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Me dirigía al entreno, algo apagada de lo normal pero no estaba para prensar en todo lo que pasó ayer.

-Buenas T/N - Me saludó Oikawa, sin duda la última persona que quería ver hoy.

-Hola...

-Oye ayer esas chicas...

-No, tranquilo - le interrumpí suspirandome da igual.

-Pero...

-Pero nada, es normal que pasen estas cosas. ¿Quieres decirme algo más?

-Bueno... espero que te ayas divertido ayer con Iwa - Dijo bajando la mirada

-Lo mismo digo, supongo que estar con Shizu debe ser muy entretenido - Me límite a poner un mechón de mi pelo detrás de la oreja, sin ni siquiera mirarle a los ojos.

-Yo solo...
-¡Déjame en paz! - le grite fuerte inconscientemente

-Perfecto - dijo el con un tono seco, sin mirarme - Entonces voy yendo al entreno, que me están esperando. Lo siento por molestarte.

-Yo igual.

Le vi marchar... no quería gritarle pero estaba enfadada... se notaba que el no sentía nada por mi. Yo estuve comiéndome la cabeza, montándome la película y pensando que el apenas quizás podría sentir algo, pero no...

-T/N - Me hico unas palmadas Izumi con una gran sonrisa. - ¿Como te fue ayer?

-Eso eso cuéntanoslo - repetían las demás.

Era lo que me faltaba, hablar de esto con mi equipo. Sin duda no era la mejor sensación del mundo contar como un chico te ha dejado plantada y se fue con otras.

-Mejor en otro momento...

Creo que esa respuesta fue lo suficiente como para que las demás comprendiesen que no quería hablar de ello.

-¿Porque? - Se puso curiosa Rikka - Bueno yo ayer vi como Oikawa se iba con otras...

Las demás se sorprendieron al oír eso, y es que gracias a su comentario me enoje al instante.

-¿Podrías cerrar la boca por una vez en tu vida? - le grite bruscamente, y es que definitivamente me había cabreado - Bueno si, me dejó y se fue con otras ¿Y que? ¿Te vas a reír? Pues adelante.

-Oye T/N - Alzó la voz Urara - No creo que Rikka lo haya dicho con esa intención...

-¡Cállate! - dije sin control - Pues claro, la niña buena, que lo hace todo bien siempre se pone de parte de las demás. Porque te recuerdo que ayer el amable entrenador me puso la bronca porque no fui capaz de levantar la maldita pelota ¿porque coño te pusiste delante?

Las demás se quedaron en silencio.

-¡Contéstame! Lo hiciste a propósito ¿verdad?

-T/N no es eso... - Izumi me hablo delicadamente - No tienes porque tener esta actitud, Urara vio la pelota y decidió ir a por ella, no tiene nada que ver con eso...

-No hace falta que sigan mintiendo - mi cabreo no pudo aguantar más - Se que soy la peor, soy la mierda del equipo y lo se. ¡Pero joder, yo estoy aquí haciendo lo que puedo! ¿Porque no lo podéis ver?

-No eres la mierda del equipo T/N, todas tenemos defectos - dijo Miho, la capitana, por supuesto no podía faltar la bocazas de las señorita perfecta.

-¿No soy la mierda? - le dije sonriendo irónicamente - Claro, no eres tú la que siempre que hacemos equipos es la última en ser escogida, al contrario siempre eres la primera, la capitana nunca puede estar en el banquillo.

-¿Sabes porque estás en el banquillo? - Miho puso una mirada triste en mi -Porque tienes esa actitud, te menosprecias y te lo tomas todo a cachondeo.

-... ¿saben que? - hice una expresión de asco -Me voy a casa, porque me esta a empezando a doler la cabeza y no quiero estar aquí aguantando personas como ustedes, que se creen las mejores. Así que adiós.

Mentí. No me dolía la cabeza, pero si me dolía las palabras. No me sentía bien por culpa de eso, creo que no debería haberles dicho esto pero luego ya hablaré con ellas... necesitaba descansar.

-¿Ya te vas? - Se puso delante mío el entrenador haciéndome un susto de muerte.

-Si, adiós.

-Oye se que no quieres, pero necesito hablar contigo acerca de tu actitud ayer.

No pude evitar pararme. ¿Hablar conmigo? ¡No hay nada de que hablar! Tanto como psicológicamente como físicamente no estaba para aguantar a un entrenador cabreado.

-Las demás id entrando al gimnasio - se dirijo el entrenador al equipo - Yo ya les alcanzo.

Me gire con una cara de amargada y me dirigí al entrenador. Solo era escuchar lo que tenía que decirme e irme, sinceramente me da igual, ya estoy tan acostumbrada a que me haga indirectas y me repita que soy la peor que ya no me importa.

-No me mires con esa cara T/N - Dijo el entrenador con un tono de voz burlón - Se que tu y yo no hemos sido los mejores amigos, pero quiero que sepas que esto lo hago para que te puedas lanzar, tener más confianza.

Como si fera fácil

-Solo te pido un poco de seriedad en los entrenos, que me escuches - podía notar como el entrenador al decir eso se preocupaba - Siempre te estás distrayendo y el problema es que te lo tomas todo a la ligera. Debes concentrarte.

-Vale... - dije cabizbaja.

No me atrevía a mirar la cara del entrenador, porque sabía que por una parte tenía razón acerca de mi actitud, pero aún así no me detuve en decir lo que yo también pensaba

-Voy a decirle, y es que yo en serio, odio los deportes. Porque se me dan mal y realmente no me gusta. La única razón por la cual hago voleibol es porque quiero hacer algo que se me da mal, para así poder mejorar en ello.

-¿Te gusta el voleibol? - Pregunto el entrenador algo confuso.

De nuevo esa pregunta...

-Mira... no puedo decirlo con claridad que me gusta, pero no me desagrada. Me gusta reírme jugando, no me gusta los partidos serios, y es que no me importa ganar o perder, solo me importa divertirme - Hice una pequeña pausa y alcé la cabeza mirándolo a la cara -  Es difícil que logres entenderlo, porque solo piensas en seriedad y ganar.

El entrenador se quedó en silencio. Sin duda, hoy era el día en que más me he revolucionado en mi vida jajaj

-Gracias - dijo colocándome su mano en mi hombro - Voy a intentar comprenderte T/N... realmente me dejaste sin palabras y me alegro mucho de haber tenido esta conversación contigo. Debería de hacerlo con todas. Hagamos un trato.

-¿Que trato?

-Yo prometo entenderte, solos si tú prometes que te esforzarás y cuando te diga que salgas a la pista te lo tomes en serio y lo des todo. Esta bien que te diviertas, pero en el mundo del deporte la sensación más increíble y agradable es cuando veas que tu esfuerzo valió de algo. Solo depende que encuentres ese momento y luego lo entenderás.

Las palabras del entrenador me relajaron. Esta vez me hablaba diferente, parecía más sincero...

-Bien, nuestra conversación terminó - Dijo el adelantándose al gimnasio - Que te recuperes del dolor de cabeza.

El entrenador abrió la puerta del gimnasio y por algún motivo sonreí. Estaba harta de fingir. ¿Cuantas veces ya fingí que me dolía algo para no ir al entreno? Eran ya tantas que no me acuerdo de la cifra, y es que ahora no quiero irme.

-¿Sabe que? - Dije, haciendo que el entrenador voltease a verme - Creó que por algún motivo de la humanidad, dejó de dolerme la cabeza.

El entrenador solo sonrió, eso fue suficiente para entender que me dejaba quedar.

Cinco centímetros más cerca [Oikawa Tooru x Tu]Where stories live. Discover now