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Oh cielos, qué día tan más cansado.

Eran aproximadamente cuarto para las seis cuándo me levanté para arreglar mis cosas, el día de ayer había sido fatal, me había pasado de todo, creía que tendría algo bueno pero la desgracia me perseguía a todas horas.

Primero en la mañana cuándo no obtuve sellos en trigonometría, a decir verdad el maestro me ignoró cuándo estuve levantando mi brazo como media hora para que me calificara, sin embargo no fui la única. Luego en  razonamiento complejo...me puse tan nerviosa que me temblaban las piernas...sólo obtuve el "sello de consolación" que básicamente consiste en pegar la actividad e irse a calificar. 

Después de un rato tocaba receso y me sentí un poco liberada de ese estrés en razonamiento. Me tropecé con el cartón de la entrada del baño.

Tocaba literatura-al menos algo relajado.

O eso pensé hasta que nos informaron que se sentía mal y que se había ido. Oh no- pensé "¿y ahora cómo voy a saber la editorial de los libros que pidió?, a veces hasta la cosa más mínima me preocupa demasiado que termino dándole demasiadas vueltas al asunto así que olvidé eso y decidí salir a saludar. Mis amigas estaban ahí y pensaba saludarlas pero me senté en una jardinera y una compañera me aprisionó, sí, comenzó a tomarse fotos conmigo, no es por nada pero casi no me gustan las fotos, siempre salgo distraída o con cara de meme.

Cuándo me libré de mi amiga me acerqué a saludar y mi amiga y yo chocamos, fue inevitable y nos caímos, creí que mi celular o mis lentes se habían roto pero no era así. Después de la caída  decidimos jugar de esos juegos de antes en dónde un era feliz y no lo sabía del todo. En un juego choqué con una maestra, secretaría, no sé su cargo, pero choqué con ella al intentar correr. 

Pasamos un rato fuera hasta que llegó la de inglés, nos aplicó examen y después prosiguió con la clase. Hicimos equipos conforme a nuestro nivel y bueno como era de suponer mi nivel es el más bajo y teníamos que hacer una entrevista, fue algo complicado ya que al ser todas del mismo nivel en el mismo equipo era difícil saber qué poner. Comenzamos a preguntar a nuestras amigas de alto nivel sobre cómo se decían ciertas cosas o cómo podíamos hacerlas.

Por obviedad comenzaron a desesperarse, diciendo que las dejáramos hacer la suya. No las culpo, quizás abusamos de su ayuda.

La clase se fue un poco lenta pero al final fuí libre. Quería llegar rápido a casa, no me sentía muy animada para parlotear un rato. En la combi el chico de  lado venía durmiéndose en mi hombro, pobre, tal vez no durmió, tal vez tuvo un mal día, tal vez se la pasa hueveando todo el día. No lo sé. Pero para esto, la combi venía llena, venía hasta el huevo. Y a una señora se le ocurrió exigir que la subieran, está bien, todo bien. 

No hubiera sido molesto si tan sólo hubiera evitado golpearme cuándo se bajó, tremendo zape que me dió. Yo no tenía la culpa de su mal día, nadie lo tenía, excepto yo.

Llegué a mi casa justo a tiempo, mi madre y yo comenzamos a comer juntas e intenté platicar con ella sobre mi día pero me interrumpía con cosas de su trabajo que opté por dejarlo para otro día, recogí la basura de la sala pero se voló. Estuve aplastando frijoles para cenar, pero me saltaron ensuciando mi chamarra favorita.  Nada podía ir peor, hasta que mi hermano cuestionó mis sellos, ya no sabía qué hacer, siempre me apuro pero simplemente no acabo tan deprisa.

Eran casi las 10 cuándo decidí ir a dormir, no aguantaba mi cabeza, y todo me revoloteaba. Quería hablar con alguien y contarle mi día y que el/ella me contase el suyo.

Después de una larga noche por fin amaneció, me sentía algo cansada pero lista para cualquier cosa, hice mis actividades de la mañana y me fuí rumbo a la escuela, en la papelería me lo encontré...sí era él...cuándo lo ví mi impulso de idiotez se activó y me tropecé, me puse tan roja que sólo quería huir como siempre, dejándolo con la mano estirada.

No es mi culpa, es mi maldita torpeza el ser así.

El día básicamente fue aburrido a excepción de ua que otra cosa. Al final de la escuela fuimos por hamburguesas y libros. Compré uno enorme, no creí que fuera tan gordo. Después de todo la tarea no era  tanta y no era compleja, podía dormir un rato y quizás leer hasta qué...oh no...él de nuevo...¿qué hace aquí? su parada es del otro lado. Estaba con sus amigos y lo ví desde aproximadamente unos diez metros, ¿por qué?, ¿por qué ahora?. Uno, sino es que todos sus amigos me vieron, yo usé el libro para curbrirme pero creo que me ví más obvia, me puse más roja que nada.

Estuve a punto de darme vuelta e irme del otro lado, pero tarde o temprano tenía que aprender a ser menos penosa, además posiblemente los encontraría del otro lado. Opté por seguir el mismo camino sólo que en vez de seguir derecho hasta el checador giré  a la izquierda, me puse el libro en la cara con la posibilidad de caerme y ganarme un trancazo. Corrí un poco y luego caminé lo más rápido posible, repitiéndome a mí misma: "no mires atrás, no mires atrás, no pasa nada"

Llegando a casa hice tarea y me disculpé, no sé ustedes, pero la carita triste no me la esperaba, en verdad no sabía cómo remediarlo...la he cagado, otra vez. Posiblemente crea que ya no quiero hablarle, que no me gusta ó algo por el estilo.  Si sigo así, todo mi optimismo de todos los días se irá por el caño. De nada sirve el saber qué decir si no tienes una pizca de confianza. 


La Orden de LostyWhere stories live. Discover now