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El camino de vuelta a casa con Oikawa ya no era el mismo de siempre. Esta vez el estaba justo delante mío, sosteniéndome de su cálida mano, sin gafas no logro ver bien, tan solo lo veo borroso todo, aún así el no me dejaba ir.

-No es necesario que me lleves de la mano...

-Lo hago porque no quiero que te empotres contra un farol jaja

Simplemente no le respondí, no estaba de humor. Lo peor de todo es que ni siquiera sabia que Iwa tenía algo con alguna chica... me podría haber ahorrado las ilusiones.

-Oye lo siento mucho... no fue mi intención golpearte con la pelota en serio

-Da igual...

Presentía la mirada de Oikawa en mi, me apretaba fuerte la mano. Es como si el supiera que estaba mal.

-No iré al parido...

-Y eso?

-Ir a recoger pelotas no es mi especialidad

Oikawa hico un silencio para luego ponerse frente a mi y decirme:

-Cada vez que vienes al los partidos siempre ganamos... nos das suerte :)

-Pero no me apetece, encima tendré que arreglar las gafas y el partido es mañana cierto?

Oikawa no dijo nada, solo hico un puchero.

-Haz lo que quieras!! -  Me soltó de la mano y se fue.

Después de unos segundos volvió y me cogió de la mano de nuevo...

-No es que quiera estar contigo... - se sonroja- es solo que no quiero que te empotres... -gira su cabeza.

En verdad Oikawa es muy adorable cuando hace este tipo de cosas. Aunque en realidad es alguien muy orgulloso y algo presumiendo.

-Oikawa... ¿tú sabías que Iwaizumi tenía pareja? - pregunte cabizbaja

-Anda pues claro! Desde el verano pasado... -respondió sin mirarme

No tengo derecho a quejarme por no saber eso... después de todo Oikawa y Iwa solo son amigos de la infancia. Nos vemos de vez en cuando pero... de alguna manera me sentía traicionada. Últimamente Iwa y yo hablábamos mucho y ni siquiera me lo contó... ¿porque?

Seguimos caminado, en silencio. Mis pensamientos sobre Iwa cada vez me entristecían más... A unos pasos de mi casa se acercaban de lejos un chico de pelo negro y otro más bajito de pelos naranja.

-Oh Buenas tardes gran Rey!! -gritó el pelinaranja, el pelinegro del ceño fruncido ni dijo ni una palabra.

-Buenas pulgarcito y... Tobio-chan- termino de decir Oikawa algo vacilante.

Llegando a casa, cerré la puerta delicadamente y me dirigí a mi madre que estaba en su oficina haciendo cosas de trabajo. Oikawa se quedó hablando con esos dos chicos así que aproveche y me fui intentando guiarme por los colores, no fue tan difícil al estar cerca de casa.

-Hola hija - Dijo mi madre al verme que se acercó a abrazarme pero luego se detuvo - ¿Y tus gafas?

-Veras... - Hice un silencio - Me golpearon con la pelota en la cara sin querer y...

-Lo sabía. - Me interrumpió - Sabía que algo así pasaría.

No lograba verla pero sabía que estaba cabreada, le di mis gafas, y ella las cogió delicadamente para verlas y luego gritarme:

-¿Sabes cuanto cuesta un cristal de estos? ¡Tienes mucha miopía y el cristal debe ser fabricado!

-¡Mamá, el cristal está bien, lo que se rompió es la armación!

-Escuchame - dijo ella inquieta observando las gafas y los cristales- los cristales están un poco estallidos - me miró decepcionada - T/N, no es la primera vez que rompes tus gafas por culpa de un deporte...

-Lo siento...

-T/N!! Te piensas que el dinero cae del suelo o que?? No puedes tener más cuidado?? - respiró hondo y se sentó intentando tranquilizarse - Si esto sigue así... vas a dejar el voleibol. 

Me quede paralizada ¿porque? ¡Yo quiero jugar a voleibol!

-Mamá... no voy a dejar de jugar por esto... Esta vez tendré más cuidado...

-No - dijo bruscamente - No quiero, tu vista es más importante que cualquier pelota o balón o lo que sea! Y si quieres hacer un deporte pues que sea uno en donde no corras el riesgo de romperlas! Imagínate que se te hubieran clavado cristales en los ojos!

-Pero mamá!! No hace falta ponerte así por unas gafas..

-ah si? - se levantó y dejó las gafas en la mesa - Pues las pagas tú.

Cinco centímetros más cerca [Oikawa Tooru x Tu]Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum