el mundo, y más aún delante de ese chico que le miraba con gran admiración. Tenía miedo de decepcionarle y perder toda oportunidad de brindarle su ayuda.

Saliendo a la vida || RagoneyWhere stories live. Discover now