CAPITULO 45

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-Mamá, ¿dime que te dijo?.

El silencio de mi madre se estaba haciendo cada vez más grande, en la cara de mi madre no había expresión alguna.

-Camila hija.

-Mamá, ya dime.

Se estaba volviendo molesto tanta tensión que se estaba formando y deseaba en ese momento yo haber contestado el teléfono y no mi madre.

-es positivo.

Dios mío, el agujero negro en mi estómago se estaba haciendo cada vez más grande, por mi mente pasaron demasiadas cosas y el dolor de cabeza me comenzaba a invadir lentamente, caigo casi como un muerto en el sofá, sin poder decir palabra alguna, sentía un nudo en la garganta.

Pongo las manos en mi estómago y la idea de tener a alguien creciendo dentro de mí me aterrorizaba y la idea de ser madre tan joven me aterrorizaba mil veces más.

Mi madre se sienta a mi lado y pone su mano en mi estómago.

-tienes que decirle a Stefan.

-no estoy lista, mamá, aún no estoy lista.

Me levanto de sofá y por fin puedo articular palabra, pero lo único que se oye salir de mi boca es desesperación y gritos.

-Hola, ¿cómo están?

En ese momento Stefan entra por la puerta, y su cara queda seria al verme, pálida y agitada.

-voy a salir un momento, ustedes tienen que hablar.

En estos instantes estoy odiando a mi madre por dejarme sola en este momento, veo cómo sale de la casa y me hace una mirada matadora, la cual entiendo a la perfección era una seña para que le contara a Stefan la verdad.

-Camila, ¿qué pasa?

Stefan se sienta en el sofá y me extiende la mano para que me siente a su lado. Yo me siento con él, y aún no sé qué decir.

-Camila me estás asustando

Sentía como el ambiente se hacía cada vez más tenso, pero tenía que decir algo, algo tenía que salir de mi boca.

-necesito que me ayudes con las invitaciones para la boda.

Fue lo primero que se me ocurrió decir, ya que aún no estaba lista para decirle la verdad.

-para eso hiciste tanto misterio, perdón, pero no puedo tendrás que hacerlo sola.

Por un momento pensé que lo que dije no iba a ser muy creíble para él.

-está bien, no importa, lo haré yo.

Me levanto de la silla, tomo el paquete que había dejado y corro hasta mi habitación y me tumbo en mi cama.

Dejo al lado de mi cama el vestido que Alex me mando, abro la caja y comienzo a tocar la tela y todo se vuelve aún más estresante y pongo mis manos en la cabeza, porque la verdad era que yo no quería afrontar lo que verdaderamente pasaba.

Lo complicado de decirle la verdad a Stefan no era que no supiera como decirle, o como iba a reaccionar, o si estaba lista para ser mama, simplemente era el hecho de que no estaba segura si Stefan era el padre del bebe.

¡El Jefe De Mi Papá!Where stories live. Discover now