Cap 17 El paraiso y sus juegos

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Mientras tanto dos enamorados se encontraban aun entre jugueteos en la cama, después de aquella platica, la hermosa chica continuo desabotonando la camisa del pelinegro, hasta tener su piel al descubierto comenzó a besar delicadamente su blanca piel y comenzó a dejar veredas de un rastro húmedo sobre él, sus torpes manos comenzaron a acariciar tiernamente el pecho y espalda de su amado mientras el en una ágil maniobra se desasía de su camisa, poco a poco la rubia bajaba por el abdomen del joven admirando su sensual anatomía tan masculina muy bien esculpida, no existía una persona en el universo que la hiciera estremecer así, su virilidad era la más seductora lo miraba y acariciaba casi hipnotizada por la delicadeza de su piel. –Bombón te has vuelto muy traviesa, sé que soy irresistible pero no seas cruel también déjame disfrutarte- con un puchero la rubia se detuvo por un momento y se levantó dándole la espalda- Claro mi estrella puedes ayudarme con el vestido la verdad es algo incómodo para moverme- Coloco sus manos en la nuca para levantar sus rubios cabellos y el joven perdido en esa espalda la toma por la cintura y la sienta en sus piernas besando su cuello con extremo deseo sus manos bajan cuidadosamente el cierre del hermoso vestido y comienzan a moverse inquietamente una se sumergió dentro del vestido de la rubia terminando en su cálido pecho y la otra perdiéndose bajo la blanca falda subiendo desde su pantorrilla, pasando sus piernas sensualmente, el chico ya muy extasiado deslizaba sus manos frenéticamente por el cuerpo de su amada no quería dejar un solo lugar sin explorar como si de algo nuevo para él se tratara. Con una de sus manos acariciaba sensualmente sus senos jugando con aquellas pequeñas montañas, disfrutando sus duras puntas y con la otra mano acariciaba juguetonamente sus piernas deslizándose a lo largo de ese cálido camino de placer sintiendo la humedad de ese estrecho y cálido lugar oculto entre esas piernas tan complaciente lugar, con cuidado comenzó a tocar su intimidad acariciándola suavemente haciendo pequeños círculos en medio de sus pliegues aun cubiertos con aquella fina prenda.

 Con una de sus manos acariciaba sensualmente sus senos jugando con aquellas pequeñas montañas, disfrutando sus duras puntas y con la otra mano acariciaba juguetonamente sus piernas deslizándose a lo largo de ese cálido camino de placer sintiendo ...

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Te gusta mi vida, puedo continuar- Pregunto el pelinegro entre ya constantes gemidos y volviendo a besar su cuello, la rubia quien ya estaba demasiado agitada para responder solo asintió con la cabeza y mandando su mano asía atrás comenzó a tocar el miembro de su amante aun con el estorboso pantalón encima.

Lamento estar así de ansioso mi amada es solo que llevo años esperando volver a tocar tu piel- Susurro entre gemidos y en un ágil movimiento volteo a Serena para que quedara parada frente a él, ella lo miro y sin previo aviso lo tumbo sobre la cama y con cierta desesperación comenzó a retirar aquel cinturón que tanto le estorbaba y comenzó a bajar delicadamente los pantalones y ropa interior de su amado, se detuvo un momento quería admirar el cuerpo de su estrella a la que tanto deseaba, de un momento a otro se sonrojo y retrocedió un poco, el chico al darse cuenta de esto se levantó un poco y la contemplo maravillado esa mescla tan extraña pasión deseo y a su vez pena e inocencias, como esa mujer podía ser tan perfecta- No debes de sentir pena mi amor esto es parte del amor verdadero entre dos seres que están dispuestos a compartir todo por ese amor, todo mi cuerpo te pertenece cada poro de mi ser solo proclama tu piel cuantas noches en Kimboku deje de dormir porque ese calor me consumía sin poder ser extinto – Se levantó y termino de desasirse de la incómoda ropa que aún estaba sobre su cuerpo y seguidamente volvió a besar a su amada, La rubia volvió a sentir el calor que tenía y cualquier pena o pudor se extinguió, con curiosidad tomo el miembro de su amado y comenzó a tocarlo con algo de duda, a lo que el chico tomo sus manos y la comenzó a guiar para que esas caricias fuesen mas placenteras, la chica aprendió rápido haciendo que su amado retrocediera y terminara sentado en la cama retorciéndose por las más placenteras sensaciones que podría imaginarse, la rubia se excitaba aún más al ver a su estrella retorcerse con tal intensidad hundiéndose entre gemidos, hasta que sin pensarlo tomo su virilidad y la metió en su boca, el chico no podía hacer más que retorcerse y gemir de placer su amada niña en la intimidad se convertía en una digna amante capaz de someterlo a su voluntad. En un momento de fortaleza Seiya se incorporó alejándola un poco de si con algo de brusquedad le dio media vuelta y undio una de sus manos dentro del vestido de serena terminando en su pecho y la otra mano bajo la falda de la hermosa princesa despojándola de la prenda más íntima con suma agilidad. –Lo siento sé que te estabas divirtienda pero no aguanto más, necesito hacerte mía Bombón- La rubia se dejó guiar por su amada estrella, él se sentó sobre la cama y suavemente comenzó a penetrarla, un grito de placer se le escapó a su compañera al sentir entrar a su compañero con tal fuerza-Perdóname Bombón te lastime, soy un brusco lo siento mi ángel- El chico intento salir pero su compañera se lo impidió-Todo lo contrario fue una sensación tan especial, por favor continua mi estrella hazme recordar el sabor de tu piel, por favor hazme recordar lo que significa el amor- la chica se entregó a la voluntad de su amado dejando que el dominara la situación. El pelinegro la tomo suavemente y comenzó con un leve vaivén que fue incrementando de velocidad hasta convertirse en continuas envestidas que en unos instantes se convirtieron en la sensación más cálida y placentera de ambos concluyendo su encuentro con un grito lleno de placer. Ambos cayeron rendidos en la cama.

Robando el amor la verdadera luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora