CAPITULO XXVII

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Habían dos días desde que hablé por última vez con mi amigo y no había aparecido aun así que le llamé:

-¿Por qué no has venido?

-Lo siento Elizabeth, tuve un accidente pero ya voy de camino.

-¿Estás bien? _ Necesitaba urgentemente que viniera, aún no había nuevas víctimas en las noticias pero sabía que pronto las había y necesitaba alejar a mi pequeña de todo eso _

-Sí, gracias.

-Vale, no tardes es importante.

No tenía nada que hacer hasta que me acordé del libro que me regaló el señor I, ese libro que juraba darme todas las respuestas, que guardaba los secretos de las sombras que llevaba años persiguiendo, jugando con ellas, embaucada en lo bellas que eran... así que me puse a leer.

"Mi historia empezó el día en que la conocí, estudiábamos juntos y ella era la persona más deslumbrante y perfecta del planeta. Nos sentamos juntos en la clase y éramos los mejores. Pero el día del incendio cambió mi vida. Quedamos atrapados y yo un ingenuo enamorado hice lo que pude por salvarla, aunque yo no saliera con vida..."

Sonó el timbre y no pude continuar leyendo el relato. Toda mi vida me había estado preguntando cómo había salido viva de allí y había tenido la respuesta frente a mis narices todo el tiempo, le debía la vida.

Pensando en eso me fui a abrir la puerta:

-Pasa.-Le dije a mi amigo que por fin había llegado-.

-¿Se puede saber a qué tanta prisa?

-Te dije que era urgente.

Él me entregó tres sobres diferentes: Uno para mí, otro para mi hija y otro para mi hermana.

-Gracias ahora entrégales los suyos a ellas, junto con esta carta de mi parte. Date prisa, es para hoy. _ le dije el hotel donde se encontraban y le recordé la importancia de la entrega _

-Primero tendré que cobrar por mis servicios.

-Está bien.

Lo que ocurrió entonces prefiero no recordarlo así que os lo resumiré: Le pagué y se fue complacido.

-Por favor date prisa, es muy importante.

-No te preocupes.

Tenía la televisión encendida y al encaminarme al comedor, escuché la noticia.

"Otra mujer de la misma edad ha sido hallada en el parque de la sinia, la chica también mutilada tenía una T gravada en la piel y lo único que quedaba de su sangre en todo el cuerpo era el contorno de la propia T. El teléfono sigue siendo el mismo, cualquier información será bien recibida."

¿Una T? No veía el significado por ninguna parte hasta que me acordé del nombre de mi compañero Toni, quien me salvó la vida, o como me gustaba llamarlo a mí: El hijo del Diablo, el príncipe de las tinieblas... En ese momento supe que si él había querido que yo supiera su nombre, era porque me había llegado la hora. Por un momento tuve la esperanza de que todo fuera un sueño, Toni estaba muerto, no podía ser él... Pero esas mujeres, sus edades, sus rostros, la causa de sus muertes, la sangre, todo me llevaba a él, así que decidí escribir un mail a la policía con su nombre, mi dirección completa y el motivo:

"Vuestro asesino se llama Toni Sierra Faure-Dumont y no, no está muerto, sobrevivió al incendio y si os lo estoy explicando es porqué soy su siguiente víctima. Mi casa tiene cámaras por todas partes y creo que os ayudarán a detenerle.

Atentamente Elizabeth Escribano."

Estaba agotada así que me fui a dormir mañana, sería otro día.

El diablo, yo y una copa de vino (A LA VENTA EN FÍSICO)Where stories live. Discover now