just a friend to you

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Domingo 18 de diciembre, 2011.

[ f l a s h b a c k ]

Oh, dulce invierno.

Desprecio enormemente la manera en cómo saboreas la penuria de las personas por ser abrazadas. Porque a bajas temperaturas, grandes necesidades. Una cálida manta quedaría tan pequeña al lado de unos fornidos brazos. Te lo aseguro, más si no me crees, te invito a que lo intentes. Probablemente ruegues por una segunda, tercera o cuarta vez. Sin embargo, si he de agradecerte algo, es que debido a ti, los mejores abrazos nacen en tu época. No hay un calor sofocante que te excluya de los otros, todo lo contrario. Hay un hielo que cala hasta lo más profundo de los huesos. Y es que aquella helada que arrasa con cada molécula de nuestro cuerpo solo puede derretirse al son de unos brazos se coordinándose al eje de una cintura o espalda.

Es así como, esta parte se desenvuelve quedando un poco menos que 6 días para la llegada ―de la tan ansiada― navidad. Los padres de Anthony están fuera de casa, mientras que su única compañía se compacta en aquel precioso rubio de ojos azules que tiene por mejor amigo. Howard y María, ambos se hallaban viajando con destino a Nordland. El señor Odinson los había invitado a pasar las vacaciones de invierno con ellos en la finca que poseían en uno de las tantos sitios de Noruega. El cabecilla de la familia Stark le vino como anillo al dedo la propuesta del hombre, aprovecharía en el transcurso de los días el saldar algunos asuntos de la empresa. No obstante, el mayor no pudo evitar molestarse al ver la negativa de su hijo. Este insistía en quedarse sin saber el porqué. Bien sabía que su hijo se llevaba de maravilla con Loki y con Thor no había qué decir. Frigga siempre se mostró atenta con su hijo, jamás le mostró una mala cara. Entonces no entendía porqué Anthony se mantenía firme en su convicción por quedarse.

Las miles de suplicas de María y los miles de regaños por parte de Howard no fueron suficiente para doblegar al joven castaño.

― ¿Supiste algo de tu madre? ―pregunta el de dulces iris chocolate. Steve niega sin darse el tiempo de voltear el rostro y mirar a su acompañante. Sarah Rogers había estado muy enferma últimamente, con los ánimos casi por los suelos y no siendo el colmo, pasaba de pilar en pilar, sujetándose para no caer producto de sus mareos. Tony nunca la había visto así de mal. La gota que rebalsaron las preocupaciones de Steve fue cuando la mujer hace dos o tres noches atrás, fue a caer en el hospital por un cuadro anemia.

―Lo que cuenta papá es que le están suministrando vitaminas para contrarrestar los síntomas. De seguir en ese estado una transfusión de sangre sería lo más conveniente.

―Te aseguro que mejorará, Sarah es una de las mujeres más fuertes que he conocido. Saldrá de esta como lo ha hecho siempre ―el rubio no pudo evitar sonreír. Quería creer cada una de las palabras del morocho.

―Es lo que más deseo. No quiero que la enfermedad pase a mayores. Ella siempre a sido mi cable a tierra, lo sabes Tony.

―Claro que lo sé, Steve. Por eso mismo debes ser tú quien le de fuerzas ahora. Sé que estás asustado, ―no dudó en atrapar el frío tacto del hombre, Steve ni se inmutó ante las tibias caricias que le brindaba el menor de los Stark. Era sin duda reconfortante― pero te prometo que por más que dure el proceso, no me apartaré de tu lado.

―Lamento haber estropeado tus vacaciones, de seguro tus padres me odian ―se disculpa evidenciando su cargo de conciencia. Anthony sonríe haciendo un ademán con su diestra, le restaba importancia al asunto.

―Qué va. No les mencioné nada. Deben estar pensando que estoy de juerga con alguna de mis vecinas.

El recién Capitán del equipo de baloncesto, rió divertido para luego añadir:

❛Querido Rogers❜ ✉ [Stony]Where stories live. Discover now