i shed a tear for you

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Viernes 07 de septiembre, 2012.

[ f l a s h b a c k ]

El reloj marca pasada las 8 de la noche.

No hay más panorama que miles de jóvenes descalzos sobre una cálida y tostada arenilla; sentados a las costillas del mar compartiendo más que simples charlas. Y aquello era lo de menos, porque lo que realmente importaba, era la sensación de libertad que sentía Anthony en ese lugar.

Pues luego de incontables suplicas, consiguió que el trío ―que componía su grupo― aceptara el programado escape a la playa.

Todo dentro de lo legalmente establecido y sin faltar a las buenas costumbres que tenía Bruce.

Sin embargo, ante la presencia de un fin de semana a la vuelta de la esquina, la idea de Stark se compartió con gran parte de la preparatoria.

Incluyéndolo a él, al dueño de sus cartas.

Quien alojado metros más allá, yacía sobre la arena al son de reírse por las ocurrencias que soltaba cada uno de sus compañeros de equipo.

Anthony lo vio innumerables veces de reojo; su voluntad se quebrantaba cada vez que intentaba quitar siquiera la vista de él. Y es que, los cálidos matices que entregaba la fogata en la que se hallaban, le permitía retratar con sumo detalle como los ojos de Steve adquirían un toque diferente.

Las llamas ondeaban a voluntad del viento, al igual que su cabello.

El castaño sentía que se perdía con más frecuencia y de cierta forma, aquello lo comenzaba a asustar.

Tal vez por eso, Natasha fue la primera en notarlo. Quien a pesar de la distancia que los alejaba, era capaz de notar como los pardos iris de su amigo tintineaban al compás de unas flamas completamente ajenas a él.

Y Anthony bebía sin medir la cantidad de alcohol que ingería.

Su faz ardía con fervor, como una de las más peligrosas oleadas que jamás sintió, es debido a esto, que sofocado de todo, se dejó caer sobre la arena buscando un sosiego que jamás llegó. Natasha, quien reposaba en el regazo de Bruce, exhaló preocupada al ver la actitud del millonario.

― ¿Ustedes creen que nos volvamos a ver luego de este año? ―preguntó Banner, casi en un murmuro, sin embargo, no fue excusa para no atraer las miradas de sus compañeros― Digo, a final de cuentas, es el último que compartiremos juntos, como grupo.

―No lo había pensado, cerebrito ―reconoció Loki sumiendo sus palmas bajo la tibia superficie; consintiendo a la brevedad que su mentón se alzara en dirección a la luna, admirando así, la belleza del satélite sobre su cabeza.

La acción fue imitada por los presentes, deleitándose con la majestuosa imagen.

―Creo que nadie lo ha hecho ―siguió Romanoff, en voz baja. Asimismo, el mar les hablaba de la misma forma, con suaves oleajes y templadas brisas.

Los brazos de Tony se extendieron sobre la arenilla.

―Amaría darles una respuesta concreta, pero... Ni siquiera sé que haré mañana y mucho menos qué nos deparará el futuro. ―permitió que sus párpados cayesen unos cuantos segundos, para luego decir: ―Lo más probable es que al escoger caminos distintos, en nuestra jodida vida nos volvamos a ver. ¡O! Que logremos ser tan inseparables como dos imanes. Quién sabe, Brucie, quién sabe.

―Sea como sea, admito que si nos llegásemos a separar, extrañaría los venenosos comentarios de Loki, los sonrojos de Banner y tus peculiares historias de amor, Tony ―comunica la pelirroja al son de aflojar una risa y plasmar una gran sonrisa a lo largo de sus labios.

❛Querido Rogers❜ ✉ [Stony]Where stories live. Discover now