Young (T/N)

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¿Como se comportarían contigo si fueras una niña de ocho años, aproximadamente, y te adoptaran?

Kara:

Hola, cielo, ¿Cuál es tu nombre? —dijo mientras acariciaba tu suave cabello dulcemente.

—(T/N)

—Mira, (T/N), esta es Alice. —te presentó a una niña de tu edad que se escondía tímidamente tras Kara. Aun que fuera muy tímida, no te costaría mucho hacerte su amiga y desde ese momento seríais como hermanas. Kara se ocuparía de ambas.

Hank:

Siempre jugaría contigo, y tu serías la razón por la que dejaría de beber. Te llevaría a la comisaría junto a Connor y siempre lo acribillarías a preguntas.

—Hank... —dijiste, llamando la atención del mayor.— ¿Tienes una pistola como la de los policías de la tele?

—Eh... si.

—¿Y has disparado a alguien?

—Si. —soltaste un grito ahogado.

—¿Y lo mataste? —él dudó entre si mentirte por tu bien o contarte la cruel verdad. Al verte con los ojos tan abiertos y una expresión de preocupación y temor, pensó que ya tendrías mucho tiempo cuando crecieras de tener que afrontar la cruda realidad, y prefirió decirte una pequeña mentira.

—No, no, tranquila. Están bien. —soltaste aire, ya más tranquila, y volviste a poner tu característica sonrisa.

Connor:

Sería tan curioso como tu y ambos os fascinaríais por cosas tan cotidianas como los insectos, los pájaros... Aun así, él no dejaría que te acercaras mucho porque tendría miedo de que te pasara algo. También jugariaís juntos con Sumo.

—¡Mira eso! —señalaste una mariposa que pasaba junto a vosotros. Hacía buen día, y Connor había ido a buscarte del colegio. Ambos mirasteis a la mariposa como si fuera la cosa más extraña del mundo, hasta que algo llamó tu atención.— ¡Mira eso! ¡Y eso! —señalaste dos pájaros que pasaban volando sobre vuestras cabezas.
Los pájaros se posaron en el suelo y se acercaron a vosotros. Connor no dudó en subirte a sus hombros.

—¡Oye! ¡Yo quiero tocarlos! —pataleabas intentando bajar.

—Lo siento, es peligros.

Markus:

Te enseñaría a pintar cuadros, a tocar el piano y a jugar al ajedrez, serías una pequeña prodigio. Aun así, no te presionaría mucho porque, al fin y al cabo, sabría que eres una niña y necesitas divertirte.

—Te está quedando verdaderamente bonito, (T/N). ¿Por qué no lo dejas por hoy y vamos al parque un rato?

—Está bien. —dejaste el pincel junto al lienzo y te bajaste, con ayuda de Markus, del alto taburete en el que estabas sentada.

—¿Vas a regalárselo a Carl? —dijo, refiriéndose a tu dibujo de flores.

—Si. ¿Crees que al tío Carl le gustará?

—Le encantará

North:

Ella te enseñaría a defenderte, con karate o armas, para que estuvieras preparada por si alguien intentaba hacerte algo.

—Te enseñaré a usar esto, mira. —acercó hacia ti un arma, que Josh quitó de sus manos enseguida.

—Pero, ¿¡Tu estás loca!? ¡No puedes darle eso! —North puso los ojos en blanco y se agachó a tu lado.

—¿Qué tal si le haces al tío Josh esa llave de judo que te enseñé? —te susurró con una sonrisa. Tus ojos brillaron de emoción y él tragó saliva.

Simon:

Te compraría dulces y jugaría contigo a cada momento, incluso te dejaría hacerle lo más humillante para él (como jugar a princesas o maquillarle) solo por verte sonreír.

—¿Qué pasa, cielo? —preguntó el rubio, entrando en tu habitación, al verte sentada en el suelo con expresión de enfado.

—Mi amiga me dijo que no va a venir hoy a jugar. —dijiste, haciendo pucheros realmente adorables.

—¿No? Eh... bueno. Puedo jugar yo contigo. —dijo, inseguro. Al instante tus ojos empezaron a brillar con ilusión y lo miraste con una sonrisa de oreja a oreja.

—¡Si!

—¿A que quieres jugar? —pensaste unos segundos hasta que se te ocurrió el juego perfecto.

—¡Quiero peinarte!

—¿Peinarme? —dijo, con expresión de terror. Diez minutos después tenía el pelo lleno de coleteros, pinzas de todos los colores y hasta pequeñas trenzas, pero tu estabas feliz y eso era lo que importaba.

[DBH] Reactions~Where stories live. Discover now