CAPITULO 12

7.1K 520 52
                                    

Suspire con desesperación tras haber buscado en cada espacio de mi habitación, incluso había recorrido la casa entera volviendo sobre mis pasos para estar segura de que no había sacado mi portátil ya y lo había puesto en algún lugar de esta.

Enterré la cara entre mis manos al momento que me sentaba sobre el borde de la cama, los ojos me empezaban escocer por las ganas de llorar que sentía a causa de la impotencia ¿ahora que iba a hacer? Estaba a unas cuantas horas de entregar el trabajo que se supone, me daría la nota suficiente para no reprobar química. Había pasado dos semanas enteras, cosa que nunca antes había hecho, elaborando tal trabajo con sumo cuidado para obtener la mejor nota posible y luego hacer sentir orgulloso a Cristian cuando este revisara mis notas finales y se percatara de que por primera vez en mi vida realmente me había esforzado en el estudio.

Rebusque con la mirada sobre todas las superficies de mi habitación para dar con el paradero de mi teléfono móvil, pude verlo sobre la mesa de noche y me estire para tomarlo. al encenderlo, la pantalla de bloqueo mostraba las 8:10 p.m y me enjuague los ojos pues estaban llorosos y mi vista se encontraba un tanto borrosa a causa de esto, estaba segura de que mi tiempo limitado no me alcanzaría para hacer un trabajo que fuera medianamente decente comparado con el que llevaba dos semanas preparando, pero estaba segura de que no perdería química y de que no le daría dolores de cabeza a Cristian, por lo cual me puse en pie y camine hasta la habitación de mi hermano para sacar su portátil de uno de los cajones de su armario, mi hermano no solía usarlo por lo cual estaba segura de que este no se percataría de su ausencia, yo tendría tiempo de regresarlo y luego me preocuparía por el paradero del mío, pues no podía asegurar si lo había dejado en algún lugar de la biblioteca del instituto o alguien lo había robado, pero lamentarme por aquello era algo para lo cual ahora no tenía tiempo.

El reloj de la esquina inferior derecha en la pantalla del computador marcaba las 3:30 a.m mis ojos ardían a causa del cansancio e incluso ya empezaba a sentirme desorientada por el aturdimiento que el sueño estaba causando, mi cuarta taza de café parecía ya no surtir efecto ni siquiera combinada con la barra de chocolate que estaba comiendo, suspire resignada dándome fuerzas con el hecho de que al menos el trabajo ya iba por más de la mitad, aunque claro, este taller sería lo más mediocre que el señor James leería de entre la pila de trabajos, aunque estaba segura de que tenía la información suficiente para que este me diera la nota necesaria para al menos aprobar la materia, claro que mi otro trabajo habría mejorado mi promedio de forma bastante favorecedora, maldita sea ¿Dónde fue a dar mi jodido portátil?.

Cuando el reloj estaba cerca de marcar las cinco de la mañana suspire aliviada al notar que estaba a escasas palabras de terminarlo, agradecí al cielo el hecho de que Cris y Leah hubieran salido la noche anterior y la hubieran pasado quien sabe dónde, yo estaba segura de que no regresarían en todo este tiempo pues cuando ese par salían, solían desaparecer hasta temprano en la mañana del día siguiente y para ser sincera yo no era lo suficientemente curiosa para preguntar a donde habían ido o que habían hecho, es más, cuando mi mente de forma rebelde se aventuraba a imaginar las diferentes actividades a los que la pareja se pudieron haber dedicado en todas esas horas de la noche, terminaba bloqueando mis pensamientos con una expresión de asco, es decir; imaginar a Leah y Cris haciendo cosas raras en su intimidad en alguna habitación de hotel era como imaginar a mis padres en tales situaciones, ¡Dios! Es asqueroso.

Teclee la última palabra del dichoso trabajo y estaba tan afectada por mi anterior experiencia que termine guardando este tanto en una carpeta de Drive, una memoria USB y deje la copia original en el portátil, incapaz de borrar mis huellas de este, porque para ser sincera, yo era consciente de que si no lograba saber que había sucedido con mi portátil al final le terminaría contando todo aquello a Cris y me tendría que aguantar el sermón sobre "valorar las cosas que el con tanto esfuerzo me compra" guarde la memoria en el fondo de mi morral mientras una sensación de recelo me inundaba, me metí en la ducha mientras el agua caliente amenazaba con quemarme, aunque no fui capaz de arreglar la temperatura pues sabía que la ducha de agua, casi hirviendo, me despertaría por completo. Baje las escaleras mientras la cabeza me dolía a causa del cansancio y al cruzar el umbral, encontré a unos sonrientes Leah y Cris que aun vestían con la ropa que habían salido la noche anterior, mi hermano preparaba pancakes mientras hacia una horrible imitación de Michael Jackson al momento que se movía por la cocina, me he pasado la vida repitiéndole que se ve ridículo haciendo eso ¿acaso no me escucha?

Cotton Candy Girl •Brady Fuller• |Libro 6| de la serie: 'improntas'Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt