Capitulo 15

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El firme colchón los amortiguó cuando cayeron de espaldas. Habían pasado tres días. No se contentaría con sólo tumbarse y tocarse. Ella quería más. Se levantó, enroscando las piernas por debajo de ella cuando se arrodilló delante de él. Levantó las manos, con las palmas acarició a lo largo de su pecho, por los duros y ondulados abdominales cuando sus labios se apretaron en la cadera. Lo necesitaba. Necesitaba amarlo. Esta noche. Lo suficiente como para que durara para siempre. Se agarró a la longitud de su pene duro, alisó las manos sobre el eje mientras observaba la pequeña perla de líquido que se formó en la rendija. Su lengua lo tocó, lo probó. Y quería más. Cubrió la ancha cresta con la boca, su lengua jugueteando con la pequeña barra del piercing bajo la cabeza, atormentándolo mientras chupaba la corona.

- Infierno, ______. - Sus manos se enterraron en su pelo, tirando de él acariciando las hebras - Tan bueno. Tan dulce.

Lo miró, atrapada en el poder de su mirada. Oh Dios. Oh Dios. Él la miraba de una manera que nunca pensó que lo haría. Como si… Casi como si… Tal vez… ¿Podría él amarla? Gimió, su boca se llenó con él, su hambre por él de repente voraz. Tenía que tenerlo. Todo él. Tocarlo. Aprendérselo de memoria. Sus dedos le acariciaron el eje, la palma de su mano se movió al peso ajustado de sus bolas y le acarició allí también. Sus hombros parecían enormes desde donde estaba agachada. Sus brazos estaban tensos. El tatuaje de serpiente ondulaba en el bíceps, moviéndose, flexionándose, con los ojos rojos penetrando en la penumbra de la habitación.

La visión le trajo una sensación de seguridad, no un sentimiento de temor.

- Cristo. Sí. Chúpame, ______. Infierno. Tu boca es tan jodidamente dulce. Maldita seas. Apretada y caliente y tan condenadamente dulce.

Él fue muy directo, explícito, y ella lo amó. Lo necesitaba. Sus lengüetazos se convirtieron en una succión más profunda cuando lo llevó hasta su garganta, gimió, y dejó que sus manos bombearan su eje. Era evidente que lo estaba haciendo muy bien.

- Infierno. Me encanta joder tu pequeña boca - Apretó más cuando la corona de su polla palpitó, pareciendo hincharse más gruesa en contra de su lengua. Sus manos tiraron de su cabello, lo justo. Enviando flashes de placer a través de su cuero cabelludo, por la espalda.

- Oh sí, sigue así - Gimió cuando ella lo tomó en profundidad, metiendo su lengua contra el piercing y haciéndolo girar - Maldita sea, ______. Me lo pones bastante difícil cuando le haces eso a mi polla - Gruñó las palabras, retumbando de su pecho, que llenaron sus sentidos. Ella quería degustarlo, todo él.

- ¡Joder! Vas a hacer que me pierda.

Se agarró a sus caderas mientras él se echaba hacia atrás.

- Niall, espera…

- Y una mierda - La empujó de espaldas. Antes de que pudiera recuperarse él estaba sobre ella, besándola, sumergiéndole la lengua profundamente en la boca. Lamiéndola y degustándola a ella antes de que sus labios se movieran a sus pechos. Le chupó los pezones, tiró de los anillos, después los envolvió de nuevo alrededor de los picos duros. La presión a su alrededor la calentó, agonizando con el placer.

- Me encanta tu cuerpo. Tan dulce y generoso. Sexy como el infierno.

Sus labios se movieron por su estómago, besando, lamiendo. ______ sintió que se disolvía, perdió todo pensamiento menos el toque de Niall. Sus labios y su lengua.

- ¡Niall! Oh, sí. Sí, lámeme allí. Ahí mismo - Sus caderas se arquearon, sus dedos enredados en el pelo cuando su lengua acarició su clítoris. La besó, lamió de nuevo. Nunca tocándolo realmente. Sólo acercándose. Muy cerca. Sus piernas cayeron más abiertas, la necesidad quemando dentro de ella. Podía sentir sus jugos caer de ella, calentándola más, preparándola para él. Sólo para él. Lo necesitaba…- Por favor. Por favor. Oh, Niall. Es tan bueno.

- Me encanta tu coño – Gruñó - Jugoso, sabroso, ______. Más dulce que todo el infierno y más.

Se metió su clítoris en la boca y le dio a continuación, lo que necesitaba. Relámpagos corrían a través de ella. El éxtasis ardió ante sus ojos con los tonos del arco iris por la explosión de su orgasmo. Y él no esperó. No le dio tiempo a bajar de las alturas. Se puso sobre ella, cogiendo su cara entre sus manos mientras su polla presionaba en su coño.

- Mírame, ______.- Luchó por abrir los ojos, mientras levantaba las piernas para estrechar sus caderas.- Pequeña… - Gimió, juntando su frente a la de ella, mirándola fijamente mientras entraba en su interior. Lento y fácil - Te quiero, ______.

Se congeló, parpadeó. No podía haber oído bien.

- ¿Qué? - Su voz temblaba, la esperanza surgiendo a través de ella.

- Te quiero, ______. Mi dulce ______. Mi corazón… Te amo.

Empujó más adentro, robándole el aliento. Sus brazos alrededor de su cuello cuando el placer se volvió más brillante que antes, más caliente.

- Te quiero, Niall Horan - Gritó, arqueándose mientras tomaba más de ella - Oh Dios, Te quiero.

Se sumergió profundo. Duro, con golpes contundentes que la dejaron sin aliento, le dio lo que necesitaba, un placer tan bueno, tan destructivo, no existía nada más que ellos. Ni ______. Ni Niall. Sólo ellos juntos.

Se bombeó dentro de ella, abrazándola junto a él, sus labios cubriendo los de ella, su beso la llenaba. Sus gemidos se convirtieron en gritos, y cuando explotó el éxtasis entre ellos, se sintió completa, con una intensidad abrasadora mientras le rodeaba. Su liberación se derramó dentro de ella, mezclándose con la suya, ya que corría a su alrededor. Húmedos por el sudor y saciados, se derrumbaron el uno en los brazos del otro.

- Mi mujer - La atrajo hacia él, echó la cabeza hacia arriba, y la fulminó con la mirada - No me dejarás, ______. ¿Me oyes?- Había huido durante tanto tiempo ¿Conocía alguna otra cosa?- Confía en mí, ______.- Su pulgar rozó sus labios, su voz cantó, seductora y dominante.- Confía en mí para proteger lo que me pertenece.

¿Tenía otra opción?- Te amo - Susurró.

- Confía en mí, ______.

- Confío en ti - Con su vida, pero más importante, con su corazón.

Arrastró el edredón sobre ellos.- Maldita sea. Tal vez pueda dormir ahora – Suspiró - Me has mantenido despierto, ______, me faltabas.

- Te extrañé, Niall - Susurró, relajándose a su lado - Te extrañé mucho.

Ella tampoco había dormido… Y lo hizo ahora. Profundo, sin sueños. En sus brazos, donde pertenecía, donde la protegía, incluso de las pesadillas.

La Caida de Horan (Niall y tu) -HOT- TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora