Parte V: Quinto día.

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Estaba enfadado con el rubio.

Pero era un enfado de doble filo porque estaba más enfadado consigo mismo.

Naruto le había dicho que al despertar tendría todo más claro y la escena de anoche lo haría sentir remordimiento.

Claramente los sentía.

¡No quería dejar al rubio!

No ahora.

No ahora que se estaba dando cuenta de la estupidez que cargaba.

No ahora que entendía que para ser feliz lo necesitaba a su lado.

Termino de arreglarse con unos vaqueros y una camisa negra.

Dejó la habitación encontrándose al contrario con un short de tiro alto color rojo y una remera blanca.

Amaba esas prendas, relataban muy bien su cuerpo.

Siempre estuvo feliz, todos podían verlo y él podía pensar tranquilamente.

" es mío, aléjense"

Pero y ¿ahora?

Ya no tenía ese derecho.

Dolía realmente dolía y sin poder evitarlo comenzó a llorar captando la atención de un asustado rubio.

.- Sasuke has llorado más veces estos 5 días de lo que has llorado en toda tu vida, me estoy preocupando.-

Su preocupación era palpable.

¿Síndrome de corazón roto?

No, el suyo estaba sano.

¿Síndrome de idiotez?

¿Alguien quería quitarle un poco?

.- no me dejes, por favor.- rogó acercándose.

.- no te dejare bobo, sé que será duro hablar con tus padres, pero saldrá todo bien, lo prometo.-

¿Acaso estaba ignorando sus palabras?.

.- no, me refiero a lo...-

.- se a lo que te refieres, pero no quiero hablar de ello.-

Tomó su celular y cartera.

.- vamos, tenemos un día demasiado largo.- le sonrío acariciando su mejilla.- prometo que será el ultimo. Luego de esto, no más familia, no más cenas, no más doncel pesado. Serás tú contra el mundo, como lo quieres.

Había notado la mirada rota del contrario, sabía que su sonrisa era un espejismo.

Pero no podía engañarlo, lo conocía mejor que nadie.

.- vamos.-

Comenzó a caminar sin esperarlo.

Al cabo de unos 5 minutos llegó al estacionamiento del edificio seguido del morocho.

.- vamos en tu auto.-

.- ¿mi auto? Tú lo odias, vamos en el tuyo.-

Y quizás nunca debió decir eso.

Su mirada se rompió.

Ese auto que el rubio había comprado festejando para sus próximos hijos ahora se encontraba repleto en la parte de atrás con sus cosas.

Mi vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora