CAPITULO 50

1.4K 53 0
                                    

Con el tiempo transcurriendo rápidamente sin darme cuenta ya faltaban tan solo 1 día para la boda, todo marchaba de acuerdo al plan.

Desde el día que le dije a Alex que el bebe que esperaba era de Stefan no había escuchado nada acerca de él, pero la mirada que tenía en su rostro ese día aún no la puedo sacar de mi cabeza.

Mirando al techo y haciendo un poco de memoria, todo en mi vida había comenzado a ser un caos desde que conocí a Alex, pero claro está que yo quería culpar a Alex por todo lo que había fallado en nuestra relación, pero... pensándolo bien tuve una gran parte de culpa en todo esto. Mi gran afán de querer que Alex fuera exactamente como yo quería había arruinado muchas cosas, mi idea de que todas las personas expresan amor de la misma manera era completamente errónea, yo siendo una niña caprichosa e indecisa me había llevado por delante a Alex y por poco también arraso con Stefan.

Y aquí estoy yo nuevamente intentando aclarar mi mente y despejándola para que el día de mañana me sienta en completa paz, al saber que la decisión de que Stefan este al final del altar es la correcta para mí y mi bebe.

Mi bebe... que por primera vez en dos meses pienso en el cómo mío, un bebe que con gusto protegería con mi vida si fuera necesario, de solo pensar en la idea de que en un tiempo poder tener en mis brazos a alguien que salió de mí me produce ganas de llorar, el sentimentalismo se apodera demasiado de mí en estos días, mi mamá dice que es por las hormonas, pero en realidad yo creo que solo es felicidad por mi hijo.

-Camila baja a desayunar- grita mi mamá al otro lado de la puerta.

Me levanto de la cama tan rápido que siento las luces, se me van, me tomo 1 minuto para volver a la normalidad, cojo la perilla de puerta, la volteo y salgo.

Al llegar al primer piso mi mamá tenía un gran desayuno preparado para mí.

-mamá, que es todo esto, parece que hiciste de comer para una familia entera- rio ante la mueca que hace el rostro de mi madre.

-tienes que comer bien, ya sabes que tienes que cuidar a mi nieto. - usa un tono chillón

-eso es lo que dices todos los días, creo que ya hasta sueño con esa frase.

-eres una exagerada, ¿has hablado con Stefan?, me llamo esta mañana diciendo que no contestabas los mensajes que te diera el mensaje que te esperaba en el café de la esquina a las 11.

Miro mi reloj y son casi las 10, aún tengo algo de tiempo, desayuno rápidamente y subo a cambiarme.

Utilizo un vestido de flores y unas sandalias color blanco con tacón, tomo mis llaves y salgo rápido de mi casa.

Volteo en una esquina ya para llegar al café y a lo lejos veo a Stefan de espaldas, hablando por teléfono, me acerco lentamente solo para sorprenderlo por la detrás.

-creo que ya dejé bastante claro, que no voy a hacer lo que me dices, no me interesa saber que tipo rencor tengas- Stefan levanta su voz y grita a la persona que se encuentra al otro lado del teléfono.

Me acerco aún más para intentar escuchar y comprender la situación.

Una mano me toma bruscamente y me aleja de Stefan.

- ¿tu mamá no te ha dicho que está mal escuchar las conversaciones ajenas? – me habla con tono de prepotencia y arrogancia.

La mamá de Stefan me mira de arriba abajo como si estuviera esperando una respuesta.

-me disculpo sinceramente, no tenía la intención de ser grosera, solo quería saber lo que tenía a ¡MI MARIDO! Tan molesto. - noto que mi comentario le causa desagrado, creo que aún no se hace a la idea que me voy a casar con su hijo.

- ¡aún no es tu marido! – se acerca su cara hacia mí.

-pero mañana lo será, y espero que ya tenga su mejor atuendo suegra porque va a estar en primera fila apreciando el bello casamiento, ah y no se le olvide que también va a estar en la sala de partos para ver a su nieto nacer - sin notarlo mi voz toma un tono de sarcasmo.

La mamá de Stefan abre los ojos y los voltea girando su cara para evitar mirarme, de su boca sale un sonido burlesco. Definitivamente, es la mujer más arrogante que he conocido, si no fuera la mamá de Stefan le hubiera dado una buena bofetada.

Se abre la puerta de la cafetería y entra Stefan con una sonrisa en el rostro al verme.

Me toma la mano y la besa. Se sienta a mi lado y posa su mano en pierna.

- ¿Con quién hablabas?, se te notaba molesto. - miro al Stefan y le pregunto

Noto que su cara se pone pálida y evita mi mirada.

-conversación ajena- susurra con un tono chillón la mamá de Stefan.

No puedo evitar sentirme incómoda en esa situación, siento que la tensión se puede cortar con unas tijeras.

-no era nada, solo algunos asuntos de los que no tienes que preocuparte. - dice Stefan

-no agarre mi celular desde esta mañana, así que no pude leer tu mensaje, mi madre me aviso que querías verme, ¿tienes algo que decirme?

- eh...si amm, es que. - tartamudea y tarda demasiado en responder.

- ¿estás bien? Parece que fuera algo malo- siento nervios al no saber que es lo que Stefan quiere.

-mi marido quiere conocerte y conocer a tu familia, así que vamos a ir a su casa a cenar hoy, dígale a su madre que soy alérgica a la comida de mar, así que eviten preparar eso- La madre de Stefan rompe el silencio.

Demonios su papá, es este el momento en el que noto que prácticamente no conocía nada de su familia, y ahora voy a ver a su papá un día antes de la boda. Solo espero que no sea igual a la bruja de su mamá.

SI QUIEREN UN NUEVO CAPÍTULO VOTEN Y COMENTEN. 

¡El Jefe De Mi Papá!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora