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XXII: “ r e u n i o n ”
Era viernes y los jugadores se entrenaban ya pensando en Rosario Central para enfrentar el sábado, Independiente tenía una seguidilla de partidos largos, y ya se sentían.
Pero lo que me preocupaba en este momento era Nicolás, él no me lo dijo pero me enteré por los demás que tenía una sobrecarga muscular, que ponía en duda si podía llegar a la final contra Flamengo el próximo miércoles, aunque por parte sabía que el iba a llegar si solo era una carga.
—No me preguntaste.
Bajé la camara y miré a mi compañera, estábamos en la cancha tomando algunas fotos, ella no igual, solo me acompañaba.
—¿De? —la alenté a que siga, la verdad no tenía idea de que hablaba.
—Del capitán. —dijo y sonrió.
Abrí mis ojos y dejé colgar la camara de mi cuello para prestarle atención.
—¿Que le dijiste? —pregunté con una sonrisa tratando de disimular mi molestia.
Ana se encogió de hombros y se río.
—Le chamuye un poquito, le dije que jugo re bien y eso... —explicó corto.
Entonces miré a los jugadores tomando la última foto de su entrenamiento, para girarme con curiosidad ante mi compañera.
—¿Y... Él que te dijo?
—Nada, gracias como diez veces y se reía...—explicó y se río, dios la quiero matar—. Pero osea le dije cosas con doble sentido, que si no las captó es muy bobo.
Asentí solamente, ya no quería saber más nada de ese tema.
—¿Por que no te buscas otro? —le sugerí a medida que salimos del donde estaban entrenando para entrar al club.
—Bue, no sé. —simplemente respondió.
No le dije más nada. Y lo pensé.
Ayer después de qué Tagliafico me sorprendió en el pasillo y yo me fui con Fabri solo hablamos por mensaje, la verdad era que esperaba que me diga si quería que vaya o que quería verme, pero eso no pasó. Por la tarde me contestaba los mensajes cada 15 minutos y por la noche ya ninguno.
Así que lo supuse, había estado con ella. Me molestaba pero no podía hacer nada, ella era su novia, yo no.
Y hoy llegue tardé así que no me lo cruce a nadie, solo verlos de lejos que se que si no se acercaron fue porque Holan más que seguro iba a putearlos.
Volví a mi departamento que prácticamente estaba silencioso, bueno el edificio prácticamente era muy silencioso.
Me prepare algo de comer mientras escuchaba algo de música y miraba mi celular cada tanto para ver si recibía un mensaje de él y nada. Lo más chistoso era que esperaba algunos de los chicos y nada tampoco, se habían olvidado de mí por hoy.
