XXXI. Sorpresas

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" Debes aprender que puedes fallar, aun habiendo hecho todo bien"

Cuando Crystal se acercó para tomarse él pulso, se vio repelida por unos oscuros tentáculos que brotaban de la tierra y empezaban a envolver él frío y pálido cuerpo de Charlie, luego la pálida luz de la luna se unió a los tentaculos, cubriendo por completo al pelirrojo.

Cuando la luz y la oscuridad se apartaron dejando ver a Charlie, Crystal perdió él aliento al ver él resultado.

Cuando la luz y la oscuridad se apartaron dejando ver a Charlie, Crystal perdió él aliento al ver él resultado

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- ¿Que... ¿Que me pasó? - Preguntó Charlie sobrecogido al sentir que tenía cuernos y que su mano se había convertido en una garra.

- Así que esta es tu criatura - Murmuro Crystal girando alrededor del pelirrojo para verlo mejor - Dämonischer Drache... Él dragón demoniaco.

- Dämonischer Drache? - Repitió Charlie con tono interrogante, para luego mirar a Crystal con una sonrisa mostrando unos dientes afilados - Gracias, a pesar de que dolió tanto como un Crucio.... Muchas gracias.

- No hay problema - Dijo Crystal mientras devolvía a Fred la capacidad de moverse - Luego hablaremos de tu grosera interrupción, por ahora lo mejor será descansar ya que... Aggg!!!

- Te encuentras bien?- Preguntó Charlie preocupado al ver que la ojiverde se tambaleaba y se llevaba una mano a la cabeza - Deberíamos ir a descansar, fue algo demasiado intenso para todos.

- Si... tienes razón - Susurró Crystal mordiéndose él labio, sabiendo perfectamente que él dolor no era por haber realizado ese ritual, él dolor era un indicativo de que esa noche tendrían que ir de cacería.

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Con sigilo Crystal salió de la mansión vistiendo una túnica negra que tenia capucha, después de fijarse que nadie venia tras ella miró al cielo con una sonrisa triste mientras que lágrimas no derramadas brillaban en sus ojos, luego cerró los ojos para después desparecer.

Jhon Dawlish era un auror curtido por las batallas, un mago con excelentes capacidades en duelo y con un alma tan negra como él corazón de un dementor, se enorgullecía de haber sido quien tomó a los niños de la familia Lestrange-Black, y también de ser quien había apresado a Sirius Black para después llevarlo a Azkaban , por petición de Dumbledore testificó en él juicio del Black mayor diciendo que había visto como este lanzaba una maldición con la que asesino a Peter Pettigrew y a doce individuos más, con toda la experiencia adquirida a lo largo de los años se encontró muy sorprendido al despertar con un leve mareo y atado a lo que parecía ser una mesa de torturas muggle, por mas que intentó llamar a su magia no pudo a serio y notó con impotencia que las esposas con las que estaba atado tenían runas que impedían él uso de magia.

- Veo que ya despertó señor Dawlish - Dijo una pequeña figura encapuchada, que curiosamente tenia un extraño murciélago posado en su hombro y un Nekonomata azúl rondando alrededor de sus pies.

- Sueltamente de una buena vez y prometo que seré piadoso contigo - Dijo él auror tratando de sonar amenazante, pero pronto pudo notar que sus amenazas fueron en vano, ya que pronto se vio amenazado por una varita que era sostenida por una delicada mano.

Oscuras VerdadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora