Saliendo a la vida || Ragoney

4. Save me.

"I'm out on the edge
and I'm screaming my name

like a fool
at the top of my lungs.

Sometimes
when I close my eyes

I pretend I'm alright
but it's never enough."

Raoul.

Eran las cinco de la mañana, hacía ya unas cuatro horas desde que había llegado a casa y se había puesto a dibujar mientras escuchaba música con sus cascos.

Estaba totalmente concentrado en el dibujo que estaba realizando, intentando recrear a la perfección su foto favorita de Alfred y él juntos. Era simplemente un intento por sentirse mejor y hacer sentir mejor a su amigo cuando se lo regalara.

Recreaba todos los pequeños detalles, desde su lunar encima del labio hasta la ligera separación entre los dientes de Alfred que sólo se percibía cuando reía, como en aquella imagen.

Sin ninguna duda esa era su mejor foto, la de ambos. No recordaba otro día en el que hubiera estado tan feliz. Realmente, Alfred era el mejor amigo que podría existir para él y él nunca había sabido agradecérselo.

Aprovechó la nostalgia y la valentía del momento para tomar su teléfono, abrir la conversación de su amigo y comenzar a escribir las palabras que se agolpaban en su cabeza.

Raoul V: Hola, tío. Ya sé que es muy tarde o muy pronto, según como lo mires, pero necesito hablar contigo.

Raoul V: Siento el numerito de esta noche, de verdad que lo siento. Y necesito darte las gracias por estar ahí y por no presionarme. Te quiero un montón, Alfred.

Volvió a releer los mensajes ya enviados y tuvo que tirar el móvil hacia la cama cuando sintió el impulso de borrarlos antes de que su amigo los leyese. No quería dar un paso atrás cuando por fin había logrado sincerarse un poco.

Devolvió su atención al dibujo, pasando a colorear su tupé rubio con distintos tonos de amarillo.

Su móvil comenzó a vibrar sobre las sábanas un buen rato más tarde. Se levantó extrañado, mirando la hora en su reloj de muñeca y preguntándose quien querría hablar con él a las seis de la mañana. Miró la pantalla y se sorprendió al ver la foto de su hermano. "Tete"

- ¿Si? - contestó bajito, intentando que sus padres no se despertaran.

- Tete, no te habré despertado, ¿no? - preguntó Álvaro preocupado.

- Que va, tete. Espera, que salgo a la terraza para no despertar a papá y mamá. - avanzó hacia la puerta y la abrió, saliendo fuera mientras el poco aire de verano rozaba su cara. Era una noche despejada y ya no demasiado oscura, puesto que dentro de poco más de una hora comenzaría a amanecer.

- Tete, ¿estás ahí? - interrumpió el silencio Álvaro, sacando a Raoul de sus pensamientos.

- Si, si, lo siento. - suspiró - ¿Decías algo?

- No, pero me gustaría hablar contigo. He visto que te habías conectado al WhatsApp hace poco y he aprovechado para llamarte suponiendo que estarías despierto.

- Lo estaba, tranquilo. - susurró, pensando en cuanto tiempo llevaba sin dormir por la noche. Le era más fácil dormir de día, cuando el ruido de fondo no le permitía a su mente pensar demasiado, pero eso su hermano no lo sabía - ¿De que querías hablar?

- De ti. ¿Cómo estás, Raoul? - preguntó preocupado. Al recibir como contestación el silencio, supo que su hermano estaba pensando en que mentira le sonaría más convincente - Y no me digas que bien, que no me lo trago.