One Shots {Vhope}

Three degrees

*Primer grado

Taehyung: 13 años

Hoseok: 14 años*

–Ven a mi casa. –una voz a mis espaldas hizo que volteara a la vez que cerraba mi casillero.

Taehyung se encontraba parado ahí, mirándome con una sonrisa, quizá a la espera de una posible respuesta, aunque dudo que esperara una, porque al parecer aquello no había sido una pregunta.

–¿Para qué quieres que vaya a tu casa, Taehyung? –pregunté agarrando las correas de mi mochila, balanceándome de adelante hacia atrás.

–Necesito que me ayudes a estudiar, tengo examen de ecuaciones de primer grado. –Taehyung seguía sonriendo en mi dirección, claramente buscando persuadirme. –Me dijeron que eres bueno en esto, por favor, ayúdame.

¿Y quién era yo para decirle que no?

Definitivamente Taehyung sabía muy bien como persuadir a las personas, aunque creo que conmigo era más sencillo que con los demás, tomando en cuenta algunos factores.

Mi enamoramiento por él, es un ejemplo de mi susceptibilidad.

Sí, estoy enamorado de Kim Taehyung, el chico extrovertido de séptimo grado con voz de haber tenido la pubertad de forma prematura.

–Iré. –acepté, era obvio que no iba a negarme a la posibilidad de pasar tiempo con él, a solas. –¿Cuándo quieres que vaya?

Sólo ese pensamiento hizo que las odiosas mariposas revolotearan en mi estómago, muy cliché, pero muy asertivo.

Quizá podría ser una oportunidad de al fin dar mi primer beso.

Porque sí, yo, a mis penosos catorce años ni siquiera he dado un beso en la mejilla a alguien que no fuera mi madre.

Y pensar en poder besar a Taehyung, hacía que las estúpidas mariposas entraran en pánico en mi interior.

–Mañana, después de clases. –respondió visiblemente satisfecho por mi respuesta. –No te preocupes por saber dónde queda mi casa, nos iremos juntos.

–Me parece bien, nos vemos. –apresuré la despedida debido a que mis nervios comenzaban a hacerse visibles a medida de que el tiempo pasaba.

–Adiós. –se despidió finalmente antes de irse por el pasillo.

(...)

–Namjoon, estoy teniendo una crisis. –exclamé sentándome a su lado, con una mano en el pecho y un rostro de sufrimiento.

Él rodó los ojos ante mi exageración, pero al parecer no sabía cómo me sentía en esos instantes; era la última hora de clases, una hora para ir a la casa de Taehyung, y eso me tenía de los nervios.

–Sólo van a estudiar. –me recordó como si yo no supiera eso.

–Lo sé, pero es Taehyung, ¿Comprendes? –desesperé al ver como el minutero del reloj avanzaba un poco.

–Cálmate, pareces sapo esperando a ser disecado. –lo miré mal ante otra de sus analogías. –Se va a espantar si te ve tan tembloroso y con las manos sudando, ¿Quieres eso? –negué frenéticamente. –Entonces relájate, Hoseok.

–No puedes pedirme algo así de complicado. –murmuré dejando mi frente apegada a la mesa. –Estoy seguro que será un fracaso, voy a estropearlo de una u otra manera.