Capítulo 26: En un lugar especial

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—¿Estás loco? —grité cuando se sentó en una rama larga y gruesa que sobrepasaba mi altura.

—Sólo por ti, muñeca. —gritó él en el mismo tono que yo.

De inmediato sentí el calor invadir mi rostro y me imaginé que estaba colorada hasta las orejas, pero de nuevo, la oscuridad me ayudó a que esto no sea notado. Resoplé lo suficientemente alto para que lo oyera, y recibí como respuesta una sonora carcajada.

—¡Vamos, ni siquiera es tan alto!

—¡Ya te dije que tengo falda, Rogers!

—¿Y quien te verá? ¿Yo? Por si no lo notaste, ya estoy arriba. —puntualizó, señalándose a si mismo con el dedo, dejándome rápidamente sin más pretextos.

Alterné el peso de una pierna a otra repetidas veces antes de finalmente dejar caer los brazos. De todas formas, nunca fui esa clase de princesas pensé antes de tirarle los zapatos a Nick y comenzar a asirme de las cortezas del árbol para comenzar a subir, y unos pocos centímetros más adelante ya me encontraba en la misma rama que el quarterback, quien me ayudaba a que no cayera de culo al suelo.

—Es hermoso. —admití involuntariamente.

Frente a mí, observaba cómo todas las farolas que rodeaban al pequeño lago se reflejaban en el agua en reposo, y la luna ponderaba mostrándose tan llena y cercana que creí que podría tocarla al estirar las manos. No puedo mentir, era un lugar muy agradable, y el silencio que se había instaurado hacía más acogedora la escena que era ambientada únicamente por el sonido de unos cuantos grillos.

—Lo se, creo que es el único lugar en el mundo en el que me siento... libre.

¿Libre? pensé, y él lo notó, por que siguió hablando sin que se lo pidiera.

—Libre de presiones, libre de deberes —prosiguió, mirando al agua quieta—. Es difícil sentirte de esta forma cuando empieza la temporada y toda la responsabilidad recae sobre mis hombros.

—Creí que te gustaba ser el quarterback. —admití, y él de inmediato asintió con la cabeza.

—Lo hago, pero no es algo fácil. Todo el mundo espera que traiga la copa cada año, ¿sabes? Y tengo que asegurarme de no cometer ningún error, por que eso significaría que fracasé.

De alguna forma, comprendía lo que estaba diciéndome. Por que yo sentía lo mismo.

De maneras muy distintas, por supuesto.

Ser la protagonista femenina en las obras escolares suponía todo un reto, por que siendo yo la presidenta del club de Drama debía asegurarme de mantener a todos a raya y hacer el trabajo interno que Heather no podía hacer desde afuera. Vestuarios, escenografías, cerciorarme de que todos sepan sus líneas y recuerden sus pasos. ¿Quién dijo que era algo fácil? Es fácil equivocarse y echarlo a perder todo, y todo el mundo te recordaría por haber fracasado, pero nadie se pone a pensar en lo duro que trabajaste para no cometer errores cuando las cosas salen bien, y por eso la gente piensa que es simple.

—A ti también te ocurre, ¿cierto? —dijo de pronto, leyéndome la mente— Es como si tú fueras la quarterback de las obras. Eres la línea directa entre el director y los actores.

—Supongo que si. A pesar de que es difícil, no lo cambiaría.

—Por que es lo que amas. —finalizó Nick, y por algún motivo un escalofrío recorrió todo mi cuerpo como corriente.

—Exactamente —sonreí. Él me sonrió, y sentí fuertes deseos de poner mis dedos en los hoyuelos que se marcaban en sus mejillas. Eso estaría fuera de lugar, ¿cierto?

Drama Queen (DQ #1) [COMPLETA]Where stories live. Discover now