¡El Jefe De Mi Papá!

CAPITULO 17

Alex te necesito, necesito que me saques de este oscuro lugar, no me puedo mover, estoy muy lastimada, lo único que me ayuda a estar bien es pensar en Alex.

Llegan a mi cabeza recuerdos de los momentos que pase con Alex.

-¿como estas mi amor?.

-por favor diego déjame salir.

-te dije que eras mía y de nadie más, y te callas porque jamás vas a salir de aquí maldita, tu cuerpo, tus labios, tus besos, son míos entiendes.

No tengo ni siquiera fuerzas para hablar, Diego se acerca a mí y comienza a golpearme, ya no siento los golpes, y sin piedad alguna vuelve a violarme una vez más.

Después de un rato queda dormido a mi lado, mi mirada se dirige al bolsillo de su chaqueta la cual está tirada en una esquina, tengo que ser fuerte y levantarme.

Me paro con delicadeza, intentando no hacer ruido y me acerco a su chaqueta, encuentro la llave que probablemente es mi salvación.

Intento salir, pero las grandes manos de Diego toman mi rostro y me empujan contra una pared, se acerca a mí rápidamente, pero antes de que pueda hacerme más daño tomo la llave que encontré en su chaqueta y se la clavó en el pie.

Diego está tan lleno de furia, él toma el arma que tiene en su pantalón y me dispara, comienzo a sentirme mareada, mis ojos se están cerrando, tengo la vista borrosa.

Escucha a lo lejos el motor de un auto, tumban la puerta y entran varios hombres, uno de ellos golpea a Diego, escucho como gritan mi nombre.

-¡Camila!, ¡Camila!, ¡Camila!

Abro mis ojos, hay demasiada luz, ¿dónde estoy?

-Señorita Pierce ¿cómo se siente?

-¿Dónde estoy?

-se encuentra en el hospital, sufrió una gran herida a causa del disparo, pero por suerte pudimos estabilizarla.

-¿cómo me encontraron?.

-las preguntas serán después, por el momento debe descansar.

Mis ojos comienzan a estar borrosos nuevamente, siento como mis fuerzas se van una vez más.

-Camila, Camila, Camila.

Siento como comienzan a moverme para que despierte, me agitan el cuerpo con gran fuerza.

-¿Papá?

-oh, gracias a Dios te encuentras bien, recibí una llamada de la policía diciéndome que estabas en el hospital, pero ¿cómo te sientes?

-estoy algo cansada y mareada aún.

Vi a mi alrededor y toda mi familia estaba en la habitación del hospital, también mis amigos se encontraban en ese lugar, Pero ¿dónde estaba Alex?

La puerta de mi habitación se abrió y eran don hombres de la policía.

-Señor Pierce y familiares, necesitamos que salgan de la sala, tenemos que hablar con la señorita.

Todos comenzaron a salir de la habitación, hasta dejarme sola con los hombres.

-Dígame, señorita Pierce, ¿sabe usted quien era el hombre que la ataco?-

Después de un rato charlando con ellos, y respondiendo a lo que ellos decían, la pregunta vino a mi cabeza.

-¿Cómo me encontraron?

-su novio nos avisó, acerca de su desaparición.

-¿Mi novio?

-Sí, el señor Fernández, estuvo toda la noche con usted, no quería comer ni dormir, hasta que usted despertara, pero tuvimos que pedirle que saliera.

Así que ahora éramos novios, no recuerdo haber aceptado estar con él, pero en estos momentos no quiero pensar en nada, estoy demasiado cansada.

....

Me despierto en una enorme cama, ¿dónde estoy?, aún me duele la cabeza y mi cuerpo, esto de estar despertando en lugares que no reconozco se me está haciendo costumbre.

-Amor ¿estás bien?

Alex se acerca a mí y me planta un beso en los labios.

-¿cómo me encontraron?

-el idiota de Diego boto tu celular al lado de la casa donde estabas, simplemente te rastree el celular.

No pude evitar abrazarlo, tenía mucho dolor, pero eso no era importante ahora.

-gracias Alex, pero... ¿Dónde está diego?

-después de la golpiza que le di, ordene a mis hombres que lo llevaran a prisión.

No pude evitar soltar en llanto después de tan horrible accidente que había tenido.

-jamás te voy a volver a dejar sola, desde ahora estarás conmigo siempre.

-¿a qué te refieres con eso?

-Tengo una pregunta que hacerte Camila

Mi cuerpo se congeló tras tales palabras, ¿qué querrá decirme?