Capitulo 17

5.1K 177 6
                                    

______ sintió que las lágrimas caían de sus ojos. Sonaba tan parecido a su padre… Su respiración se enganchó, clavando una lanza de dolor a través de su corazón como una espada de doble filo.

- No. Está muerto - Murmuró, mirando a su amante, suplicando - Tenemos que irnos, Niall. Por favor.

Le tocó la mejilla con la punta de los dedos - Te amo. Ve, quédate con Casey y nosotros veremos lo que tenemos aquí.

- No - Rogó cuando se apartó de ella, luchando para seguirlo mientras el brazo de Casey la enganchaba por la cintura y tiraba de ella hacia atrás.

- No lo mataran, niña - Le espetó en voz baja Casey - Deja que haga lo que tiene que hacer. Horan no huye. Ninguno de nosotros lo hace. Estamos de pie y luchamos, o estamos mejor muertos.

No. No. No podía hacer esto. Ella sabía lo que los enemigos de su padre hacían, las crueldades, la absoluta falta de piedad. Podía sentir las cicatrices en su piel como una marca fresca, ardiente con el recuerdo de cómo utilizaron a una niña para forzar a su padrr de hacer lo que querían. Hasta que él había ido en secreto a las autoridades, se entregó, e hizo un trato que lo destruyó, así como a las familias que habían golpeado en su contra. Su papá la había salvado. Pero ella había sufrido por sus crímenes. Una parte de ella odiaba lo que había sido antes de morir, pero otra parte se dolía por el padre que había conocido. Amoroso. Fuerte. Bueno. Por lo menos, con los que amaba. Para los que no amaba, había sido un monstruo, no muy diferente de aquellos que la habían secuestrado.

- No lo distraigas, muchacha - Gruñó Casey en su oído cuando la empujó detrás de él y Niall, mientras el Turco y Iron se colocaban junto a la puerta. Niall se trasladó a un lado mientras el Turco e Iron se aplastaban contra la pared a cada lado de la puerta.

- Niall. Hombre. El bar se va al infierno sin mí - Dijo Jake.

Niall frunció el ceño. Cada maldita cosa que Jake estaba diciendo era una clara señal de que sus visitantes estaban desarmados y no eran peligrosos. Se trasladó a la mesa y tecleó el código electrónico para desbloquear y quitar el cerrojo de la puerta. Dio un paso atrás, levantando su arma del hombro, asegurándola, con el dedo acariciando el gatillo.

- ¿Jake?

- ¿Sí, Horan?

- Vuelve al bar. Si estos chicos son tan agradables y amistosos, no te necesito ¿Verdad?

Horan miró hacia los monitores y vio que Jake tensaba los hombros. Jake se paró frente a los otros tres en el rellano de la escalera.

- Vamos, Horan… - La voz de Jake era irritada ahora. Una señal clara de que de que no creía una mierda de lo que estos patanes le estaban diciendo.

- ¡Que entren, Jake! - Dijo Horan arrastrando las palabras, viendo como el Turco y Iron se preparaban. La puerta se abrió lentamente y Jake entró, por delante de los demás. Las manos relajadas cuidadosamente a sus lados, los otros tres hombres se movieron detrás de él.

Gobierno… Los dos del frente eran federales, y cuando Hoan vislumbró al tercero, supo con quien estaban tratando. Giovanni Federico.

- ______. - Federico se quitó la gorra de béisbol, los ojos fijos en ______ mientras permanecía quieta y en silencio en la entrada de las escaleras de escape. No parecía tan viejo como Horan sabía que era. Giovanni Federico tenía cincuenta años, pero parecía diez años más joven. Su pelo negro sólo tenía una pizca de blanco en las sienes. Sus ojos eran como los de ______, un azul pálido, su piel oscura, y miraba a su hija del mismo modo en que otro hombre podría mirar a un ángel.

______ tuvo que luchar contra la necesidad de correr hacia él. Gio el Gigante, así lo llamaban. Él era su papá. Por lo menos, lo había sido, hasta que había descubierto lo que era, quién era. Hasta que había aprendido que había sido tan brutal, tan cruel como los hombres que la habían secuestrado.

Cuando Niall bajó el arma, se alejó con vacilación de Casey. Rodeando a toda la gente de la parte delantera de la sala, se movía lentamente hacia Niall. No podía explicar las razones del por qué, no podía explicar por qué necesitaba aferrarse a él, pero la necesidad era abrumadora. Se sentía como si el suelo se moviera debajo de ella, como si el mundo diera vueltas. Cuando su brazo se deslizó a su alrededor y la atrajo hacia sí a su lado, se sintió bien. Y cuando miró a Gio el Gigante, luchó para encontrar en él al hombre que la había llevado a dormir cuando era niña, que le había cantado canciones divertidas, que le enseñó a bailar y a jugar a la rayuela.

- ______ - Su rostro desencajado dolorosamente cuando los brazos que había extendido hacia ella cayeron a los lados - Te he estado buscando desde que te fuiste de Dallas. Dos años, después de que tu primo y tu tía se enteraron de la muerte de Martin. Para llevarte a casa.

- Estoy en casa - Se aferró a Niall como si fuera un salvavidas.

Se sentía como si su corazón se partiera en dos ¡Cómo había amado al alto y fuerte papá! Lo amaba tanto que la noticia de su muerte, a pesar de su ira contra él, había roto su corazón. Y ahora, al saber que eso también era mentira...

Aspiró a grandes rasgos, metió las manos en los bolsillos de sus pantalones en un movimiento que fue tan característico de él. Él la miró, la cara más marcada de lo que había sido, con los ojos sombríos.

- Tu hermano está en California buscándote. Pensó que tal vez habías regresado allí.

Ella negó con la cabeza. No quería oír hablar de su hermano, tampoco. Beauregard, el nombre de un amigo americano, era digno hijo de su padre. No era el hermano de ella había imaginado tener.

- Vete - Susurró, sintiendo los brazos de Niall apretarse alrededor de ella.

- ______, - Niall susurró contra su cabello - Vamos a ver lo que quiere.

La Caida de Horan (Niall y tu) -HOT- TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora