—Chicos, los dejaré solos. Estoy en la cocina, si es que necesitan algo— atinó a irse. Sam no tenía motivo alguno para quedarse a pasar por aquella situación. Él ni si quiera me conocía, o bueno, acababa de conocerme, pero no era su asunto.

—No, Sam. Necesito que me acompañes a llevar a mi hermana a un hospital— lo odié por un momento, porque no respondió a mis sinceras disculpas y porque al igual que Sam, insistía con ir en busca de atención médica.

—Creo que no quiere ir— lo aplaudí en mi cabeza, porque apenas me conocía pero de un modo me estaba ayudando.

—Sam también insistió, pero no iré a ningún lado— lleve los ojos a mi hermano. —Estaré bien— suspiré, abrumada. Las pupilas de Zac se tornaron frías, y supe de inmediato que estaba recordando el día en que le dije la gran cantidad de palabras hirientes. —Zac... de verdad... yo, solo... solo quiero que me perdones y...— intenté disculparme otra vez.

—Lenna, ve a descansar ahora. Sam, muéstrale el cuarto por favor. Yo iré a resolver un par de cosas— indicó. Y tal como había ingresado momentos atrás, salió nuevamente por la puerta que produjo un estruendo al cerrarse. Sam y yo nos miramos, sin saber exactamente qué hacer. Estábamos solos y apenas nos conocíamos.

—Tienes que hacerme un favor. Sigue a mi hermano ¡síguelo! No tengo idea de lo que hará, pero tengo miedo por él. Por favor— cuando en mi cabeza apareció la posibilidad de que Zac fuera a enfrentar a Víctor, me desesperé. Mi corazón comenzó a latir fuerte y sentí miedo, mucho miedo. Víctor era un tipo peligroso, incluso tenía armas escondidas y no había dudas de que era capaz de cualquier cosa. —No dejes que haga nada tonto— agregué. Ni si quiera tuve que seguir insistiendo, porque Sam no tardó en tomar su abrigo y su celular, y al instante abandonó el departamento.

—Lo encontraré, no te preocupes— pronunció para luego irse. Aquellas palabras me permitieron sentir algo más de tranquilidad. Ahora estaba sola y odiaba el silencio. Siempre lo odiaré porque por un año mi casa fue un infierno silencioso.

Con la intención de tomarme una ducha, empecé a caminar por el departamento buscando el baño. Lo encontré rápido, porque el lugar no era demasiado grande. Contaba con living-comedor, una cocina, un baño y dos habitaciones. No pude evitar ingresar al cuarto de mi hermano, me di cuenta al instante que era el suyo porque estaba completamente ordenado a comparación del otro que era un desastre. Zachary era de los que querían tener todo limpio y mantener cada cosa en su lugar. No le gustaba para nada el desorden y a veces peleábamos porque yo no era de las más ordenadas. Me sorprendió ver el cajón de su mesa de luz entreabierta, seguramente había olvidado cerrarlo del todo, me acerqué para acomodar el detalle, pero me vi tentada a revisar, sentí intriga por lo que guardaba allí dentro. Papeles, algo de dinero, un perfume y... una foto mía y de mamá. Las dos, abrazadas. La habíamos tomado meses antes de que muriera. Se me llenaron los ojos de lágrimas ¡diablos, no quería llorar otra vez! Rápidamente dejé la foto dentro del cajón y sin tocar más nada, lo cerré. Quién sabe que otros recuerdos guardaba mi hermano, tal vez otro día me sentiría con las fuerzas suficientes para verlo todo.

Abrí mi mochila que había apoyado sobre la cama de Zac, tomé un par de prendas las cuales logré sacar de mi casa y me temí al baño a darme una ducha. Fue relajante limpiar el resto de mis heridas y a pesar de que seguía sintiendo que me dolía todo el cuerpo, el agua ayudó un poco a disminuir aquel tormentoso dolor. Mientras tanto, me seguía preguntando por Zac y Sam. Quería que ambos estuvieran bien, que ambos regresaran sanos y salvos.

♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡

♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
My wonderwall.Where stories live. Discover now