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Detroit, el lugar en donde uno puede hacer sus sueños realidad, donde "la paz entre los androides y humanos gobierna". Markus, el androide que lideró la revolución de las máquinas había fallecido, y con esto, Connor, el modelo RK800 producido por CyberLife había tomado su lugar como líder del movimiento divergente, se había vuelto uno de ellos, los corrompidos. Sin embargo, sus labores como un robot programado para investigar casos sobre androides atacando humanos seguían vigentes. Había decidido, junto a Hank, seguir en esas vías de investigación para así poder mantener el orden entre ambas especies, orden que desde el fin del movimiento divergente se había "restaurado".

Con todo el alboroto, CyberLife había comenzado a trabajar en una nueva línea de androides que tenían como misión reestablecer el orden y la paz en Detroit, a través de labores de moderación en las calles. Esto, a ojos de Elijah Kamski, evitaría más conflictos, y sería una verdadera revolución de las máquinas: la línea HS200.

Estaban listas, alineadas en las bodegas y preparadas para distribuirse por la ciudad, todas en perfecto estado. Uno de los modelos femeninos (existían ambos sexos) abrió por fin sus ojos, observó a todos los androides que la rodeaban, en filas perfectamente alineadas, listos para salir de esa pocilga y hacer su trabajo. Dichos androides habían sido modificados: NO divergencia, incluida tú, o al menos eso parecía, ya que el gobierno había puesto mano dura contra Kamski, obligándolo a construir androides que "no dieran más problemas", según ellos. Aquí es donde apareces, HS200, eres parte de la primera línea de androides anti-divergencia, el prototipo, el modelo a seguir.

El coronel Mars y Kamski aparecieron de tu lado derecho, caminando firmes y colocándose frente a tus ojos. Tu sólo los seguiste con la mirada, esperando órdenes, porque para eso estabas hecha.

— ¡Atención! — gritó el coronel.

— Bien... — Kamski parecía consternado — HS200, presten atención, ¿quieren? — hablaba a todos los androides en realidad — La misión es muy simple. Traigan la paz y tranquilidad a Detroit — esto lo dijo con ese tono sarcástico que lo caracterizaba — Llenen a cada ciudadano de calma, eviten problemas entre androides y humanos, pero, sobre todo — enfatizó — eviten la divergencia.

Todos los androides asentaron con la cabeza, ni siquiera notaste en qué momento abrieron los ojos, pero parecían listos para salir al mundo real y cumplir con las palabras de su creador.

Cuando por fin abrieron las puertas de la bodega todos comenzaron a avanzar, pero cuando diste tu primer paso, alguien te detuvo al instante.

— Tú espera aquí, registra tu nombre, HS200 — Kamski hablaba firme y decidido.

— No...no sé sobre nombres... — el coronel parecía indeciso sobre cuál sería tu nombre.

— Venga coronel, ella no tiene todo el día — dijo con tono nefasto.

— ¡Más respeto, gilipollas! Podría mandar a mis hombres a asesinarte en estos momentos de ser necesario. Lo que menos necesito es un buscón de pacotilla que cree androides y cause más conflictos.

— Ahhh, esta bien — se rindió por fin — HS200, registra tu nombre. Leyla.

— Nombre registrado. Mi nombre es Leyla, modelo HS200 de CyberLife — pensabas que era un nombre lindo y agraciado para un androide.

— ¡Qué específica, cariño! Tu misión va diferente, nena. Requerimos... — rectificó — el coronel requiere que te unas a la policía de Detroit y ayudes a los agentes a descubrir y resolver los casos de ataques de androides a humanos y viceversa.

— Requerimos que te unas al cuerpo de policía y seas útil.

— Entendido, ¿debo unirme a un agente en especial? — dijiste con voz firme.

— Ah... — Kamski no parecía saber la respuesta.

— Busca al policía al mando. Dile que vas de mi parte, él sabrá en dónde colocarte.

— Entendido, coronel. Me retiro.

Con estas instrucciones en tu software, partiste del lugar y te dirigiste con paso bueno hasta la estación de policía y, al llegar, preguntaste por ese poli.

— Necesito hablar con el policía al mando. Soy Leyla, modelo HS200 de Cy-

— Sí, sí, CyberLife, ¿acaso no saben decir algo más? — ese policía no tenía pinta de ser quien estaba al mando, mucho menos de buen tipo, pero al menos se había puesto de pie para indicarte mejor dónde encontrar al jefe —Busca al teniente Anderson....

— Pero el teniente Anderson no es el policía en turno — le interrumpiste — además, tengo en mis archivos que él ya cuenta con un androide como compañero — esta información ya estaba pre-registrada en tu software, ya que desde el inicio se te había concebido para este puesto.

— Sí, un Connor, modelo... bueno, no importa — qué molesto era... — sólo ve con ellos, tal vez te sepan decir mejor qué oficial de policía puede trabajar contigo.

Confundida, te dirigiste en dirección a donde el policía te había indicado. Ahí estaban todos los escritorios y cubículos policiacos y examinaste cada etiqueta para dar con el que correspondía al teniente Anderson. Los oficiales que estaban sentados ahí te vieron con desagrado y temor, lo cual era natural después de todos los conflictos ocurridos en Detroit. Ningún humano se atrevía a ver a los androides igual que ellos, les tenían miedo, no querían ser atacados por ustedes.

Perdiste tu mirada en un cartel que se encontraba en uno de los cubículos de la sala, tenía cosas que no lograbas darle sentido, y justo a la derecha, sin previo aviso, emergió un RK800, Connor, como lo llamaban algunos ahí.

Misión divergente. Connor y tu Where stories live. Discover now