- ¡¿Qué les dije?! ¡Todos arriba inmediatamente! ¡Esto es un asunto de la Orden! – los cinco se perdieron de vista entre refunfuños y pasos cansados.

Mucha de la gente que iba y venía de la sala de estar Isadora no la había visto más de una o dos veces en todo el verano pero ese día todos parecían haber logrado llegar.

En el rincón junto a la escalera Dumbledore le hablaba a Mundungus Fletcher de forma nada amigable, y éste último se limitaba a tratar de no respirar en la medida de lo posible.

A pesar del bullicio, pudo oír las voces de Moody y Sirius discutiendo en la cocina.

- ¡ES MI AHIJADO, ALASTOR, NO PUEDEN RETENERME AQUÍ!

- ¡No voy a discutir esto otra vez, Black! – las tres recién llegadas intercambiaron miradas inquietas. – Ah, ustedes tres, alístense. Salimos para Privet Drive en diez minutos.

- ¿Quiénes vamos? – preguntó Isadora.

- Yo voy – avisó Sirius en un tono que no permitía discrepancia. Remus se acercó a Isadora y le habló en voz baja.

- Mira, hazlo entrar en razón tú, si pelea una vez más con Moody o Dumbledore voy a perder la cordura – Sirius rodó los ojos, pero Remus no lo vio.

- ¿Tú vas a perder la cordura? ¡Yo estoy encerrado hace meses! ¿Recuerdas? – su amigo ignoró completamente el cometario y se fue de la habitación charlando con Tonks.

Isadora le dedicó una breve media sonrisa a Sirius y éste dejó de gritar y caminar. Luego de mirar en todas direcciones esperando apoyo, se sentó en el sillón más cercano.

- ¿Tú qué piensas? – le preguntó con serenidad. Isadora se acercó a Sirius pero antes de hablar, lo abrazo varios segundos y él le devolvió el gesto con un beso.

- Sirius, juro que te entiendo. Pero si el ministerio nos sigue y tú estás allí escoltando a Harry...

- Sabía que dirías eso... - comentó el con decepción.

Isadora intentó seguirlo cuando salía de la cocina pero Moody la interrumpió, apurado y gruñendo como siempre, para que tomara una escoba y así poder irse.

- ¡Vamos, vamos rápido! – gritó Moody mientras empujaba a Remus, Tonks, Allie e Isadora hacia la salida; Dedalus, Emmeline, Sturgis, Hestia y Kingsley ya esperaban allí.

Todos ellos montaron en escobas y se elevaron en el cielo nocturno hasta que Grimmauld Place comenzó a formar parte de un bloque negro de construcciones y luego desapareció. Toda la guardia se formó en un círculo cerrado, suspendida en el aire.

- ¡Tú! – gruñó Moody señalando a Allie. – esperarás en el primer punto, cuando te diga, te quedas, esperas una hora y das la primera señal con chispas rojas – Allie asintió y Alastor señaló a Isadora – te quedas en el segundo punto, cuando veas la señal de ella lanzas chipas verdes, ¡Verdes!, ¡No se confundan! – Tonks rodó los ojos – Ya te vi Nymphadora

- ¡No me llames Nymphadora! – protestó Tonks, pero Moody continuó explicando.

- Si nosotros morimos y sólo queda Harry primero llegará a ti, Black y le avisas a Morgan con chispas rojas que vaya de refuerzo.

- No van a morir, Alastor – dijo Isadora cansinamente. Remus le hizo señas de que no se gaste en querer convencerlo de ello.

- Los demás se quedan conmigo. Ustedes dos si tienen problemas envían un patronus a ya saben dónde – Isadora asintió con pesadez y deseando no tener problemas.

Volaban cada vez más alto, dejando las temperaturas de verano atrás. A medida que volaban más y más lejos del suelo, el frio le helaba las manos a Isadora al punto que pensaba que no podría quitarlas del mango de la escoba de ser necesario. Su capa de viaje se agitaba con el viento dejando pasar el aire gélido. Moody hizo la primera seña y Allie descendió hasta perderse; unos minutos más tarde fue el turno de Isadora.

Sirius Black: el velo de la muerte¹Where stories live. Discover now